Capítulo 3

Paso las hojas una por una, leyendo que ese maldito está siendo bastante persistente y tendré que averiguar si ésta chica es la primera o si tiene a alguna otra persona bajo sus garras. Si lo que planea es lo mismo que hace años, entonces una de dos, o tiene a más o está intentando llevarse a varias a la vez. 

Me parece increíble que no desista, y bastante patético, si me lo preguntan, como si realmente fuera a conseguir su objetivo, solo le falta decir que desea conquistar el mundo... Me recuerda a ese ratón blanco de caricatura, con sus planes de todas las noches para conseguir su objetivo. Obviamente todos fallaban siempre y con éste infeliz no va a ser diferente. Soy una asesina, no una "heroína" de caricatura o comic, sin embargo, tengo cuentas qué saldar con ese desgraciado y un deber que he dejado bastante de lado últimamente. 

No importa, ese idiota morirá y eso es lo que interesa ahora, voy a hacer que se arrepienta de todo lo que hizo y me cobraré cada cicatriz... 

La chicharra suena y la puerta se abre, mostrando a Dave ésta vez, lo que me hace sonreír de lado.

-¿Qué le pasó a tu compañero? No me digas que se enojó por tener una pequeña línea en su mejilla... Por favor, ni que fuera tan guapo, y además, dicen que a las mueres les gustan las cicatrices. 

-Hela, no empieces, solo vamos, ¿sí? Vas a salir de aquí, no te pongas pesada ahora. 

-Uy, qué amargado, y yo que estaba por decir que iba a extrañarte. 

-Vamos de una vez, al fin me libraré de ti y tu fastidioso sarcasmo y particular sentido del humor.

-Quéjate cuanto quieras, ambos sabeos que vas a echarme de menos. 

Dave pone los ojos en blanco y suspira con cansancio, haciéndose a un lado para que pueda pasar y con carpeta en mano, cruzo hacia el exterior de éste cuarto de concreto y acero, guiñándole el ojo con diversión mientras enfilo hacia la sala donde almacenan las pertenencias de los presos. En cuanto esa caja se abre frene a mí, no puedo evitar sonreír con satisfacción de, por fin, poder quitarme éste estúpido mono naranja y reemplazarlo con la ropa que prefiero usar. 

Pantalones de vaquero obscuros a la pierna, botas tipo borsegos con cordones y taco negros, camiseta con el logo de metálica, mi chaqueta favorita de cuero y mi gorro de lana del mismo color, haciendo resaltar mi cabello rojo. Recuperar mis aros también es motivo de alegría, mi labio se sentía vacío sin la argolla que tengo en el inferior izquierdo y era raro no sentir el tintineo de las cadenitas de mi oído derecho. 

Muchos dirían que un buen asesino, es aquel que pasa completamente desapercibido, aquel que está ahí, pero tú no lo sabes, aquel al que confundes con facilidad con un transeúnte común y corriente o con el tendero de una tienda, sin embargo, en la actualidad, los jóvenes hacen cosas muy locas con su estilo para sobresalir, hasta podría jurar que por lo menos la mitad de todos ellos se ha teñido el cabello (como mínimo) una vez, si no es que lo lleva de colores todo el tiempo. Entre ellos, solo soy una más... Y para el resto existen las pelucas.

Junto con mi ropa está mi billetera con mis documentos y algunos billetes, mi teléfono (sin batería obviamente) y una agenda que, evidentemente, nadie entendió para qué es, lo que me deja tranquila. Como he dicho hasta ahora, liga de idiotas...

Guardo todo y salgo por la puerta hacia la salida, sintiendo el aire fresco y el sol dándome en el rostro. 

-Aaaaaaah... La libertad.

Una tos "disimulada" llama mi atención y me encuentro con mi contratador y su asistente esperándome en, bueno, un helicóptero... Interesante. Con mi rostro de póker habitual, termino de acortar la distancia y me detengo delante de ellos, quienes me observan de arriba abajo con el ceño fruncido de curiosidad.

-¿Qué? ¿Esperaban un atuendo completo de vinil, con botas de taco aguja y un guardapolvo largo de cuero y todo en un obscuro y sexy color negro? Por favor... No es práctico, hace demasiado ruido y, como detalle, si no está debidamente preparado, pellizca en lugares incómodos. 

Paso por su lado caminando hacia el pájaro metálico y juro que casi puedo escuchar su risa por mi declaración. Una vez abordo, ellos también suben y dan la orden de partida, haciendo que esto se mueva.

-¿A dónde iremos ahora? 

-Necesitas un cambio de imagen. Si bien mi hija ya ha tenido el cabello corto como lo tienes, nunca lo ha tenido ni lo tendrá de ese color. 

-Qué amargado, resalta mis ojos... Y la sangre se disimula mejor cuando lo tienes así. 

-No interesa, aunque no eres ella, tendrás que fingir que lo eres y hay un código en cuanto a imagen, y la tuya no entra en él. Si quieres tener la posibilidad de encargarte de Demetrius, tendrás que seguir las normas. 

-Ya qué... Pero no usaré ropa del color de las florecitas. Si me quieren vestir con colores pastel o como una muñequita, prenderé fuego a lo que sea que me traigan. Lo advierto, sé dónde conseguir materiales incendiarios con mucha facilidad. 

-Está bien, supongo que es justo. Podríamos decir que mi esposa ha buscado un estilo más adulto para nuestra hija y por eso el cambio.

-¿En serio usa tanto esos colores?

-Le gusta lo delicado y suave. 

-Entonces éste trabajo será mucho más complicado de lo que esperaba, y no precisamente por Demetrius...

Luego de eso, pasamos el resto del viaje (que habrán sido un par de horas), un rato explicándome algunas de las actividades de a quien voy a reemplazar y cosas importantes sobre ella y el resto en silencio mientras permanezco hundida en mis pensamientos, una mezcla de recuerdos que me llenan de ira, con las posibilidades de lo que pasará y de la futura muerte, que me hacen sentir más tranquila. 

En un momento, el presidente y su asistente hablan bajo y veo al primero frotarse el rostro con cansancio para luego dar una orden al piloto. 

-¿Qué ocurre?

-Cambio de planes, iremos directo a la casa. 

-¿Por qué?

-Porque mi esposa ha puesto el grito en el cielo cuando se enteró de todo eso. 

Esa afirmación me divierte, aunque mantengo mi rostro serio; su mujer parece ser de esas que manipulan a su marido para obtener lo que quiere y, si no está feliz conmigo, va a hacerle la vida imposible para que cambie. Va a ser una pena, porque no voy a irme, no me interesa a quién le moleste o no.  

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo