CAPÍTULO 6

Las clases de la mañana habían acabado y teníamos un espacio para ir almorzar, pero vamos, lo menos que quería era ir a un lugar bastante copado. Ya sabía que este día no era mi día y no quería tener que pasar una situación bastante penosa delante de más personas…aunque empezaba a tener mucha hambre.

—Hola, soy Mia Cooper —levanté mi vista de mi cuaderno y lo primero que vi fue una mano, después un brazo y por último una hermosa chica con ojos azules.

—Alison Walker —estreché su mano—. Si quieres acercarte por la única razón de querer tener algo con mi hermano, déjame decirte que está completamente enamorado…perdiste.

Dejé en claro, entre más rápido nos entendiéramos muchísimo mejor.

—Bueno Alison, perdería si estuviera detrás de tu hermano y si él fuera mi tipo de hombre —se encogió de hombros despreocupada.

—Si no te acercaste por ello, ¿entonces?

—¿Lastima? —ironizó, rodando sus ojos—. No tienes amigos, yo tampoco…somos la media naranja de la otra, no tienes que agradecerme.

Fruncí mi ceño a mas no poder y volteé a ver a los lados, dándome cuenta que éramos las únicas en la sala.

—Me agradas —sonreí, era muy peculiar.

—Ahora guarda todo, necesito comer o esta hermosura de personalidad se ira a la m****a —empecé a reírme, pues era exactamente igual y mi estomago empezaba a pedirme alimento.

Guardé mis cosas y salimos juntas, el que me agradara no significaría que la dejaría entrar así por así en mi vida, no era tan idiota.

—¿Siempre eres así con los nuevos? —quise saber, mirándola de reojo.

—No claro que no —sacó un espejo de su bolso y empezó a mirarse y hacer caras extrañas—. Tu baile me cautivó, me dije…debe de ser estupendo tener a una amiga que constantemente pasé por cosas vergonzosas y un tanto únicas.

—¿Acaso crees que seré tu maldito payaso personal?

Estaba entre alagada y ofendida con lo que acababa de decir.

—Y yo puedo ser tu consejera —sonrió, guardando el espejo. Arregló su cabello, ajustó su camisa y se enderezó aún más si era posible.

—¿Qué pasa contigo? —pregunté confundida, señalando todo lo que estaba haciendo—. ¿Qué? ¿acaso tratas de impresionar a alguien?

Se detuvo y de paso me detuvo a mí, mirándome fijamente y resopló.

—Mira, iremos a la cafetería… ¿entiendes la magnitud? —negué, lo que hizo que rodara sus ojos y maldijera en voz baja—. La impresión que das es lo que valdrá, además cada ojo te estará vigilando, te intentaran sacar el menor de tus defectos.

La miré horrorizada.

—¿Hacen eso? ¿En dónde creen que estamos? —bufé, queriendo por un momento no ir hasta allá.

—La verdad es que eres la hermana de una de las personas más famosas de aquí, en cuanto pises esa cafetería hablaran de ti y por estar a tu lado…de nuevo relucieran mi desliz del año pasado así que —se encogió de hombros—. A la m****a todos, somos espectaculares.

—¿Desliz? ¿Qué desliz?

Yo no buscaba la información, la información venía a mí.

—Cuando seamos lo suficiente cercanas y sepa que no me utilizaras y apuñalaras por la espalada, entonces hablaremos.

La miré asombrada y pensé.

Tal vez si éramos la media de cada una después de todo.

Continuamos caminando, empezando a ganar miradas curiosas poco a poco y justo cuando entrabamos a la cafetería, observé a Noah agarrado de la mano de Charlotte.

No los entendía…no lo entendía a él.

¿Cómo mierdas ibas de la mano con tu ex por la universidad?

—¡Alison! —gritó Ava, haciendo señas para que me acercara en la mesa donde estaban todos ellos.

Estaba por negarme, pero Mia ya estaba caminando en su dirección.

—¿Qué es lo crees que haces? —dije entre dientes—. No quería sentarme con ellos.

—Bueno, quieres a Noah y yo tener sexo con Aiden…ese es exactamente el lugar donde tenemos que estar.

La miré sin poder creerlo, aun cuando no quería a mi hermano, estaba interesada en uno de sus amigos y me estaba utilizando para llegar a él.

—Me utilizaste —dije, golpeándola con mi codo un tanto molesta.

—Y tú me utilizaras para darte toda la información posible de mi detestable prima Charlotte y su inexistente relación con Noah —me miró sonriendo y guiñó un ojo—. Estamos a mano, Alison.

