3_Molde_De_Amor

Al día siguiente en la casa de los Elizondo, Sofía se levantó como todos los días ha preparar el desayuno para después salir presurosa al mercado; dejaba todo listo para que su padre no tuviera queja de ella y desayuara como una persona decente, hace todo como su mamá lo hacía para ver si así su padre vuelve a ser el hombre amoroso y cabal que era, deseaba que recapacitara y dejara la bebida, siempre deseaba que ese día fuera “el dia”

-Papá ya me voy, te dejé el desayuno- toca su puerta pero no hay contestación, la abre un poquito siendo recibida por un mal olor, se asoma y lo ve dormido en medio de la cama que está revuelta, mira el suelo y hay varias prendas de él, tiradas, entra a levantarlas para más tarde lavarlas- Papi te preparé el desayuno- le acaricia la cabeza- Te amo- se acerca a darle un beso en la mejilla- su papá está totalmente dormido. Sale dejando la ropa sucia en un cesto, después toma una hoja de papel; 

“Todo está como mi mamá lo hacía disfrútalo, te ama tu hija Sofía”, 

Dejándola a un lado de un taza de cafe, toma su bolsa, al salir va a tocar la puerta de Laura;

-Buenas días mi niña- la saludo con una enorme sonrisa, Laura ya traía sus cosas en la mano, 

-Buenos días Laura, ¿Cómo amaneciste?- le pregunto con su sonrisa cálida

-Muy bien mi niña- la tomo del brazo para comenzar a caminar- oye mi niña ¿te hizo algo tu padre anoche?,- cuestiono con preocupación- es que se escucharon unos gritos y cosas rompiéndose

-No Laura, no me hizo nada- en sus ojos había cierta tristeza- solo ya sabes que cuando está bajo los influjos del alcohol rompe cosas 

-Hay mi niña ya sabes que si intenta hacerte algo no dudes nunca en acudir a mi- la voz de Laura era dulce- yo estoy para defenderte, tú eres como una hija y lo sabes- le palmeo las manos.

-Lo sé Laura, se que puedo contar contigo-  Sofía recordó por qué Laura se lo decía; hace tiempo su papá llegó un día perdido por el alcohol y muy violento, le exigió más dinero para ir a comprar alcohol;

***

-¡Sofía ven!- grito su padre al entrar a la casa, ella salió corriendo a recibirlo

-¿Qué necesitas papá?- le dijo en cuanto estuvo a su lado.

-¡Dame dinero!- Marcos siguió gritándole- ¡anda dame dinero!

-No papá mire la hora que es, mejor por qué no se queda y descansa- Sofía le hablo dulcemente, lo tomó del brazo para llevarlo a su cuarto

-No quiero, te digo que me des el dinero- Marcos tomo el brazo de Sofía, la sujeto y con su otra mano la levantó en un puño dándole el golpe en el pómulo debajo del ojo izquierdo que se puso de inmediato rojo, después volvió dándole en el labio provocando que se abriera, Sofía estaba llorando no por el golpe sino el dolor que le causaba ver en lo que su padre se haba convertido, al final terminó diciendo que en la cocina tenía un frasco con dinero que de ahí lo tomara, fue hacia donde Sofía le había dicho y lo tomo, antes de salir le dijo;

- Si me hubieras dado lo que te pedí no te habría pasado nada- salió tambaleándose, dejando a Sofía en el suelo llorando. Ella quiso ocultar lo ocurrido pero no pudo, el moretón que tenía en el pómulo y el labio era muy grande, al verlo Laura afirmó lo que era evidente 

-Te pego tu papá mi niña- le quitó el cabello con el que quería ocultar los golpes

-No Laura me caí por distraída- sonrió tratando de disimular- iba regar los rosales de mi mamá cuando me tropecé con la manguera 

-No me digas mentiras fue tu papá- levantó su barbilla viéndola a los ojos- esos bellos ojitos no saben mentir

-Laura el no quiso hacerlo, te aseguró que fue un accidente, el me quiere- Sofía soltó lágrimas al recordar el momento

-Eso no lo justifica, pero verás me va ha escuchar- Laura muy enojada entro a la casa de Sofía encontrándose a Marcos medio dormido, lo sacudió para que despertará y respondiera 

-Marcos despierta hombre- cacheteó si mejilla- tienes que responder por lo que has hecho- poco a poco fue abriendo los ojos

-¿Qué pasa Laura?- dice adormilado- déjame dormir

-Ha no, nada de dormir dime ¿cómo te atreviste a levantarle la mano a tu propia hija?- hizo que Sofía se pusiera en frente- porque le pegaste?, por tu maldito vicio del alcohol poco hombre- Marcos al ver a su hija comenzó a llorar, era su mayor tesoro y nunca había sido su intensión lastimarla, se levantó con pena

