—¿Señor José?
Vittorio volteó y vio a José, imponente como siempre, parado junto a Adriana. Tosió un poco, tratando de ocultar su incomodidad.
—Entonces, ¿el Grupo López ya decidió trabajar con el Grupo Financiero Torres? —preguntó con un tono neutral, pero con un rastro calculador en los ojos.
Adriana asintió con una sonrisa.
—Aún no está completamente cerrado, pero la propuesta del Grupo Financiero Torres es muy buena.
Vittorio entrecerró los ojos y sonrió, algo desafiante.
—El señor José siempre va un paso adelante. No es raro que el Grupo Financiero Torres se haya convertido en una de las mayores potencias del sector.
Aunque sonaba como un cumplido, su tono no era del todo amistoso.
José, sin alterarse, tomó una copa cercana y respondió con calma:
—Señor Vittorio, solo hago lo que cualquier empresario haría: saber cuándo actuar y, sobre todo, en quién confiar.
Vittorio carraspeó, notando la indirecta. Sus ojos mostraron interés.
—¿Y en quién planea confiar el