No pude decir nada más pues habíamos llegado hasta la gran mesa donde estaban todos ellos. Jayden se levantó y me abrazó, preguntándome como me estaba yendo y solo pude responder un bien… demasiado seco, en mi mente pasaban muchas cosas como, por ejemplo:

¿Por qué Mia me relacionaba con Noah? ¿Acaso era una bruja? ¡no lo entendía!

—Ok, es hora de alimentarte —me señaló una bandeja—. Ya te compré tu almuerzo.

Todos hicieron un ridículo Awww, ganándose un idiotas al unísono de los hermanos Walker.

—Yo iré por mi almuerzo —anunció Mia, pero uno del equipo se levantó de inmediato, diciendo que él lo hacía.

La miraba atontado y supe de inmediato que gustaba de ella.

—¿Y cómo te parece la universidad, pequeña Walker? —la voz chillona de la barbie taladró mi tímpano—. ¿Cómo te ha ido hasta ahora? Es normal que te sientas desorientada en cuanto a las clases.

La manera en que lo decía me hacía ver como una cría estúpida, bruta. Ella intentaba avergonzarme, pero lo que no sabía es que ese era mi segundo nombre. Vergüenza.

—No me digas pequeña, en realidad solo nos llevamos un año —dije, mirándola fijamente sin nada de gracia en mis palabras—. Con respecto a tu pregunta, no es así…cosas como esa no me pasan. Gracias por preguntar.

En el lugar se creó una tensión de inmediato. La barbie me miraba entre sorprendida y enojada, pero lo que diría uno de los del equipo… Luca Jones, haría que todos nos miraran a Noah y a mi confundidos.

—Oye Noah, una amiga los vio el viernes a la media noche en una pizzería —comentó, inclinándose sobre la mesa, alzó su ceja e insinuó en un tono malévolo—. No sabía que Alison y tú ya eran tan amigos, pues hasta donde sabia se conocieron ese mismo día.

Sabía que lo hacia por Jayden, por verlo molesto, pues en todo momento lo miró a él a la expectativa de lo que diría.

Volteé a ver a mi hermano, quien ni se inmutó y siguió comiendo, lo que me hizo asustar. ¿Tanta calma no podría ser buena o sí?

—¿Era por ella que no pudiste llevarme a casa? —alegó la barbie demasiado indignada, señalándome como si no valiera nada—. ¿Ocupado? Tu novia soy…

—No tengo novia, Charlotte —la interrumpió, su tono de voz era tan suave y delicado, era como si esa fuera la forma para que no se sintiera tan mal y no pasara vergüenza delante de sus amigos—. Deja de tergiversar el simple hecho de que invité a comer a la hermana de mi mejor amigo, Jones. Si buscas que Jayden se sorprenda o en el peor de los casos, se moleste conmigo no lo conseguirás…él está al tanto de todo.

Se levantó de la mesa y se fue, no volteó a mirar a nadie más…solo se fue y por su ceño fruncido imaginaba que estaba molesto.

—Dios, que intensidad todo esto —comentó Ava, levantándose y yendo tras él.

—Alison —nombró la barbie entre dientes—. Es mejor que te…

—Charlotte —dije, agarrando mi bandeja con comida para irme—. Es mejor que no trates de imponerme algo…adiós.

Después de ese encuentro, junto con Mia decidimos almorzar al aire libre mientras hablábamos temas triviales y nos conocíamos más, era una mujer realmente interesante y horrorosamente directa…nuestras personalidades compaginaban realmente bien. Cuando ya estuvimos de nuevo entre clase y clase, el tiempo pasó realmente rápido y cuando menos lo pensé, me encontraba en el estacionamiento esperando a Jayden, que cabía aclarar, llevaba retrasado ya quince minutos.

Estaba cansada y quería descansar, ¿Por qué se tardaba tanto? Él era muy puntual.

Mi celular sonó y contesté de inmediato al ver que era él.

—¿Qué rayos, Jayden? —cuestioné, caminando de un lado hacia otro.

Ya no había casi automóviles, empezaba a quedarme sola y estos lugares me daban un tanto de miedo. Culpen a las películas de terror que mi hermoso hermano me obligaba a ver con él.

—Lo siento hermana, pero el coach acaba de castigarme y tardaré mas de lo habitual…Noah en este momento tendría que estar llegando al estacionamiento, él te llevará.

Me quedé en silencio al escucharlo. Sabía que Noah nos llevaría, pero no que me iría sola con él.