-Lo siento princesa de verdad lo siento- estaba sobrio se vio las manos y se maldijo, debía golpearse hasta sangrar y comenzó a hacerlo, tirándose al piso contra el concreto estrelló sus puños, aunque pidiera perdón no merecía más que el desprecio de su hija que había hecho. Cayo muy bajo 

Sofia corrió a detenerlo –¡Papa, para! -ella lo abrazo, Marcos le dio un beso en la mejilla, era lo que más amaba en su vida no merecía ese pedacito de cielo 

-Te perdono papá- Sofía lo amaba y siempre le perdonaría esos errores.  Los siguientes días fueron de dicha su papá había aceptado ir a buscar ayuda para dejar de tomar, los gritos eran del pasado al igual que los jalones. Fueron cuatro semanas hasta que se encontró con uno de sus amigos y lo volvió a envolver en el alcohol, y desde entonces no lo había dejado.

***

-No te preocupes Laura- le sonrió Sofía; siguieron su camino conversado- todo va estar bien

-Si tú lo dices, pero si lo vuelve hacer ahora sí lo denunció- dando la vuelta a una esquina estaba una tienda pequeña de abarrotes, una joven de cabello largo y negro de ojos color café y de piel morena barría la calle de frente a su local;

-Buenos días Rocío- saludaron al mismo tiempo las dos mujeres

-Buenos días Sofía, Laura.—era un chica dulce y joven de la misma edad que Sofía, y con fuertes responsabilidad como las que tenía su amiga y vecina.  

-¿Como esta tu abuelita Rocío?- desde muy chica Rocío Nieto quedó al cuidado de sus abuelitos cuando su madre fallecido en un trágico accidente después su padre había conseguido un trabajo fuera del país desde entonces no lo veía

-Muy bien Laura,- sonrió amablemente la joven- va saliendo del resfriado

-Que bueno, espero venir pronto a visitarla- dijo Laura

-Gracias Laura, la llenaras de alegría hace tiempo que pregunta por usted.- le dio un apretón de manos, se dirigió a Sofía- ahora que te veo Sofía, ¿verdad que me vas acompañar al festival está noche?- tomo a Sofía del brazo

-Hay Rocío ya no lo recordaba- dijo apenada Sofía- yo creo que no Rocío, este año no iré 

-No me hagas esto por favor, tu me lo prometiste- Rocío se cruzo de brazos con enfadó, siempre Sofía ponían pretexto para no ir a nada por cuidar a su papá,

-Lo sé, pero sabes que no me gusta dejar a mi papá solo- replicó Sofía

-Tu papá ni está en tu casa se la pasa borracho por las calles- al decir eso Rocío se percató que hería a Sofía por esas palabras- lo siento mucho no debí…

-No preocupes amiga tienes razón,- en sus ojos se dejo ver la misma tristeza de hace unos momentos con Laura al revivir en su cabeza cuando su padre le pego- mi papá es un borracho pero no por eso lo puedo dejar solo, él me necesita y se que algún día va dejar ese vicio

- Sofía perdón que te lo diga pero tú papá nunca va dejar de tomar- asegura Laura haciendo que no tengas esperanzas- solo un milagro haría posible que él dejara de tomar- finalizó la mujer, 

-Entonces Sofía si vas a venir conmigo al festival verdad- volvió insistir su amiga juntando sus manos en forma de súplica

-Ándale Sofía tu nunca sales a divertirte, y hoy que tienes la oportunidad de ir no la dejes escapar- la animaba Laura- yo sé que te preocupa tu papá pero él va estar bien

-Esta bien pero solo una rato, sabes que tengo que levantarme temprano para ir al mercado de artesanías- sentenció, Rocío no aguanto y se lanzó a abrazar a su amiga

-Gracias, verás que no te vas arrepentir, nos vemos a las siete en tu casa ¡he!- le dijo Rocío en cuanto se apartó de ella.

-De nada amiga- le sonrió- si nos vemos, vamos Laura, Rocío hasta al rato.

Continuaron su camino hasta el mercado de artesanías.

En la pensión, Melisa no veía la hora de ver salir a Daniéll del cuarto para ir y fingir un tropezón con él y así tener un pretexto para entablar una conversación, para después tener la confianza de invitarlo al festival de primavera de la ciudad.

En el cuarto; 

 

-Anda Juan ya levanté- Daniéll le aventó una almohada en la cabeza

-Solo cinco minutos más- replicó su amigo adormilado

-No, ya tenemos que salir a buscar que desayunar, para después buscar trabajo- le hablo mientras el terminaba de abrocharse los botones de la camisa

-Ya voy- como pudo Juan se puso en pie, se dirigió al baño para darse una ducha rápida. Melisa miraba por la ventana, pero los chicos no salían, vio que se abría la puerta pero de nuevo se cerraba sin que nadie saliera, ella soltó un suspiro de desilusión y frustración, ya era casi hora de salir al mercado. 

