Capítulo 6

Me dedicó una de esas intensas miradas a través del espejo, tomó mis brazos y me incentivó a darme la vuelta. Lentamente accedo a su acción. Se acerca, dejando un minúsculo, casi inexistente espacio entre nuestros cuerpos, su colonia me envuelve, alejándome por un instante de mi racionalidad, despierto de mi ensueño cuando instala un suave y delicado beso en mi mejilla, al separarse puedo contemplar sus ojos de cerca, tan profundos e infinitos, atraparía a cualquiera por hora en ellos. 

—No me permitiste saludarte antes. ¿Cómo se encuentra el tobillo rebelde? —dice, sonriendo levemente. Esperen, ¿eso fue una broma? De seguro escuche mal… ¿verdad?. 

—Casi recuperado por completo, aunque siendo sincera, ya se me había olvidado el ridículo de esta tarde, ¡gracias por recordármelo! —le comenté sonriendo, me apartó sutilmente y me dirijo hacia la sala, necesitaba alejarme de su cercanía, es tan embriagante que temo caer en un nuevo trance en cualquier momento. 

—Bueno, no debes preocuparte por eso, y me alegra saber que te encuentras mejor —dijo roncamente, caminando detrás de mí. Que no me preocupe dice, claro como no es su dignidad la que está en juego —Si estás lista, podemos irnos.

Llegó el momento, espero que Luca pueda liberar esta tensión que hay entre nosotros, es un poco difícil hablar fluidamente con Carter. Y necesito que acepte mi propuesta. Me detengo un momento a tomar mi cartera de mano, mientras Carter continúa hacia la puerta.

—Vamos, Luca nos debe estar esperando —le comento, cuando está a punto de tomar el pestillo, pero se detiene en seco al escuchar mi comentario. 

—Veo que te llevas muy bien con Luca._ dijo, mientras frunce el ceño y me dedicó una mirada intensa. ¿Y que si es así?.

—Así es, es un hombre encantador, amable y guapo, ¿quien no se llevaría bien con él? —Es cierto, no creo que exista una persona a la que no le agrade Luca, era tan expresivo y sincero. Podías notar en sus expresiones si algo le desagrada, o por el contrario, si algo lo hace feliz. —¿acaso esto le genera algún inconveniente, señor Frattini?

Sigo mi camino hacia la puerta, abriéndola por mi misma y saliendo del apartamento, Carter se quedó un momento en su lugar, pero rápidamente reacciona y sigue mis pasos, cerrando la puerta a su espalda. Bajamos por el ascensor en un incómodo silencio, podía sentir su mirada en mí en casi todo el trayecto.  Cuando finalmente llegamos a la planta baja, nos dirigimos hacia la entrada del edificio, la brisa cálida nos envuelve, el clima en Roma es mediterraneo y suave, lo que hace que cualquier época sea buena, comparado a los fríos inviernos y abundantes precipitaciones durante todo el año de Londres, esto es un paraíso, me deleito un momento con la calidez del ambiente para luego seguir caminando hacia el automóvil. 

Allí parado junto a la puerta, se encuentra un hombre de unos 50 o 60 años, esperando a nuestra llegada. Lo miro extrañado, ese no puede ser Luca, a menos de que sea el Luca viajero del futuro, no estaba ni cerca de serlo. Me giro para mirar a Carter, confundida.

—¿Dónde está Luca? —pregunto, a lo que él sonríe falsamente.

—En su casa, supongo —Lo miro reprobatoria, este no es el momento de hacerse el gracioso, ¿acaso no entiende que es de vida o muerte?. Sin Luca ahí, todo será más tenso —Su jornada laboral terminó hace horas.

Me pregunto en qué planeta vivo. ¡Claro que se encontraba en su casa!, de lo contrario sería explotación laboral, en que estaba pensando al querer arrastrar a Luca en esto, definitivamente el Karma es cruel. 

—¿Por qué no me dijo que no estaría esta noche? me podría haber advertido cuando me devolvió el teléfono —Pienso en voz alta, esto cambia mis planes, sin Luca ahí para respaldar mi oferta como su asistente, esto sería complicado. 

—¿Viste a Luca después que te dejamos en la entrada? —pregunta, al mismo tiempo que yo me acomodo en el asiento trasero del auto, cerrando la puerta en el proceso. Rápidamente da la vuelta, sentándose a mi lado. Me mira fijamente, esperando una respuesta. 

—Si, subio a mi apartamento a devolverme mi teléfono, me dijo que aprovecho a hacerlo, mientras tu estabas en una reunión —le digo, mirando por la ventana, sin darle mucha importancia al asunto. 

—En horario de trabajo, esto es increíble —dice refunfuñando, ya veo, Luca no exageraba. —Eso es motivo de despido.

—Si lo despides, avisame. Parece muy eficiente, me encantaría contratarlo como mi secretario.  —Además se lo debería a Luca por abrir mi bocota. Debo de dejar de pensar en voz alta.

Nos quedamos en silencio hasta que el automóvil se detiene, Carter baja primero para ayudarme. Nos encontramos en la entrada de un lujoso restaurante, nombrado La Pérgola, se podría decir que se encontraba suspendido en el cielo de la ciudad, ya que el edificio contaba con varias plantas. Apenas entramos en el recinto, una joven mujer vestida con un traje de dos piezas, falda de tubo y un saco a medida, color bordo. Rápidamente nos da la bienvenida y nos ubican en el punto más alto del lugar. Tomó asiento y mis ojos se deleitaron con el inmejorable marco de un roof garden panorámico, estoy completamente fascinada con la vista.

—Me alegra que sea de tu agrado, suelo cenar aquí por este increíble panorama —me comenta mi pareja de esta noche, al ver mi fascinación. Le dedico una mirada complacida, a lo que él sonríe. Intercambia unas cuantas palabras con las mujer de antes, a lo que no prestó atención. Momentos después vuelve con una botella de vino. —Me he tomado el atrevimiento de ordenar este exquisito vino Romanée Conti Grand Cru, espero y no te moleste. —Me imaginaba que haría algo como eso, con lo exigente y meticuloso que es, asumiría que no sería capaz de reconocer un buen vino. Para su sorpresa, mi familia posee parte de las bodegas del tradicional viñedo Domanie, mi padre es un aficionado, además a lo largo de los años lo he acompañado un par de veces a Borgoña para visitar las bodegas. ¡Pero claro!, qué puede saber la ignorante Emily de vinos. ¡Hombres!

Calmate Emily, estás aquí con una misión, concéntrate en ello y se agradecida con la consideración de este bondadoso hombre.

—¡Pero que considerado! —digo sonriendo falsamente, a lo que él sonrió complacido, que malo que es para notar el sarcasmo, suerte para mi, porque no lo puedo evitar. Espero que por lo menos me deje elegir mi propia comida porque tendremos problemas. Mejor me apresuro a cumplir mi objetivo, de lo contrario la cagaría mucho antes de siquiera mencionarlo —Carter, debo hacerte una propuesta.

—¿Propuesta? —pregunta sorprendido, dirige su atención a mi, mirándome fijamente. Lo que me hace dudar. No se si seré capaz de ver esos ojos cotidianamente, además de que mi corazoncito no lo soportaría.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo