Tras llevar a Valeria con el jefe del departamento de Otorrinolaringología, el Doctor Julio Mendoza, éste realizó una tomografía y un examen detallado a la garganta de Valeria, incluso le pidió que intentara hablar.Sin embargo, Valeria seguía sin poder emitir sonido alguno.—Es extraño, tus cuerdas vocales parecen estar en buen estado, sin signos de inflamación o irritación. ¿Por qué no puedes hablar? —comentó el doctor Julio, quien nunca se había topado con un caso así—. Mira, te voy a recetar un medicamento, tómalo y después regresa a verme.Valeria asintió con la cabeza.Después de salir del consultorio, David acompañó a Valeria a recoger el medicamento.Una vez hecho esto, David finalmente rompió el silencio: —Val, tal vez necesitemos que dones sangre otra vez.Valeria, sorprendida, tecleó rápidamente en su celular y le mostró a David.[¿Acaso no hay una regla que dice que solo se puede donar sangre cada seis meses? Ya doné 300 mililitros la última vez, ¿no fue suficiente?]—Sí, p
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