Capítulo 1

-Vamos, ponte de pie, tengo que ponerte las esposas para que vayas a la sala de visitas. No puedes hacerte de rogar.

Afino a punta que acabo de doblar y reviso con la mirada al idiota de Shon, el cual es nuevo, tiene a penas un mes trabajando aquí, y parece haberse olvidado momentáneamente de con quién está hablando. 

-Aún no respondes mi pregunta, ¿quién querría verme? Se supone que éste lugar es algo así como ultra secreto, por lo que, quien sea mi visitante, es obvio que tiene mucho poder, así que dime, ¿qué persona en ese rango, vendría específicamente aquí a verme a mí? Y más aún siendo tan tarde...

-Menos preguntas y mejor muévete.

-Respuesta incorrecta.

Antes de que pueda procesar mis palabras, arrojo la pequeña cuchilla de papel que he hecho, la cual tiene una punta bastante afilada y, tal y como espero, ésta hace un corte en su mejilla, el cual inmediatamente empieza a sangrar, haciendo que el idiota se lleve la mano al rostro para cubrir el pequeño aunque doloroso corte. Su mirada sorprendida me sigue mientras me pongo de pie y me acomodo las cortas mechas color sangre, observándolo por entre ellas con gesto un tanto divertido. 

-No olvides con quién estás hablando, ¿sí? Será mejor para tu supervivencia. 

Con eso dicho, me volteo acomodando mis brazos para que me coloque las esposas y salimos de mi celda en camino hacia la sala donde me esperan. Me produce cierto grado de curiosidad el saber quién solicita mi presencia, porque no he tenido compañía en absoluto en el casi año que llevo aquí dentro. 

A decir verdad, éste sitio no está tan mal, después de todo, vivo tranquila, sin preocuparme de nada, sin tener que ver por encima de mi hombro por mi cuello, porque todos saben quién soy y nadie se atreve a siquiera mirarme por más de unos pocos segundos (sobre todo si saben que los he visto hacerlo), tengo una vida medianamente sana de ejercicios, comidas pasables y tiempo para mis esparcimientos... Podría ser peor. 

Avanzamos en silencio por los pasillos y los que tienen solo rejas en lugar de puertas blindadas, como es mi caso, revisan mi "desfile de pasarela" hacia nuestro destino, imagino que preguntándose qué es lo que ocurre o por qué me sacan de mi aislamiento. 

Pobres idiotas...

Finalmente, alcanzamos la sala de visitas y Shon me hace entrar, sorprendiéndome un poco más (aunque permanezco con mi rostro neutro), cuando entiendo que, quien está del otro lado de la mesa, no es otro que el presidente mismo. ¿Y éste qué hace aquí? Ahora sí que estoy interesada en esto. 

Me acomodo en la silla frente a él y al que imagino que es su secretario y los observo a la espera de que alguno diga algo, aunque ya que estamos en presencia del "Señor Presidente de los Estados Unidos"... quizás deba retomar un poco la cortesía, ¿no?

-Sr. Presidente, ¿qué lo trae a éste pútrido agujero del demonio al que llamo hogar temporalmente?

-Hela Agatha Romanovitch...

-Hacía mucho que no escuchaba mi nombre completo...

-Veintidós años, oriunda de Rusia, alto coeficiente intelectual, experta en todo tipo de armas y con una sentencia de cadena perpetua por el asesinato del jefe de la cámara del congreso y acusada de más de setenta muertes en los últimos tres años. 

-Todas sin pruebas reales para ser sustentadas...

Lo que no quiere decir que sean mentira, de hecho, son muchas más, pero ¿para qué decirlo? El Presidente cierra la carpeta frente a él y me observa, esperando algún tipo de reacción de mi parte, a lo que me limito a alzar las cejas a la espera de que continúe; me estoy aburriendo. 

-Gran currículum, aunque no es precisamente un cumplido, si todo lo que dice es cierto. 

-¿Sabe algo? Ésta "charla" está perdiendo mi interés, y si eso pasa, me retiraré a mi celda, así que, ¿por qué no mejor me dice qué es lo que hago aquí de una? Las idas por las ramas me molestan y resultan inútiles. 

-Correcto, supongo que es lo mejor. Tengo una misión para ti. 

-¿En serio?

-Si la cumples, serás recompensada.

-¿Y qué podría ofrecerme que fuera atractivo para mí?

-Si consigues el objetivo, te sacaré de aquí.

Me río sin poder evitarlo, lo cual parece desconcertarlo, por lo que decido explicarme.

-Eso no es algo que realmente me interese, porque si quisiera huir de éste sitio, hace mucho que ya no estaría aquí.

-Estás en una cárcel de máxima seguridad, en aislamiento, siendo vigilada las veinticuatro horas del día. Incluso ahora estás esposada, ¿cómo podrías haberte ido como dices?

Con una ceja alzada, simplemente saco las manos de la espalda y dejo caer hacia ellos las esposas que antes sostenían mis manos y que, obviamente, no representan reto alguno para mí, lo cual los deja a ambos sorprendidos y hace bufar a Shon, el cual me mira con mala cara cuando le sonrío sobradora y me acomodo en la silla, cruzando las piernas sobre la mesa. 

-Como dije, si quisiera, ya me habría ido, así que, si quiere que haga algo por usted, es mejor que me ofrezca algo mucho más tentador para mí. Incluso, si la misión es lo suficientemente llamativa, eso podría ser lo que haga que acepte, así que, ¿cuál es?

Aún un tanto aturdido, el presidente abre nuevamente la carpeta frente a él, solo que ésta vez, lo que saca parece ser una foto y la desliza sobre la mesa hacia mí. En cuanto la tomo, siento que me han empezado a hacer una broma. 

-¿Por qué alguien hizo photoshop con mi foto? El cabello rubio y largo me hace parecer tonta...

-No eres tú y no es tonta en lo absoluto.

-¿A no? ¿Y entonces quién es?

-Ella es mi hija, Mailena. 

-¿Es un chiste?

-No, por raro que parezca, mi hija es exactamente igual a ti, excepto por detalles estéticos como el color de cabello, los tatuajes y las perforaciones. 

-¿Y qué es exactamente lo que quieren con esto?

-En el último mes, alguien ha estado tratando de secuestrarla; hace unas horas fue el intento más reciente, la golpearon por resistirse y cada ataque es más fuerte, por lo que me preocupa que el servicio secreto no pueda realmente protegerla y no quiero que ella tenga que vivir encerrada lo que resta de mi mandato, solo porque un desgraciado quiere llevársela para manipularme a su antojo. 

-¿Y me necesita específicamente para...? Déjeme adivinar, ¿quiere que lo atrape y/o lo mate?

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