1 - parte 2

Camilo por favor—tiemblo y retrocedo—Camilo.

 

Esta ebrio nuevamente pero hoy se nota peor que todos los días.

 

Voy a disfrutarte antes de entregarte perra.

 

Se me viene encima tomándome de los brazos, no entiendo lo que dice.

 

Mi amor por favor.

 

No me sirves para nada, ahora le perteneces a el—me tira al sillón sin cuidado, mientras se baja el pantalón mostrándome su miembro erecto—pero antes de entregarte voy a probarte por última vez.

 

No, nooooo

 

Grito desesperada cuando alza mi visto con la intención de penetrarme, me abofetea cuando no me dejo y no entiendo en que momento se convirtió en esto. Lucho para no dejarme violar pero su fuerza descomunal me aprieta la mano derecha la cual dobla para ocasionarme un dolor que siento que me la ha quebrado.

 

Ahhhhh—grito de dolor—basta, basta…noooo

 

Me mueve, lucho por mi integridad utilizando mis uñas porque no soporto un maltrato más. Recibo dos bofetones mas que me dejan tan mareada que consigue romperme el vestido, sacar mis senos del sostén y abrirme de piernas.

 

Alguien que me ayude por favor—pido—por favor ayuda…

 

Se rie de mí, se burla de mi sufrimiento, pero…

 

Alcanzo a ver elefante de porcelana sobre la pequeña mesa y me estiro con el labio partido para tomarlo con mi mano lastimada y estrellárselo en la cabeza ocasionado que se queje de dolor. Me suelta, le doy una patada mandándolo lejos.

 

Perra me las pagaras.

 

El no era así, no se que le paso a mi amor, sin embargo, ahora me preocupo por mí. Corro hacia la cocina, las veces anteriores siempre abusaba de mi en la habitación y ahora tengo la oportunidad de defenderme. Busco en la cocina algo desesperada y alcanzo el cuchillo mas largo para protegerme.

 

Aparece tambaleándose y con ambas manos sostengo el arma cortopunzante.

 

No te acerques.

 

Ya viene por ti y seras mia…

 

No se de que habla.

 

Camilo no te acerques…

 

No suelto mi seguro de vida cuando se me viene encima y no contengo el impulso que me lleva a soltar el envión el cual provoca que le entierre la hoja en el pecho, solo para defender. Sin darme cuenta tengo las manos llenas de sangre. de su sangre

 

Mis latidos se ralentizan, su mirada y la sangre que brota de su boca me da pavor y apenas absorbo el momento cuando su cuerpo cae al piso dándome cuenta que acabo de matar a mi esposo.

 

Las manos me tiemblan, el aire a mi alrededor desaparece cuando las lágrimas se me salen y lo primero que hago es caer en mis rodillas moviendo el cuerpo de mi esposo con los dedos llenos de sangre. Siento que entro en un mundo completamente surreal, que todo a mi alrededor se derrumba cada que ve mis manos llenas de…

 

Su sangre.

 

¿Que hice Dios? ¿en que me convertí? las lágrimas nublan mi visión, caen sobre la ropa de mi esposo que no se mueve dándome el tipo de dolor que me destroza el alma.

 

Quiero que sea una pesadilla y despertar, necesito despertar de este horrible sueño, pero estoy atrapada en una cruel realizad que me hace doler el pecho inimaginablemente.

 

Camilo, háblame…

 

Lo llamo varias veces, muevo su cuerpo, y tomó sus signos vitales, pero nada es efectivo cuando obtengo solo silencio de su parte.

 

Perdóname mí amor, yo no quería hacerlo, yo...

 

Le tomó el rostro con ambas manos llenando su piel de sangre y otro tanto mancha piel con el rastro del líquido carnesi que tiene en la boca.

 

Dios mio, Dios mio lo mate, juro que yo no quería hacerlo, yo solo... Yo solo.

 

Se me estanca en la garganta las palabras porque lo único que hago es llorar con el corazón destrozado. Tiemblo llena de miedo porque no se que voy hacer ahora. ¿Que será de mi a partir de este momento? Me lleno de preguntas que me cuestan responderme porque simplemente tengo la cabeza llena de humo. Llevo mis manos a mi rostro sin importarme que esten llenas de sangre..

 

Simplemente lloro a gritos porque acabo de asesinar al hombre que jure amar. No se en que momento mi vida se convirtió en esta desdicha.

 

Yò no quiero que se muera, yo lo único que deseaba era que no me pegara..

 

Hola muñeca.

 

Me voy hacia atrás descubriendo mi rostro y alzo mi cabeza notando la presencia intimidante del hombre con ojos grises y cabello negro. Es demasiado alto, parado se ve como un Dios maligno y paso saliva con dificultad sintiéndome un pobre cachorrito. No se quién es, pero el hielo en su mirada me deja perpleja al mismo tiempo que desencadena un temor inexplicable cuando en cuclillas me mira.

 

Que este a la misma altura que yo no, merma su aura que me aplasta y el labio inferior me tiembla con su mirada puesta en mí.

 

—¿Explícame que paso aquí? —demanda—ya

 

El tono de voz, su timbre grueso me estremece y el asentó ruso remarcado me afloja las piernas. No contesto, no soy capaz de emitir una palabra.

 

No me gusta repetir las cosas muñeca.

 

No parece que quiera hacerme daño, sin embargo me encojo de miedo cuando tres hombres más aparecen detrás de él. Los miro temerosa y nota mi expresión de manera que también mira atrás demandando que salgan y me dejen a solas con el.

 

Ellos no piensan hacerte daño, quien te lo haría seria yo si no hablas de una buena vez y por todas.

 

Se me hace un hoyo negro en la boca del estómago. La mirada que me dedica me dice que no lo va a repetir y que me podría ir muy mal si continuo con mi silencio.

 

Intento, el —el recuerdo me parte —Yo solo me defendí.

 

Entiendo muñeca —sigue en la misma posición haciéndome sentir una hormiga bajo su zapato. Mira el cuerpo soltando un gruñido que impacta en mi cuerpo poniéndome los pelos de punta—¿porque lo apuñalaste?

 

Dios mío, miró el cuerpo con el cuchillo en el pecho y absorbo el momento como la peor catástrofe de mi existencia. Soy una asesina, yo lo mate, soy una mala mujer..

 

—¿Porque estas desnuda?

 

Tantas preguntas. No me había dado cuenta, miró mi cuerpo y en el también tengo sangre poniéndome peor.

 

Yo—miro al sujeto con miedo—intento violarme.

 

Digo para estallar en llanto llevando mis piernas al pecho con los latidos de mi corazón desbocados. El hombre se levanta y de reojo noto su estatura apretándome las tripas. Es demasiado alto o yo en este momento me siento demasiado diminuta. Pero simplemente su postura dice una sola cosa es, «ténganme miedo»

 

No lo sé, estoy tan impactada que apenas proceso el momento de sentir algo rodear mi cuerpo y el perfume caro entra por mis fosas nasales haciéndome sentir protegida.

 

Marko llévatela. 

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