El sol comenzaba a salir. Keerd, sin soltar de la mano a Daylhan, se dirigían hacia donde el resto aguardaba.
Cómo si solo estuviera sumido en un profundo sueño, con sus mejores galas y perfectamente acomodado, Gydeon yacía en la pira del interior del barco.
Daylhan volvió el rostro hacia Neilan.
Éste, sin poder dejar de llorar, era sujeto por Izan y Adelain. Había intentado subirse al barco con él para irse junto a Gydeon en su último viaje.
Desde su encierro, Peter veía al joven roto. Destrozado. Sin ganas de vivir.
-Si yo pudiera...si me dieran una última oportunidad... pagaría con mi vida para que te lo...devolvieran-
Un Ulfhednar le oyó. Aproximándose a él, le habló:
-Eeh, oye ¿Eso que has dicho...es cierto?-
Peter, dándose media vuelta, miró al hombre.
-Sí-
-Tú...