Parte 4

La Montaña Roja

Un extraño canto despertó a Caroline, quien al mirar su teléfono vio que aún faltaba un cuarto para las 5 am, la chica Escuchó con atención, traspasando el silencio y logró escuchar un poco del coro de voces que traía el viento, aquel canto decía:

&Roja, Roja, como fuego, de picos altos y largos senderos, montaña hermosa que entre cuevas y cavernas oculta sus secretos, todos quieren tus misterios hallar, pero poco logran salida encontrar pues dentro de ti hay un laberinto sin fin&.

La joven se levantó, con la curiosidad de saber el significado de aquellas palabras, y aún con el pijama salió de la choza y ya fuera, bajo la oscuridad del firmamento, observó la alta montaña y pensó en aquel canto, repasandolo en su mente. 

De repente sintió algo tocar su hombro, lo cual la sacó de su concentración y la hizo pegar un grito que ella misma calló, al voltear y ver a Arthur, quien tenía su dedo índice sobre sus labios. La chica lo miró molesta y con el corazón a mil por hora y le susurró, dándole un empujón en el hombro.

—Idiota me asustaste.

—Ja, ja, ja, lo noté Caro.

—¿También te despertó el canto? — Preguntó la muchacha.

—Si, esa advertencia da mucho en que pensar —contestó— supongo que los miembros de la tribu, no quieren que exploremos las montaña.

—Bien, a mi me convencieron.

—Ja, ja, ja, ¿tú? la chica &quiero ver un dragón& estas asustada?— se burló Arthur.

—Oye, no te burles de mí— Reclamó Caroline.

—Ja, ja, ja, lo siento Caro, pero es un canto extraño.

—Es solo una forma que tiene la tribu de advertir el peligro que hay en el monte rojo, así llaman a la montaña—Explicó una voz detrás de ellos.

Los chicos voltearon un poco de temor ante la repentina voz, y al ver a su amiga la técnico bibliotecóloga Monique, reclamaron al unísono:

—¡Cielo Monique nos Asustaste! 

—Vaya, ¿Porque?, ¿acaso estaban haciendo algo prohibido?— interrogó la mujer con picardía y sospecha en la voz.

—¡Claro que no! —Exclamaron Caroline y Arthur al mismo tiempo algo sonrojados.

—Ja, ja, ja— rió Monique y luego continuó— vayan a cambiarse, Jhon tiene trazado un intinerario, que en parte supongo es la razón del canto, puesto que incluye explorar la montaña.

—Bueno ya a mi se me quitaron las ganas de ir — confesó Caroline.

—Descuida, el profesor, ira a explorar primero y luego del almuerzo llevará al grupo—explicó Monique.

Los dos chicos asintieron y Caroline entró al tipi, para cambiarse. Unos minutos mas tardes se encontraban en una larga mesa desayunando y conversando. El profesor Laston les explicó, lo que haría, mientras el iba a explorar la montaña.

Luego de desayunar, despidieron a su profesor deseándole suerte y lo vieron marcharse junto con Denniel el Hijo de la Jefa y dos personas más.

Caroline se quedo en la mesa, estaba escribiendo en un hermoso cuaderno pequeño y con cobertura de cuero envejeciendo. Drantor, se acercó a ella y se sentó a su lado, esta sintiendo la respiración del joven lo saludo, con una rápida mirada y siguió escribiendo, curioso el chico le preguntó: 

—¿Qué tanto escribes?

—Es un Diario de Viaje, el profesor Laston nos recomendó que realizaramos uno y ayer lo comencé y pues estoy escribiendo el día dos y...—Drantor le arrebato el Diario y empezó a leerlo— Oye regresamelo—Reclamó Caroline.

—Si, solo veré que escribiste de mí— anunció el chico —Vaya no dejes que Draco vea esto creo que te mataría.

Sonrió leyendo lo escrito sobre su hermano mientras esquivaba a la chica quien lo perseguía, hasta que finalmente se lo devolvió y mirando a la hermosa muchacha, le agrego: 

—Tal vez pueda agregar algo mas interesante, que solo un chico misterioso.

—Es que ya todo tu eres interesante —respondió Caroline distraída, el chico sonrió burlonamente y cayendo en la cuenta de lo que acababa de decir se sonrojó y reparó— lo que quise decir es que todo lo que agregues a mi diario será interesante.

—Ja, ja, ja, si por supuesto—rio Drantor— por. cierto te vez mas hermosa con tonos rosas en tus mejillas.

