Open Case N° 06: Awkward

—¡Dejen de gritar todos! ¡Se sostuvo! —Patrick quitó a Jason de su caminó y reprochó con su mirada a los traumatizados cadetes que ahora miraban hacia abajo— Oye, sexy, ¿crees poder sostenerte?

—... No realmente —Jung gruñó mientras apretaba sus labios y trataba de mantenerse aferrado al alféizar de una de las ventanas del piso siete.

—Voy por ti —aclaró rápidamente y mordió su labio mientras intentaba descifrar cómo bajar hasta donde estaba Jung sin de hecho matarse en el intento.

Patrick, luego de escuchar los nerviosos comentarios de Jason, que realmente no estaba ayudándolo, se dispuso a bajar al muy delgado muro del piso de abajo, dejándose pender de una peligrosa manera y balanceándose para tomar impulso. No tenía otra opción, debía... sí... Debía romper la maldita ventana.

Los gritos de Lewis llenaron aquella habitación del piso siete luego de que Patrick rompiera el vidrio de la ventana y entrara, dando vueltas en el piso sobre los filosos pedazos de aquel cristal y devolviéndose rápidamente para ayudar al coreano que se resbalaba cada vez más y más.

—Oh... Me debes una. —Sonrió mientras tomaba la mano del mayor, que ya se había soltado del alféizar.

—¡Arriba! —Ignoró su comentario y le gritó con velocidad, obligándolo a volverse hacia el piso ocho y notando que los cadetes habían retomado su posición de disparo, apuntándoles luego de ver que Jung no caería y haciéndolo suspirar.

Sintiendo que aquella situación ya estaba crispando sus nervios, Patrick tiró bruscamente del más bajo, perdiendo su equilibrio y tambaleándose hacia atrás, cayendo de espaldas dentro de la habitación mientras el coreano aterrizaba sobre él y Lewis volvía a gritar.

—¿Por qué están tan obsesionados con nosotros? —bufó, no sabiendo si admirar aquella persistencia o sólo odiarla; estaba más cerca de lo segundo.

—FUCK! —Escucharon a Jason gritar afuera y Jung suspiró. Lo habían eliminado.

—Genial, ahora estamos atorados juntos. —Patrick bufó y Jung se incorporó.

—No si me deshago de ti. —Frunció su ceño y Patrick se sentó, acercándose de nuevo al rostro del mayor.

—Quiero verte intentándolo. —se burló— ¿Cuántas veces he salvado tu trasero hoy?

—Es por tu culpa que estamos aquí.

—Claro, fui yo quien se cayó por la ventana del octavo piso, lo siento —chistó.

—¿Por qué no sólo...?

—¡Busquen un cuarto ustedes dos! —Lewis les gritó desde la silla donde estaba amarrado y ambos se volvieron a verlo. Habían olvidado que el mayor seguía ahí.

Jung notó que seguía sentado sobre Patrick y se apartó rápidamente, desviando su mirada al sentirse avergonzado por no haberse percatado antes y aclarando su garganta incómodamente. El pelinegro simplemente se levantó del piso y caminó hasta el castaño, disponiéndose a soltar sus manos y sus piernas del ajustado amarre al que lo habían sometido.

—¿Cuánto tiempo llevas aquí? —preguntó entre risas y Lewis suspiró.

—No preguntes —bufó—... ¿Eso es sangre? —preguntó, alarmado al ver los brazos del más alto, llamando la atención de Jung y haciendo que el propio Patrick examinara su cuerpo.

—No es nada... —Se encogió de hombros, restándole importancia. Se había herido un poco al romper la ventana.

—Gracias. —Jung lo interrumpió, se sentía un poco (sólo un poco, mínimo, casi nada) apenado por aquello.

—Uhm... —Patrick se volvió a ver al sonrojado coreano y titubeó, no esperaba que el obstinado mayor le agradeciera tan de repente. Realmente no esperaba escuchar nunca un agradecimiento sincero de parte de Jung, estaba genuinamente desconcertado— Uhm... —Tragó fuerte, ni siquiera sabía qué demonios responder, ¿se había quedado mudo?

