Cap:3: Mirada fría.

El cuerpo de Rouss yacía en el piso, su cabello estaba despeinado, sus mejillas estaban rojas he hinchadas, sus labios ensangrentados temblaban levemente mientras se mordía el labio inferior saboreando el sabor metálico para aguantar los sollozos que querían escapar.

Los murmullos de la multitud que se habían agrumado se podían escuchar.

–¿Qué está pasando?, ¿Por qué la novia está en el piso?–. preguntó alguien que acababa de llegar con desconcierto.

–No lo sé exactamente, pero ya que su prometido no hace nada, deben de haber terminado–  respondió tranquila e indiferentemente, pero con mucha satisfacción la joven interrogada.

–Ohh, debe ser así– musito la otra chica sin darle importancia.

Algunos otros murmullos más continuarán, el cuerpo de Rouss temblaba levemente y sus largas pestañas revoletearon humedecidas para esparcir las lágrimas que querían brotar.

En el siguiente segundo, siente como es tomada del brazo bruscamente levantándola del piso quedando frente a su padre que la miraba con un semblante oscuro –¡bastarda! –  dándole una cachetada, –eres una vergüenza para la familia Wyner, ¡desvergonzada! – gritó dándole otro golpe y susurrándole –nunca debiste haber nacido, eres solo un estorbo y buena para nada como tu madre, deberías de ir hacerle compañía–  escupió tales  palabras llenas de  odio, las cuales solo Rouss había escuchado.

El corazón de Rouss quedó totalmente destruido, los fragmentos estaban esparcidos como vidrios en el piso, sin poder aguantarlas, las lágrimas fluyeron por sus hermosos ojos deslizándose por sus mejillas.

Don la volvió a bofetear nuevamente de ambos lados haciendo que Rouss cayera nuevamente al piso, las fotos que Don sostenía se las lanzo golpeándola en la cara quedando esparcidas en el frío piso junto a ella.

Rouss miro en la dirección de Bratt nuevamente, quizás buscando ayuda de él con su mirada apagada y sin vida. ‘¿Por qué no me ayuda?’, ‘¿dónde quedó esa promesa que siempre me protegería y me cuidaría?’, ‘¿acaso todas fueron mentiras?’.

Bratt se estremeció al verla en ese estado lamentable, inconscientemente su pie se levantó para ir con ella. pero Lizzy que lo estaba observando, ¿Cómo podría permitirlo?.

La atención que actualmente tenía Bratt sobre Rouss fue rápidamente distraída al sentir un tirón suave en su manga, ladeando la cabeza, ve a Lizzy con una expresión preocupada y dolida en su dedicado rostro. Aunque no tenía una apariencia tan hermosa como Rouss, también era bonita.

Sus ojos eran tímidos y transparentes mientras lo miraba fijamente. –hermano Bratt…lo siento, padre siempre ha buscado la manera de ayudarla a superar esa adicción, pero ella rechaza nuestra ayuda…– La voz de Lizzy se fue apagando dando paso a un sollozo junto con las lágrimas que brotaban de sus ojos, su mirada era de pesar e impotencia mientras sus grandes ojos lo miraban.

Lizzy se veía muy lamentable en esos momentos, su apariencia se veía tan delicada y lastimera, como un cervatillo que estaba perdido, sus dedos que aún sostenían la camisa, temblaban  un poco.

Cualquiera que la viera con esa apariencia, sentiría su corazón doler, activando las ganas de cuidarla, protegerla y reconfortarla en esos momentos, y Bratt, no era la excepción al sentir estos sentimientos.

Frotando suavemente su cabeza, la atrae a sus brazos haciendo que las mejillas de Lizzy se sonrojaran actuando tímidamente al sostenerlo de ambos lados de la camisa sin abrazarlo en su totalidad.

Rouss que los observaba desde lejos, sentía como su corazón dejaba de latir lentamente. Todo el amor que sentía por Bratt empezó a desaparecer, o eso quería pensar. Ella no podía seguir amando como loca alguien que le dio la espalda y la dejo sin darle el beneficio de la duda.

Bratt Miller, el hombre que ella había amado tanto, con el que pasaba soñando un futuro a su lado, con el que estaba dispuesta a envejecer tomados de la mano y dar todo por él… Ese mismo hombre la había golpeado e insultado, ¿Dónde quedaron sus sentimientos?, ¿Dónde quedaron sus promesas?, una sonrisa destrozada y autocritica se formó en sus pálidos labios ensangrentados.

