¿Quién soy yo?

Me ardía el pecho, y dolía a partes iguales, escuchaba voces entre sueños, pero la oscuridad sobre mí era tan densa que apenas podía pelear con ella. oía risas, discusiones amables, metal caer y una voz dulce como la miel "papá, ¿vas a estar enojado eternamente?", luego más oscuridad....

Mis sueños eran oscuros, veía a una mujer sonreír descaradamente mostrándome sus labios color carmín mientras un monstruo me arrancaba las entrañas, destruyendo carne y hueso, rasgando mi corazón, arrancándolo de mi cuerpo, quise detenerlos, pedirles que pararan, la mujer reía más y más fuerte, sabía que el monstruo me mataría si no me levantaba. Luché contra la oscuridad obligando a mi cuerpo a levantarse pese al dolor en mi pecho un grito amenazaba con salir; pero fue tos lo que atacó mi garganta, la luz era escasa pero aun así me sentí deslumbrado. El aroma a polvo, vainilla, fresas y comida instantánea me golpeo la nariz en tanto fui consciente de mi cuerpo. Había tres personas en ese lugar lleno de partes de robots y piezas mecánicas regadas por todos lados.

No conocía a ninguno de los tres, una chica sostenía un vaso de fideos instantáneos, solo se veía su larga cabellera color chocolate y su delgado cuello, mientras que el hombre frente a ella la miraba de manera sobreprotectora. Me vi prisionero de unos ojos color miel, intensos, inquisitivos preocupados. Su rostro era aniñado, amable, llevaba un mono de trabajo color azul que le venia grande y se remangaba en los pies y los brazos pese a no parecer tan bajita de estatura. La voz de uno de los hombres me distrajo

  - ¿cómo te llamas? ¿tienes familia? ¿debemos llamar a alguien?

  - no sé...- no los conocía, y no podía recordar ninguno de sus rostros. - ¿quiénes son ustedes?

 - Soy Viktor, estos son Evie y Reznor, mi hija y mi ayudante. ¿tienes hambre?

- Yo…-tenía hambre, pero tenía más ganas de orinar que de otra cosa, quizá lavarme la cara me ayudaría - Si, creo que tengo algo de hambre. Necesito ir al baño

Tras haber dicho esas palabras caí en cuenta de que una dama nos acompañaba y me sentí maleducado, mi cara se puso roja como un tomate mientras esperaba que ella no se hubiera percatado de mi falta de atención.

  • Yo te llevo- el hombre que se llamaba Reznor me miraba como si fuera un ladronzuelo, empezaba a caerme mal.

Comí un total de 3 vasos de fideos de pollo, por alguna razón el sabor me resultaba familiar. No sabía si me habían gustando antes o no, pero ahora me parecían buenos; ni siquiera sabia mi nombre, Vicktor me había dicho que mi nombre era Ori, pero no lograba familiarizarme con ese nombre, probablemente si me hubieran dicho que mi nombre era “Pulgoso” habría dicho que si con tal de no sentirme tan desorientado.

Después de hablar un rato Viktor permitió que me quedara con ellos mientras encontraban a mi familia.  No quise admitir cuan molesto resultaba no saber nada, mi mente se negaba a mostrarme ningún recuerdo. Evie era muy amable y accedió a contarme lo que paso antes de que me ayudaran, me habían asaltado, me dieron una descarga en el pecho y mi corazón estaba en un frasco, lo que latía ahora en mi cuerpo era una máquina, eso era igual de desconcertante que la falta de información. 

Descubrí que en la parte trasera del taller tenían una casa muy acogedora, con un jardín pequeño en el que había un árbol de manzanas que daba sombra a un pequeño banco, el lugar parecía abandonado, como si a penas pasaran tiempo en él. La cocina era de un verde seco que se veía deslavado por el sol; los sofás de la sala estaban cubiertos con sábanas y parecía que el único lugar que habitaban era el baño, el cual era pequeño y se encontraba limpio.

La chica me guiaba por su casa mostrándome lo que debía saber para no perderme ni meterme en problemas:

  • La llave de la derecha es el agua caliente, no entres nunca al cuarto de papa a menos que desees morir de un regaño. Te toca hacer el desayuno- dijo riéndose de mi
  • ¿Qué le apetece desayunar, señorita?
  • ¿sabes cocinar? - vi esperanza en sus ojos, ¿Cómo podría decepcionarla?
  • No estoy seguro; pero podemos intentarlo. ¿Qué hay en el refrigerador?
  • Pues…- vi que su cara se ponía ligeramente roja- lasaña, taquitos, pollo frito, verduras congeladas….
  • ¿puedo ver? - dije mientras me encaminaba a su refrigerador; pero ella me detuvo
  • Todo esta congelado- su mirada se perdió en algún recuerdo lejano - mi hermano cocinaba antes, era muy bueno…
  • ¿se pelearon?
  • No, murió hace 5 años… trabajaba en la empresa Sanders, siempre fue brillante; un día llego a casa con una enorme herida en el pecho; no pudimos salvarlo.
  • Lo siento- su cara se recompuso y esbozo una sonrisa que no llego a sus ojos
  • Vamos a buscar comida fresca, veamos que puedes hacer.
  • ¿Vas a fiarte de un discapacitado?
  • No puedes cocinar peor que yo, eso es un hecho.

Para salir de la casa teníamos que pasar por el taller, parecía que hoy no había mucho trabajo porque miraban las carreras de aerodeslizadores en la tv; Evie le explico a su padre a donde iba y el respondió con un “mju”

  • ¿Está molesto por algo? - le pregunte una vez nos alejamos de su casa
  • Si, por que te traje a casa
  • ¿Estoy siendo una molestia para ustedes?
  • No es eso, solo que no atiende a nadie desde que murió Luca, mi hermano, tampoco le gusta la idea de haberte puesto un corazón sin tu consentimiento, ya sabes, a muchos les parecería que no eres tan humano ahora
  • Esas son tonterías, salvo por la memoria, no siento que haya perdido nada.
  • Yo pienso lo mismo; pero muchos otros no, así que no se lo digas a nadie, a menos que confíes ciegamente en él o ella.

Una vez dentro del supermercado ella me dejo escoger algunas cosas, compre todo lo que según yo necesitaba para hacer una sopa de mariscos, si mi mente no me engañaba debía ser solo cuestión de limpiar todo y hervirlo…  o eso esperaba yo. Hice mi mejor esfuerzo, y cuando hube terminado me encontré con tres personas esperando para probar la sopa

Resulto que a Viktor le gustaba mucho la sopa de mariscos, y la aprobó a penas dio el primer bocado, Reznor también comió con nosotros, parecía disfrutarlo, pero también parecía que estaba poco dispuesto a admitirlo y Evie… bueno, ella consiguió que su padre le hablara de nuevo, parecía más contenta que hoy por la tarde.

Me sentía mejor después de ser de utilidad, pero seguía preguntándome cada tanto si había familia esperándome, o si tendría algún lugar a donde ir ¿Quién era yo?

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