CAPÍTULO 1 –La serpiente

Una vez mi padre me dijo que los sueños son solo fragmentos que vivimos de nuestros días, pero, yo no creía eso, ya que desde un tiempo atrás, tengo un extraño sueño que en realidad me encanta vivir y a veces desearía que fuera real.

Siempre que lo sueño me sentía completa y en paz, que no me faltaba nada. Estaba bailando una canción con un chico que jamás había visto en mi vida, el me abraza con tanta delicadeza que me fascinaba, siempre cuando soltaba un suspiro yo susurraba: “Mi príncipe”.

Jamás logro ver su rostro ya que cuando quiero ver quien es el chico que me llena de felicidad, su rostro se ve borrosa, pero lo que si logro ver es su cabello rubio, era como si fuera mi ángel, el que siempre decía papá que me cuidaba cuando era una niña.

—Alira..

La voz de Harvey me saca de mis pensamientos.

Cuando veo a mi novio a mis espaldas, me arrojo a sus brazos acompañado de un beso casto por lo feliz que estoy de volver a verlo, teníamos un año saliendo y me sentía feliz con el a mi lado, pero no era la misma felicidad que sentía cuando estaba con el rubio de mis sueños.

—No sabes lo feliz que me siento de que hayas vuelto.

—¿En verdad me extrañaste mucho?. —murmuro descocada.

—Fueron dos meses Ali.. y fueron muy largos. Al menos para mi lo fueron.

Sonrío complacida de sus palabras —También te extrañé pero no tuve opción, —me encojo de hombros. —Solo veo a papá durante las vacaciones de invierno, por eso es que decidí quedarme un poco mas de tiempo con él.

—Claro. —Entrelazando nuestras manos caminamos hacia el pueblo donde trabaja mamá. —Es tu padre y respeto tu decisión.

Después de haber cumplido los quince años, mis padres se divorciaron, papá se fue del pueblo y se mudo a Oregon city donde pudo encontrar un buen trabajo como arquitecto, en cambio mamá decidió permanecer en El pueblo de Beufort donde tiene una pequeña tienda de objetos antiguos y una librería.

Durante las vacaciones, viajo para pasar tiempo con papá que por cierto ya tiene una relación amorosa con una enfermera, pero cuando son épocas en las que yo estoy con el, mi padre me dedica todo su tiempo y a su novia no le molesta que lo haga y eso me agrada.

Después de una hora de caminata, habíamos llegado al parque y cuando estábamos cerca de donde ocurrió el incidente que tuve a mis trece años, mi cuerpo se estremece al recordar aquella mirada sádica que me causa terror hasta el día de hoy.

Ahora, ya no salgo de casa sin compañía, siempre que salía a algún sitio, siempre era con un amigo o con mi novio Harvey. Si, tenía miedo de que me volviera a pasar lo mismo, pero es algo que no puedo controlar, siempre tengo la psicosis de que alguien me vigilia por las noches esperando el momento ideal para volver atacarme.

—¿Alira?.

—Lo siento. —dije con torpeza continuando la andanza. —Solo que no me siento segura cuando estoy aquí.

—Alira, eso fue hace cinco años.

—Pero para mi es como si hubiese sido ayer. Harvey, yo.. intento encontrar una explicación para lo que pasó esa tarde pero por mas que intento recordar.. todo se vuelve confuso y luego en blanco.

—Alira, puede que solo haya sido un sueño de mal gusto, Beufort es un pueblo pequeño rodeado de bosques, pero, de que haya asesinos, es imposible y lo sabes.

—Si yo lo sé, pero.. ¿y si fue otra cosa?.

—¿Cómo que?. —se detiene para verme de frente. —No me digas que crees en eso de seres de la noche como vampiros y cosas así.. —cuando veo la burla en su rostro, muerdo mi labio superior, pues, el tampoco creía en mi. —Ali.. ¿Qué puede pasar en un simple bosque que rodea este pueblo?.

Acongojada inclino la mirada hacia arriba para verlo. —Tienes razón, —musito con dificultad. —Tal vez solo fue un sueño.

Haberle dicho a Harvey sobre lo que me sucedió esa tarde, fue un error que cometí, pero confío ciegamente en él y creí que me comprendería y me creería pero cuando buscó todas las respuestas lógicas a lo que me sucedió, entendí que aún, a pesar de que me dijera que me amaba no cofiaba en mi, pues, el no creía que fue algo más lo que me atacó en el bosque.