Lizzy al mirar la cara llena de dolor de Rouss y su apariencia destruida, sintió un regocijo recorrerle todo su cuerpo, por fin la había vencido, la había humillado y  destruido, nadie jamás estaría dispuesto a estar al lado de una desvergonzada como ella.

Siempre había vivido bajo su sombra, escuchando como los demás la alababan por su belleza y su figura, además de ser muy inteligente ocupando siempre el primer lugar en todo, escuchando como los maestros la amaban y la alentaban a seguir adelante.

Pero sobretodo la odiaba por tener el amor y la atención de Bratt, amor y atención que deberían ser solo de ella, y lo conseguiría sin importarle nada. Bratt sería solo suyo, así como todo lo que ella tuviera debería ser solo de ella.

Siempre la había odiado hasta los huesos, haciéndola quedar mal siempre que podía sin importarle lo que pasara con ella, Rouss era su enemiga a muerte, y estaba dispuesta a destruirla sin importar que.

Cuando Rouss miro a Lizzy en los brazos de Bratt, pudo ver esa mirada llena de superioridad y arrogancia, con  un  brillo de felicidad y satisfacción al verla en el estado lamentable que estaba. Solo ella pudo notarla cuando sus miradas se conectaron.

Lizzy dejo suavemente los brazos de Bratt, al tiempo que este le preguntaba si estaba bien con una cálida mirada, haciendo que Lizzy se sonrojara más y tarareara  en confirmación tímidamente. Pero cuando estuvo a punto de dar un paso para alejarse, su cuerpo se tambaleo perdiendo el equilibrio, donde solo el duro piso la esperaba,  cerrando los ojos se preparó a esperar su destino.

Pero al ver esto, Bratt la sujeto rápidamente por la cintura atrayéndola a su cuerpo, haciendo que Lizzy se tornará roja bajando la mirada tímidamente.

Si ese hombre no estuviera o estuvo a punto de casarse, todos pensarían que hacían una bonita pareja que fue hecha por los mismos dioses.

–Así que, ¿cualquiera puede tener a Rouss?– exclamo un hombre algo gordo  de baja estatura mientras la miraba lascivamente. ‘Ya que era una pu**,¿Por qué debía contenerse?’. Siempre había fantaseado con tener el joven y tierno cuerpo debajo del suyo, y ahora que era posible, ¿Cómo no aprovecharía esta oportunidad?.

Las palabras del viejo rompieron el silencio que se había formado e interrumpiendo los pensamientos de los demás, haciendo que fijarán su atención en ella nuevamente.

–¡Tan pura que aparentaba ser y es toda una pe**!– espeto alguien en la multitud con desprecio y odio.

–Mujeres como ella no deberían existir, ¡ojalá se muera! –  vocifero alguien más con un tono lleno de asco.

Rouss se levantó lentamente del piso, toda su expresión había cambiado, aunque podía escuchar todas esas palabras, ninguna se grababa en sus oídos.

Su mirada se tornó tan fría como un glaciar, a pesar que el clima era cálido, la temperatura descendió como si estuvieran en invierno y el frío consumía sus cuerpos y huesos.  Su rostro estaba sin ninguna expresión, nadie podía adivinar lo que estaba pensando.

Con su intensa mirada fría escaneo la multitud que estaba observándola, su padre que era el más cercano se quedó paralizado en su lugar al ser mirado con esos ojos fríos tan intensamente, su cuerpo inconscientemente tembló, al igual que todos los presentes.

Sin saber cuándo, habían contenido la respiración presos del miedo al ver esa mirada.

Rouss desvío su mirada hasta la pareja que aún estaba abrazada caminando  lentamente hacia ellos. Cada paso que daba, era un golpe de emociones para los presentes, todos aún estaban congelados, respirando suavemente para no ser vueltos a mirar con esos ojos y también para ver un buen espectáculo.

Cuando solo estaba a unos pasos de ellos,  muchos contuvieron la respiración. El cuerpo de Lizzy tembló de miedo al ser vista tan fijamente por esos ojos tan fríos que pareciera que la estuvieran congelando. Sus manos se aferraban fuertemente en la espalda de Bratt.

La sorpresa y la estupefacción brilló en los ojos de Bratt  al ver por primera vez a Rouss con esa mirada, aunque no lo admitiría y no lo demostraría, también sintió algo de temor.

–Te advierto Rouss, si le llegas hacer algo no saldrás….–.

Rouss ni siquiera se inmuto por su advertencia o les volvió a dedicar otra mirada, paso junto a ellos dejándoles una sensación de entumecimiento por su aura tan fría.