¿Qué si aún seguía enojada? Claro que no, ahora estaba demasiado nerviosa, pero me controlé y me obligué a decir cualquier cosa.

—Me contaras que sucedió cuando llegues a casa, por favor no tardes.

Nos despedimos una vez más y colgué, inhalando una cantidad exagerada de aire, para después soltarlo abruptamente.

El viernes tenía tragos encima, estaba mareada. Estar al lado de Noah se hacía fácil en esa condición, me sentía mas valiente y con la capacidad de estar a su lado sin suspirar o pensar que un año antes, tenía una cierta obsesión con él.

—¿Alison? —preguntaron detrás de mí, volteé a ver y era Mason—. ¿Qué haces aquí? Pensé que ya te habías ido.

—Hola, esperaba a mi hermano, pero no podrá venir…el coach lo retrasará un poco —me encogí de hombros, restándole importancia—. Pero…

—Si quieres puedo llevarte, ¿te parece? Así vamos y pasamos por un helado.

La oferta era tentadora, claro que quería ir a comer un helado.

Según Jayden, Noah tendría que estar llegando, pero no lo veía por aquí…tal vez no iba a venir por estar con Charlotte y por esperarlo perdería esta oportunidad.

Estaba por aceptar, cuando una tercera voz se escuchó en el lugar. No había necesidad de decir quien era.

—Ella no irá a ningún lado, Harris —sentí como me agarraba la muñeca—. Sin más que decir, adiós.

Tiró suavemente de mi y lo seguí, no sin antes despedirme de Mason y agradecerle su hermoso gesto.

Abrió la puerta del copiloto y entré, por un momento me sentí extraña, nadie mas que mi hermano hacia ese pequeño pero significativo gesto por mí. Segundos después entró él y arrancó, por lo que había pasado en la cafetería y lo de hace poco, no quería hablar y hacer que se enojara aún más.

Mejor me callaba y respondía los mensajes de mis amigos en Atlanta. Minutos después llegó un mensaje de mamá y resoplé fastidiada por lo que decía, así que procedí a llamarla.  

Un tono, dos tonos, tres tonos.

—Cariño —su delicada y melodiosa voz se escuchó.

—Pensé que los viajes de trabajos cesarían —susurré—. ¿Será igual que en Atlanta?

Sabía que no podía reclamarle, era su trabajo y debía de cumplir, pero, no quería que volviéramos a lo mismo. Cuando vivíamos en Atlanta sus viajes de trabajo duraban semanas…prácticamente vivía sola y una de sus promesas al llegar aquí era justo eso, no viajaría tanto.

—Claro que no, pero debo hacerlo…esta vez no estarás sola, Jayden estará contigo.

Me incliné hacia un lado y apoyé mi cabeza en la ventana.

—No te he visto tanto, hoy no te vi, por ejemplo —se hizo un silencio en la línea—. Ya estás en el aeropuerto, ¿verdad?

—Quería despedirme, pero fue tan rápido que…lo siento, lo recompensaré.

Mis ojos se llenaron de lágrimas.

—Que tengas un buen viaje, mamá…vuelve pronto, te amo.

Esperé a que respondiera y colgué. No quería hacerla sentir culpable o mal, entendía que era su trabajo y tenía mucha responsabilidad, además después de lo de papá, en ella recayó todo el peso de la familia y no era algo fácil, menos cuando de repente estabas sola y sin tu hombro en el cual apoyarte.

Una traicionera lagrima salió y suspiré.

Reparé la vía que estábamos tomando y mi ceño se frunció al ver que esa no era el camino para llegar a casa, volteé a ver a Noah y pregunté.

—¿A dónde vamos, Noah?

Cuando el automóvil se detuvo en un semáforo en rojo, volteó a mirarme.

—¿Quieres ir al cine? —preguntó de repente, dejándome un tanto sorprendida—. Después podemos comer algo…lo que tu quieras. 

Me sentía atrapada y en vuelta en su mirada, era algo impresionante como él podía lograr algo como eso.

—¿Y Jayden? —quise saber.

No quería ser la culpable de discusiones entre ellos dos.

—Le puedes decir que saldrás con Mia —sugirió, con una pequeña sonrisa que notaba complicidad en su rostro—. Pero si no quieres, puedo llevarte a casa.

¿Estar sola o irme con Noah?

—Que sea una película romántica —dije entusiasmada, sabiendo de antemano que vería lo que fuera que yo escogiera.

—Será lo que tu quieras.

¡Ven! ¡Quiero diez para llevar! 

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