—Oye, —me toma de la barbilla. —No fue mi intención hacerte sentir mal. Solo es que se me hace difícil creer en seres que no existen.

—Hay que continuar. —no quería seguir con esta conversación. —Sabes como es mamá.

Tomo su mano para seguir caminando hasta la tienda de mamá. Cinco minutos después habíamos llegado a la tienda de mamá, cuando la veo después de dos meses lejos de ella, corrí y la abrace fuertemente al haberla extrañado tanto.

—Me alegra que hayas vuelto. —besa mi frente con dulzura. —Creí que me dejarías sola y te quedarías con tu padre.

—Eso jamás. —fruncí el ceño por su comentario. —No podría irme y dejarte sola, no tengo el valor de hacerte eso.

—Mi bebe.. —extrañaba tanto sus abrazos y esa fragancia a flores que caracterizaba en ella gracias a una colonia que usa desde su adolescencia. —Dame cinco minutos y nos vamos a casa.

—Pero aún falta una hora para que cierres.

—Hoy haré una excepción por mi hija. —acaricia mi mejilla. —¿Qué te parece si cenamos pizza?.

—Por supuesto. —dije con emoción ya que es mi platillo favorito.

—Bien, entonces dejame guardar esto y nos vamos.

Amaba la forma de ser de mamá, siempre es amable, cariñosa y comprensiva, por eso no comprendo aún, ¿Por qué se separó de papá?.

—¿Estas seguro de que no quieres venir con nosotras Harvey?. —pregunta mamá pues mi novio no aceptó su invitación de cenar con nosotras. —Si te preocupa tus padres..

—No señora Harlly. Aunque desee quedarme, no puedo aceptar, tengo entrenamiento con el equipo de lacrosse. —Harvey cierra el maletero del auto para luego abrazarme efusivamente. —Te llamaré más tarde.

—Ok. —beso su mejilla respetando la presencia de mamá. —Nos vemos.

Despidiéndose de nosotras, observamos como se aleja mientras camina por la acera de los locales hasta desaparecer de nuestras vistas. Subiendo al auto de mamá, ella condujo a la pizzeria del pueblo para cenar, después de una cena entre madre e hija, cerca de las nueve de la noche, llegamos a casa.

Me lanzo sobre mi cama y disfruto con una sonrisa su comodidad, debo decir que prefiero más el silencio de Beufort que la ruidosa ciudad de Oregon city, es una ciudad inmensa y hermosa pero prefiero este lugar donde esta todo lo que conozco.

—Estos son tus horarios de clases en la universidad. —perezosamente me levanto para tomar mis horarios. —Todo lo necesario esta en tu escritorio incluso tus libros.

—Gracias mami. —la abrazo por su detalle conmigo. —¿Sabes que eres la mejor mamá del mundo?.

—Bueno, solo lo intento. —acomoda mi cabello detrás de mi oreja. —Descansa y no olvides dejar el despertador.

—Si mamá.

Al verla salir de mi habitación, giro sobre mis talones mientras inhalo profundamente antes de buscar algo más cómodo en mi armario para descansar, mi madre era tan atenta conmigo que no sabría que hacer el día en que ella faltará, no me importa si ella me trata como una niña, me gusta que sea así conmigo, a pesar de tener diecinueve años.

Estaba por dormirme pero la vibración de un mensaje me hace tomar el celular para ver que era Harvey.

“Paso por ti mañana”

Con una sonrisa en mis labios le envío un mensaje con una respuesta afirmativa.

“Te veo mañana a las siete de la mañana, hasta entonces, te amo".

Dejando mi celular aun lado acomodo mi cabeza en la almohada mientras sonrío como una tonta al pensar en Harvey y en cuanto lo amaba. Si en varias ocasiones me digo a mi misma que parezco una chica de preparatoria pero a cualquiera nos puede pasar.

—Nos vemos en el almuerzo.

—Ok. —besándome castamente se despide de mi.

Al entrar al salón Ana mi mejor amiga y confidente eleva ambas cejas con malicia.

—No hagas eso.

—Ali, no soy tonta, por la forma en que te ve.. —suspira negando. —¿Por cuánto tiempo lo harás esperar?.


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