N/O Juan Pablo está muy preocupado debido a que Maia no le responde el celular, por ello decidió buscarla en su casa. Caminó unas cuantas cuadras alrededor del parque y preguntó a algunos vecinos. Ellos reconocieron el apellido Montero y le indicaron dónde se encontraba la mansión. Desde que la conoció, y Maia intentó acabar con su vida, pensó en hablar con su tía, pero no se había dado la oportunidad. Tocó el timbre de la enorme mansión más de tres veces hasta que un sirviente le abrió la puerta. —Buenos días, necesito hablar con Maia —le dice a la sirvienta, pero ella no responde nada. No es por ser grosera, pero no logra quitar la mirada del bello hombre a su lado. Su cabello oscuro, el tono de su piel cremosa y sus ojos color cielo son hermosos. Ella no comprende qué hace un hombre tan hermoso buscando a la gorda de Maia. Nuria se ha encargado de pedirles a los sirvientes que la traten mal, por eso son muy groseras con ella, no la toleran y la consideran una gorda inservible
Leer más