Vittorio le hizo una señal a uno de sus hombres, que se acercó rápido. Le dio unas órdenes en voz baja, y el hombre asintió antes de irse. Gracia, sin darse cuenta del enojo en la mirada de Vittorio, pensó que sus palabras le habían gustado. Con entusiasmo, siguió hablando: —¡Claro! Usted es tan guapo y especial, y Adriana es muy elegante. ¡Ustedes dos son la pareja perfecta! Adriana, sospechando, levantó una ceja y miró a Gracia: —¿Cómo que tu hablando bien de mí? Gracia se puso nerviosa y miró a otro lado. —Bueno pues… hemos tenido problemas antes, ahora, solo digo la verdad. Antes de que Adriana pudiera responder, Gracia cambió rápido de tema. —Además, nadie puede negar que Vittorio es el más guapo de esta fiesta, ¿no? Adriana no dijo nada y solo sonrió, como si no le importara. De repente, Gracia sintió que alguien la miraba con intensidad. Se puso tensa y volteó la cabeza… para ver a José mirándola. Un escalofrío le corrió por la espalda. Por un momento, quis
Leer más