—No quiero seguir interrumpiendo estos extraños momentos suyos, pero... —Lewis se volvió a ver al petrificado pelinegro que estaba a su lado— Hay demasiada tensión sexual en esta habitación y prefería evitarla en aquella esquina... sin estar atado... lejos de lo que sea que esté pasando aquí... —Insistió, haciendo una mueca incómoda y sacando al menor de su aturdimiento.

Patrick parpadeó varias veces y se dispuso a seguir con su trabajo de desatar al mayor, sacudiendo su cabeza y reprochándose a sí mismo por lo estúpido que se debió haber visto. No habían pasado tantos segundos cuando su aún inútil intento por liberar a Lewis se vio interrumpido nuevamente por Jung.

—¡Somos los tipos malos! —gritó mientras se levantaba, asustando a los dos americanos frente a él.

—¿Qué pasa contigo? —Patrick suspiró, llevando una mano a su pecho.

—Piénsalo, tonto. —Se acercó al más alto— A eso se refería Taylor con lo de "guion", se suponía que nosotros fuéramos los secuestradores, por eso estos psicópatas están tan empeñados en eliminarlos... ¡Somos los malos! —Asintió frenéticamente y Patrick pareció entender.

—... —miró al coreano y luego al inmovilizado secretario— Lo siento, amigo, eso tiene sentido. —Se agachó detrás de Lewis y apretó más el amarre de sus manos.

—¡¿Qué haces?! —cuestionó molesto.

—¿Qué clase de secuestradores seríamos si te dejáramos ir? —soltó en una risita y Jung asintió.

—Debo estar de acuerdo con él. —Señaló al pelinegro y Lewis bufó.

—¡Oh! ¡Vaya momento que escogen para estar de acuerdo ustedes dos! —soltó ofendido y Patrick se levantó.

—No podemos estar aquí toda la tarde. —Patrick ignoró al castaño y se volvió a ver al coreano— Debemos eliminar a los participantes restantes rápido.

—¿Y cómo vamos a hacer eso, genio? Son al menos diez y nosotros dos —bufó—... Y Jason sigue atrapado en esa maldita ventana... —suspiró.

—Ellos también están compitiendo por lo mismo, deberán pelearse entre ellos tarde o temprano.

—No, recuerda que Taylor dijo que "quien tuviera más asesinatos podría competir por el premio" y justo ahora... —Apretó sus labios y frunció su ceño mientras veía al más alto— Tú. —Suspiró luego de llegar a la conclusión de que probablemente Patrick era el que llevaba la delantera— Las pistolas también tienen un contador, así que...

—Oh, no... —Patrick sacó sus dos pistolas y Jung mordió su labio inferior para contener la risa luego de darse cuenta.

—Eres un estúpido, realmente eres estúpido —rio y Patrick bufó—. Robaste la pistola de esa chica y ahora estás arruinado, no van a contar esos puntos. —Sonrió, haciendo que el más alto torciera sus ojos.

—Bien, entonces sólo debo ser el último de pie. —Casi al mismo tiempo que Patrick levantó su arma, Jung hizo lo mismo—. Ríndete de una vez. —Suspiró.

—No voy a hacer eso.

—Ni siquiera quieres el premio.

—Es cierto.

—Entonces sólo ve a casa.

—Te dije que no haré eso…

—¿Por qué?

—¡Porque Jason necesita el maldito premio para ir a casa y visitar a su madre enferma, pero es demasiado bueno como para decirlo porque sabe que los hará sentir mal y querrán rendirse sin siquiera intentarlo sólo para dejarlo ganar y cree que es injusto para todos, pero ahora lo eliminaron y yo debo ganar esta maldita cosa por él porque quizás sea la última vez que vea a su madre con vida! —Jung explotó y Patrick guardó silencio—... No le digas que te dije esto. —Suspiró con cansancio.

—... ¿Lo dices en serio? —preguntó con una mueca y Jung asintió— Ah... Maldición. —Chasqueó su lengua y caminó hasta la puerta.

—¿A dónde rayos vas? —preguntó confundido, pero Patrick no respondió sino hasta abrir la puerta.

—Quédate aquí —fue lo único que dijo.