Caroline no contestó y se coloró más y mientras ella le decía que se callara a Drantor, Arthur los observaba, con una enorme canasta llena de frutas, tenía el ceño fruncido y expresión seria, suspiro amargamente y negó con la cabeza, y de pronto una ya conocida voz femenina le dijo:

—Creo que te estan ganando la partida, Arthur 

—Monique, puedes hablar claro por una vez

—Te estan quitando a Caroline, así o más específico— contestó ostinada la chica— no entiendo, si conoces desde hace tanto a Caroline, porque no...

—Porque ella solo me ve como su &buen amigo y protector, Arthur&— respondió con tristeza el chico.

—Así que te tienen en la Friend Zone— Bromeó Monique —Pues amigo nunca es tarde para arriesgarse a salir de esa zona, además estoy segura que con lo distraída que es la señorita dragones ni cuenta se ha dado.

—Ja, ja, ja, el que sea distraída es su mayor atractivo.

—Bueno, si piensas eso, pues es mejor que te apresures a darla por enterada, antes de que la secuestre un dragón o ese chico—aconsejo Monique 

La joven mujer camino hacia los dos jóvenes que observaba, Arthur sonrió. Caroline reía a carcajadas, por una broma que Monique les había dicho y Cuando Arthur llego a la mesa con la gran cesta, esta lo vió y sorprendida pregunto: 

—Wow, Arthur ¿y toda esa fruta de donde salió?

—Pues Monique y yo ayudamos a la anciana y ella nos regalo la fruta 

— La abuela Danna es muy generosa—Intervino Drantor. 

Cada uno tomo una fruta y comían y charlaban, entonces mientras Drantor buscaba una manzana, notó que su hermano estaba parado a pocos metros de ellos obsevandolos y se acercó a él, al llegar junto a Draco, este le preguntó: 

—¿Te diviertes hermanito? 

—No son malas personas y se integran a la tribu.

—No bajes la guardia, ellos buscan tesoros y revelar los secretos de nuestra montaña.

—Pero pienso que si encuentran una que otra cosa...

—No, Drantor no debemos fiarnos de nadie y cuando los llevemos a explorar nuestra montaña, mostraremos cosas superfluas, ningún humano conocerá, los verdaderos secreto y misterios del monte rojo.

—Bien, lo que menos quiero es traicionar a los nuestros— se resigno Drantor.

—Mas te vale o tendremos que hacer algo al respecto.

Draco se retiró sin esperar respuesta de su hermano, Drantor volteo a ver a sus nuevos amigos, y aunque Carolina, Mónica y Arturo, no le parecían malas personas, no podía revelar nada de la montaña, Suspiró con frustración y nego con la cabeza. Drantor Camino a la mesa nuevamente pero el grito de Monique lo hizo detenerse. El padre del joven lugareño y el prometido de 

Monique, regresaban, pero Jhon Laston, tenia una pierna herida, la mujer nerviosa ayudo a Denniel a llevar a su novio a la cama para recostarlo.

Los estudiantes se encontrában fuera de la choza, preocupados, pero Monique les dijo, que ya el curandero, le había sanado la herida y que Laston estaría mejor, luego se acercó a Arthur y le susurró:

—Entra conmigo, Jhon quiere decirte algo.

El chico entró y miró a la cama donde el sr Laston, estaba recostado, con la pierna elevada sobre una pila de almohadas, y el invalido al verlo le dijo:

—Señor Welins, necesito que me haga un favor.

—Claro, profesor ¿qué necesita?

— Los chicos deben ir a la montaña mañana, temprano, ya que mi accidente estropeo la tarde. y necesito que los acompañe.

—Esta...bien Profesor—titubeó Arthur— Lo haré.

—Perfecto, gracias muchacho.

Cuando Arthur salió de la choza el grupo de estudiantes lo abordó, el joven le confirmó que el profesor se encontraba bien y le explicó lo hablado, luego antes de que el sol cayera, planearon la exploración, Drantor los ayudó, ya que el era uno de sus guías.

Al Día siguiente, aun no amanecía cuando Caroline despertó, Escucho un rugido y este la asusto, como estaba casí en la hora fijada, la chica se vistió, y al salir, saludo a Drantor y Arthur quienes la saludaron con la misma alegría.

Cuando los demás estudiantes despertaron desayunaron todos y luego, se dirigieron a la montaña. Después de caminar unos cuantos kilómetros y subir un empinado terraplén, con los hermanos Draco y Drantor de guía, se adentraron en una oscura cueva, penetrando en el interior de la Montaña Roja.

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