–¡ROUSS!–  Un fuerte grito se escuchó llamándola  lleno de angustia.

Rouss se detuvo, pero no se dio de la vuelta, aunque su cuerpo le gritaba correr y lanzarse a los brazos de su abuela, su mente herida y llena de orgullo no se lo permitía.

–Rosy,  ¿Qué está pasando?– indago con voz preocupada y llena de expectación, su respiración se hizo pesada e irregular.

–¡Señora Luisa!, ¡no se exalte por favor!– trato de apaciguarla su ayudante.

Luisa no sabía que estaba pasando, hasta que envió a su asistente a ver porque estaba retrasada la boda si ya debería haber empezado.

Su ayudante, Nancy Termintglut, después de haber salido a investigar, llegó a su lado con pasos apresurados informándole lo que estaba sucediendo.

Sin perder un segundo más, se levantó de su lugar llegando hasta donde su Rosy, viéndola caminar  de espaldas con su vestido que anteriormente era blanco, ya que ahora estaba sucio y rasgado.

Rouss se detuvo, escuchándola decir con voz tranquila que estaba bien. Pero ella sabía que mentía, algo había pasado, más bien, algo le habían hecho esas escorias.

La multitud al ver la preocupación y lo inquieta que estaba Laura, no podían evitar refunfuñar en secreto, ¡alguien tan sinvergüenza y descarada como lo era Rouss no merecía la preocupación de la vieja maestra de la familia Larton!.

–¡Sra. Larton!, no debería preocuparse por una pe**a tan descarada como lo es esa Rouss–  sin poder evitarlo, grito la voz de una mujer entre la multitud, haciendo que Luisa se exaltara mirando rápidamente en dirección a la voz con una mirada oscura.

La joven que envidiaba y odiaba a Rouss por intimidar a su amiga Lizzy, se encogió de hombros escondiéndose entre la multitud Presa del miedo al ver su rostro oscuro y con ganas de levantar a bastonazo a cualquiera.

–Sra. Larton, tranquilícese, todos estamos igual de sorprendidos y conmocionados por lo que acaba de suceder, es algo que no teníamos previsto que se enteraran, ¡que lamentable! – vocifero Fanny con aparente estado abatido y preocupación en su rostro.

–¡¿De qué tontería estás hablando?!– exclamo molesta Luisa arqueando las cejas.

Fanny titubeó un momento antes de entregarle el sobre con algo de nerviosismo, pero con un brillo fugaz en sus ojos de satisfacción cuando bajo la mirada.

Luisa tomó el sobre abriéndolo con desesperación, quedándose paralizada al ver el contenido en su interior. todo el calor abandonó su cara, tornándose pálida al tiempo que sus manos temblaban, sus ojos conmocionados se dirigieron a Rouss que aún le daba la espalda.

Su Rosy no era esa clase de mujeres, ella la conocía muy bien, ella la ha visto crecer paso a paso, la había visto formar su carácter con el paso del tiempo haciéndose más reservada y distante, y todo seguramente por las personas que planearon humillarla. ¡Pero ella jamás lo permitiría!, y si fuera cierto, tampoco le daría la espalda a su querida nieta.

–Rosy…–.

–No te preocupes abuela, estaré bien– respondió Rouss con voz algo suave, pero sin dejar de sonar fría sin darse la vuelta.

Rouss dejó escapar un silencio suspiro al escuchar como la llamo su abuela. Solo ese nombre basto para saber que ella le creí.

No podía negar que tenía miedo, terror que ella creyera en el montaje que había hecho su supuesta ‘familia’ para humillarla y deshacerse de ella.

Los labios de Rouss se torcieron en una sonrisa sarcástica, ¿familia?, ¿quiénes eran su familia?, ese que ella pensaba que era su padre resultó siendo su peor enemigo.

Luisa se calmó al escuchar sus palabras, sabía que esto marcaria la vida de su Rosy para siempre y al ver que seguía erguida con una postura inquebrantable, comprendió que había nacido una nueva Rouss, la cual no se dejaría pisotear y humillar nuevamente de nadie.

La multitud se miraba sin entender que estaba pasando, sus miradas expresaban desconcierto y desinterés.  Estaban esperando un buen espectáculo, pero no había pasado nada, ¿Qué estaba pasando? ¿Qué giro de los acontecimientos era este?.

La multitud no era la única desconcertada y confundida, el trío que había organizado tal fechoría creían  que  iban a matar  dos pájaros de un solo tiro, no estaban muy contentos al ver que las cosas no resultaron como lo esperaban.

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