Jung se volvió a ver al incómodo Lewis, quien sólo quería volver a casa, y se sentó en el piso, ¿qué acababa de pasar? Justo cuando estuvo a punto de levantarse nuevamente, pudo escuchar la voz de Taylor por los altavoces dispuestos en todo el edificio, diciendo un nombre tras otro, le tomó al menos una hora más decir los diez nombres de los participantes restantes y, sólo unos minutos después, Patrick volvió a entrar a la habitación, con su respiración agitada, su pecho subiendo y bajando irregularmente, su cabello despeinado y algo humedecido por el sudor y sus labios entre abiertos, listos para pronunciar algunas cuantas palabras que no terminaban de salir por sus labios debido a su agitada respiración.

—... Dispárame —dijo de repente y Jung frunció su ceño—... Anda... Quiero tomar un baño. —Soltó con cansancio y Jung titubeó.

El coreano levantó su pistola, observando al imperturbable pelinegro frente a él y apretando el gatillo después de algunos segundos de meditación... Aquello era, sinceramente, lo que menos esperaba que pasara aquel día. ¡Ese era un resultado más que inesperado!

—Patrick Baker, eliminado. —Taylor dijo por última vez.

Patrick sólo se dio la vuelta y salió lentamente de aquella habitación, siendo seguido por la mirada del coreano, que no terminaba de entender si sus palabras lo habían hecho desistir de ganar aquel premio o si sólo estaba demasiado cansando como para seguir con aquello por toda la tarde. De cualquier forma, Jung se sentía algo incómodo.

Lewis, por otro lado, profirió un quejido e instó al peliblanco a que lo desatara de una vez ya que evidentemente había ganado el maldito juego.

°•°•°•

El coreano caminó hasta su escritorio y sonrió al ver el permiso con el nombre de Jason en sus manos, había sido un dolor en el trasero, pero al menos había valido la pena. No pudo evitar que su vista fuera hacia la entrada de la estación luego de escuchar la voz de Patrick abrirse paso en el lugar y apretar sus labios al ver que el menor se dirigía hacia él con una extraña expresión.

—Ah... Iba a matarte si era una mentira para quedarte con el permiso —dijo bajo después de tomar al papel que el peliblanco sostenía, devolviéndoselo luego de verificar que tuviera el nombre del chino escrito en él y asintiendo complacido al darse cuenta de que no había sido engañado. Jung, por otro lado, no pudo evitar mirar las vendas en sus brazos.

—¿Por qué iba a mentir con algo como eso? —bufó luego de varios segundos.

—Hey... ¿Ganaste? —Mark se acercó a los dos y puso su mano en el hombro del más alto, frunciendo su ceño luego de que éste negara con su cabeza.

—Kim me eliminó. —Se encogió de hombros y Mark hizo una extraña mueca que Jung no logró comprender.

—¡Jason! —Ignoró a los otros dos y llamó a su mejor amigo al verlo entrar a la estación— Ten... —Le pasó el permiso luego de que se acercara y sonrió al ver su sorprendida expresión— Oh, vamos, no llores... Sí, vas a llorar... ¿Lo harás? Demonios, eres un niño —rio mientras el mayor lo abrazaba—. De hecho, fue pie grande quien lo consiguió... Yo no hice mucho —admitió, tomando por sorpresa al de ojos verdes.

—Pero... ¿no querías el permiso? —Jason preguntó sorprendido y Patrick negó.

—Está bien, yo... —Sobó su cuello y sonrió amablemente— Ella entenderá...

—¿"ELLA"? —Jason cuestionó sin ningún tipo de pudor y Jung abrió mucho sus ojos— ¿Tenías una cita? Amigo, no puedo hacerte dejar a tu novia plantada...

—Está bien —Patrick levantó sus manos y rio—. Sólo ve a ver a tu madre y yo iré a comprar flores y una carta de "soy un idiota, por favor perdóname". —Palmeó el brazo del chino y se volvió a ver al rubio— ¿Conoces alguna floristería? —preguntó con una mueca y Mark suspiró, haciéndole una seña con su cabeza para que lo siguiera y alejándose de los otros dos.

Jung sólo se mantuvo en silencio y escuchó a Jason hablar felizmente. De nuevo se sentía incómodo.

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