-Melisa ¿que haces ahí?- pregunto su hermano- ya se nos está haciendo tarde para ir al mercado

-Ya voy Alan- en su voz se notaba el enfado, sabía que no podría hacer lo que tenía planeado- ¿por qué no te adelantas tu?- sugirió con una sonrisa

-No Melisa tú y yo abrimos siempre el puesto de artesanías, no me puedes dejar solo- hablo fuerte su hermano- ándale ya vámonos

-Ya voy no me apresures- A veces detestaba tener un hermano tan responsable y que le estuviera diciendo que debía hacer. 

-Ya estás listo Juan- le gritó Daniéll desde fuera del cuarto

-Ya estoy- salió acomodándose una chaqueta- pareces a nuestra mamá apurándome siempre, solo te falta que hables como ella- sonrió con melancolía Daniéll bajo la mirada, extrañaba a Catalina

-Es cierto no soy nuestra mamá porque ella te hubiera levantado de otra formar- sonrió recordando a Catalina- te acuerdas cuando te quedabas dormido siempre iba a darte muchos besos hasta que te levantabas.

-Si, lo recuerdo fue tan amorosa aunque yo no fuera su hijo- soltó un suspiro- yo también extraño tanto a mamá- abrazo a Daniéll- pero ella estaría orgullosa de nosotros así que vamos a hacer lo que ella nos enseñó, a trabajar

-Si vamos pero antes busquemos algo de comer porque me muero de hambre- Daniéll se tocó su estómago

-No podemos empezar el día con el estómago vacío, no es de buen cristiano - Los dos comenzaron a caminar por el patio en el transcurso se encontraron a la señora Mónica que acaba de despedir a sus hijos, aprovecharon para  preguntar donde pudiera desayunar; 

-Si quieren yo le doy de desayunar, con una módica cantidad de dinero,- La señora Mónica bien podía hacerle incluso un descuento. Si eran muchachos buenos en un futuro los dejaría desayunar g****s.

-Me gusta la idea- acepto Daniéll, miró a Juan que tampoco no le pareció mala la idea

-Por mi está bien- Juan no rechazaría por nada del mundo un desayuno mucho menos cuanto el hambre le atravesaba hasta la espalda 

-Aceptamos señora- Mónica los hizo p***r a la cocina donde le sirvió una taza de avena y un plato con huevos rancheros y sus frijoles refritos, los dos comieron hasta quedar satisfechos, alabando por supuesto la sazón de la señora

-Gracias señora Mónica- Juan se limpiaba la cara, sin duda era un barril sin fondo y si la comida era buena comía de más - todo le quedó riquísimo

-De nada muchachos- sonriendo a los jóvenes

-Muchas gracias- dijo Daniéll levantándose llevando los platos al fregadero y lavado los para asombro de la señora Mónica los chicos eran educados al terminar se secaron las manos- ya vámonos Juan

-Si ya voy- miro de nuevo a la señora Mónica- muchas gracias

-De nada muchachos gracias a usted por lavar los platos- discretamente los inspeccionaba, sus gestos, su actitud y el modo en que pedían permiso para todo. Era el primer día pero parecían joven bastante centrados y responsables. 

-No fue nada, tenga un lindo día señora- le sonrió Daniéll

-Igualmente que tengan suerte para encontrar trabajo- les sonrió Mónica, sintió que no se equivocó al menos por ese día en que había hecho bien con aceptarlos como inquilinos. 

Cuando era el festival de primavera a Sofía como a todos los locatarios le resultaba muy beneficioso para vender su mercancía porque había mucho turistas en el mercado y en sus alrededores. 

Melisa y Alan vendían muñecas de tela con hilos gruesos de establece por cabello, que además iban trenzados con listones de colores alegres, tan floridos como los faldones de los vestidos. Era esto lo que les mostraba a unos jóvenes cuando Melisa a lo lejos vio al amigo del chico moreno, busco con la mirada al moreno para así chocar y hacer su plan realidad, tenía esa idea que ella debía de ir con él y decir a todos que el era suyo, porque estaba segura que ella se ganaría su corazón, según ella, era la más bella de la ciudad, al irse los jóvenes aprovecho para ir a buscar a Daniéll;

-Alan ahora vengo voy por agua,- alisó su falda- ¿quieres algo?- miró a su hermano que la observo actuar extraño

-No hermanita, ¿oye para ir por agua tienes que cuidar tu aspecto?- la miraba con una sonrisa burlona

-Cállate, ahora regreso- comenzó a caminar mirando por los pasillos para ver si tenía la suerte de encontrarse con Daniéll pero nada, no lo veía por ningún lado, llegó donde Sofía; 

-Hola Sofía,- la saludo con una sonrisa- de casualidad no has visto a un muchacho de cabello negro, y sus ojos de un azul profundo que te atraen, y una sonrisa hay Dios que sonrisa- Sofía veía a su amiga casi soltando una carcajada

-No Melisa, ¿pero quién es ese joven? Parece que lo has sacado de un cuento - le pregunto aguantado la risa

-Es el nuevo inquilino de mi mamá- informo sin dejar de buscar con la mirada- hay Sofía está guapísimo- la miró y tomo sus manos- y nos hemos enamorado a primera vista- soltó un grito para después dar un salto- fue maravilloso

-¿Cuándo llegó a vivir al cuarto que rentaba tu mamá?- lo que Sofía sabía era que lo quería rentar a matrimonio por boca de la misma señora Mónica. 

-Ayer por la noche, pero en cuanto me vio se que se ha enamorado de mi- afirmó Melisa – No sabes cómo me miraba y no paraba de hacerlo. 

-Melisa dime algo este muchacho no es casado ¿verdad?- la miró con desconfianza

-No, llegó con un amigo de un pueblo llamado La Purísima y yo convencí a mi mamá para que los dejara quedarse- esa respuesta a Sofía le dio tranquilidad, una mujer que se metía con un hombre casado haría repudiar a toda su familia no solo a la mujer de ligera moralidad, era una comunidad de culturas antiguas - si lo ves me avisas- suelta sus manos para seguir buscándolo

-Si Melisa yo te aviso cuídate- cuando Melisa se fue comenzó a reír y a mover la cabeza de un lado a otro, no podía entender eso del amor a primera vista, ella no creía en eso, para ella el amor se iba contribuyendo, se daba con una amistad y si se planteaba bien, la semilla del amor podría crecer y ser indestructible.

Daniéll y Juan decidieron separarse para ver qué suerte tenía cada uno en encontrar trabajo; Daniéll busco en alguna construcción, en tiendas, o en casas como jardinero pero no encontró nada; gran parte del día estuvo de aquí para allá, sin conseguir algo, sabía que debía conseguirlo pronto y más si quería entrar en la universidad en el siguiente curso, quería ser un arquitecto reconocido, para eso había llegado a la ciudad. Ya estaba cansado y con hambre; solo quería encontrar a su hermano para poder ir a buscar algo de comer y después irse al cuarto que rentaban y descansar; esperaba que Juan tuviera mejor suerte que él, siempre conseguía trabajo con facilidad y nada mal remunerados; pero casi siempre tenia algún problema por lo ojo alegre que era con las muchachas, así era y no había manera de cambiarlo.

 En el camino no perdía la oportunidad de preguntar en algunos locales si no necesitaban algún ayudante pero siempre encontraba la negativa. Así siguió su camino hasta el centro de la ciudad donde esperaba encontrar a Juan.

Sofía sonreía por lo feliz que estaba, era otro día que había tenido muchas ventas, ya casi era hora de cerrar en el mercado quedaban algunos turistas en el lugar, comenzó a recoger las vasijas cuando llegó tambaleándose su papá casi cayéndose de borracho y gritándole;

-¡¡¡Sofía!!!-  haciendo que las personas voltearan a verlo- da…dame lo…lo que…ganasssteh hoy- dijo tartamudeando

-No papá, no puedo darte nada- replicó con firmeza- mejor lo llevo a casa para que descanse

-Te estooy dicie…ndo que me entregues el dinero- la tomo de la muñeca aprontándola,  Sofía cerró los ojos al sentir como su papá le lastimaba sin remordimiento. El hombre frente a ella era un burdo despojo, una miserable versión de su padre. 

-No pienso darle el dinero, mire cómo está mejor vamos a casa a que coma algo- le hablo dulce pensando que podía persuadirlo para que fueran a casa

-Ni...ña estúpiiida dane el dinerrrro ahorrrra- le soltó la muñeca, Sofía pensando que se retiraría del local enojado, pero al ver que toma una de las piezas de cerámica, abre los ojos, acorta la distancia tratando de evitar que su padre lo aviente al suelo pero no lo logra, su padre toma más piezas y las azota,- por favor padre no haga esto- pero no la escucha, sigue tirando todo lo que se encuentra en a su pasó- papá deje eso- trata de detenerlo pero está como loco- por favor no haga eso- súplica Sofía viendo como su padre destruye todo y a ella la empuja 

-Da...me el diner- Marcos levanta la mano con un puño decido a darle un golpe en la cara, Sofía solo voltea el rostro y cierra los ojos esperando el golpe 

-¡¡¡No se atreva…!!!

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo