CAPITULO 6

En la incorporación de la Escuela de chefs, le homenajearon por ser la mejor estudiante, recibió unas medallas, diplomas, todos estaban orgullosos de Jenna, el bufete preparado por los alumnos era una delicia para el paladar de todos los integrantes de la recepción de graduación.

Abrazos, alegrías, anécdotas, risas se escuchaban en ese sitio, brindaban por todos los graduados, hasta que todo se terminó y regresaron los Black a casa, donde siguieron los festejos, los aplausos, los viva la nueva chef.

Todos estaban felices, pues ya estaba cerca el ingreso a la Universidad por parte de Jenna, una sorpresa le esperaba a la agraciada jovencita al amanecer, el sol entraba por los pliegues de la cortina, Jenna se levantaba toda perezosa, pero el despertador ya había hecho su trabajo, fue a bañarse para sacarse el último rezago de sueño, se vistió casual, sin embargo, al salir de su habitación se fijó que no había ruidos, no había nadie, recorrió el pasillo toco y abrió varias puertas buscando a su familia y nada, llego a la habitación de su padre y no estaba ni siquiera su querida nana que la adoraba, eso le pareció muy extraño.

Bajo las escaleras y vio la puerta de entrada semiabierta, se alarmó al no ver a los guardias, salió con temor afuera cuando escucho unos gritos.

—¡Sorpresaaa! —Toda su familia asomo riéndose y Marck su padre, la abrazo y dijo muy contento

—Mi amor tengo un regalo para ti, ya que vas a ingresar a la universidad, ven conmigo

La llevo hasta el filo de la vereda y le entrego unas llaves de un auto, Jenna observo a su padre, tenía esa linda sonrisa de cuando está feliz, miro de nuevo las llaves, apretó el seguro y se escuchó el típico ruido de la alarma cuando se abre el auto.

Cuando lo admiro exhalo un largo suspiro y grito

—Papá, ¡está hermoso!, es un Ferrari y de mi color favorito, ¡rojo!, gracias, papá

Le dio varias vueltas, abrió la portezuela, se subió al auto unos momentos para sentir todo, volvió a salir para abrazar a su padre toda exaltada de felicidad.

—Gracias, papi —Marck sonreía de ver a su hija tan feliz, por su mente paso el deseo de haber tenido a su lado a Judith para que vea a su amada hija muy feliz

Sus abuelos encantados de su reacción y Marcus solo opino contento

—Eso te mereces hermosa y mucho más, tus logros en lo que te propones es halagador, todos te amamos y queremos que seas muy feliz como lo estás ahora

Su nieta se le acercó y expreso —Los amo a todos, amo a mi familia, amo a mi papá, amo a… mi mamá, que aunque no esté aquí presente, sé que ella está allá en el cielo, cuidándome y contenta por lo que estoy haciendo y recibiendo.

Entraron para desayunar la alegría en esa mansión, era lo más lindo, ese ambiente familiar donde todos actuaban en camaradería y amor fraternal, después fueron en sus autos para ir a la Universidad a dejarla instalada, eso si su padre había pedido una habitación exclusiva para su hija con todas las comodidades.

Al llegar bajaron todo el equipaje y entraron para ayudarla a acomodar todo en su nueva habitación en la Universidad, cuando terminaron fueron a la cafetería de la universidad para tomar unos aperitivos antes de despedirse y dejar ya a Jenna.

En el estacionamiento fue la despedida final, los abrazos, besos, consejos y demás de todos, al último fue Marck que abrazando a su hija le decía.

—Bien, aquí comienza otra etapa de tu vida, hija, sé que lograrás todos tus sueños, cuando tengas vacaciones te esperamos en casa, amor

—Papá, te amo, siempre te enorgulleceré, ya verás, las mejores notas, ya quiero aprender para ayudarte en la empresa y descanses más, ¡cuídate por favor!

—Claro que sí, mi amor, mi princesa —Se dieron un último beso en la mejilla y Jenna se quedó parada despidiéndose de la mano de todos sus parientes.

Regreso a su habitación iba a meter la llave cuando escucho a sus espaldas

—Hola, amiga, somos tus compañeros de piso —se dio la vuelta y eran algunos jóvenes simpáticos y contesto

—Hola, me llamo Jenna Black —Todos la saludaron de mano, ella abrió la puerta y todos ingresaron y observaban todo haciendo ruidos de satisfacción y asombro

—¡Guau, vean eso! Que lujo, tienes de todo aquí, tienes cine en casa, vaya cosa

Jenna sonreía mirándolos recorrer, mirando sus cosas, pero ella no era orgullosa o creída, solo dijo

—Mi papá que no quería dejarme sin nada, es sobre protector, jajajaja

—Ojalá mi padre fuera así, el mío solo me dejo traer la televisión nada más

—Mis padres si me dieron de todo para que no me aburra, pero aquí no te aburres para nada amiga, ya sabrás “por qué”

Siguieron la algarabía, era grande como no tenían clase, se quedaron hasta tarde, comiendo golosinas que fueron a comprar y bebidas cuando ya iban a dormirse, se despidieron, en un cuaderno le dejaron sus nombres, todos iban a su mismo curso y especialidad.

En su libreta de notas estaban los nombres de todos los chicos que estuvieron allí

Vincent, Mary, July, Christian, Steve, Carl, Jhon, Lorens, Alex, Tonny, Alexa, Alessandra

Guardo su libreta se acostó sonriente, pues ya tenía amigos en la universidad y eso la hacía muy feliz.

Amaneció, se aseó, se vistió y fue a la cafetería a desayunar, se encontró con varios de los que estuvieron en su habitación, la camaradería era muy buena, entraron después a clases, al salir a receso, entraron los de la fraternidad llamada EXCLUSIVE APPOINTMENTS, para hablar con ellos, fue una intervención muy larga, les dejaron folletos donde se citaban a hombres y mujeres por igual.

Todos revisaban los folletos, la información le impacto a Jenna, todos estaban con la curiosidad, decía diversión loca, placeres increíbles, la decisión la tomas tú, sus compañeros de clase hablaban de que esa fraternidad era muy famosa y todos ingresaban a ella no era obligatorio, pero te hacía tener más prestigio y beneficios como los créditos estudiantiles o por no decir puntajes altos en las materias. A Jenna le interesó, pues, deseaba ser la mejor y tener su puntaje más alto de la universidad y si eso competía ser miembro de esa fraternidad lo haría sin chistar.

Regresaron a clases las cuales estuvieron entretenidas, para ella todo era comprensible al 100 %, su mente era privilegiada, se sentía muy bien, buena educación, buenos amigos, solo esperaba ir para la reunión de la fraternidad e ingresar a ella.

Mientras en la empresa, Marck recibía un aviso de una visita intempestiva cuando escucho el nombre Loretta Raise, se impresionó al darse cuenta de que iba a verla después de que la rechazó, pero no sabía nada de ella, respondió a su secretaria.

—¡Que pase!, Rose —La puerta se abrió dando paso a una bellísima mujer que taconeaba el piso haciendo retumbar la oficina, no venía sola, le acompañaba un hombre muy alto tanto como Marck y corpulento como Él también

—¡Hola, amorcito bello!, te vengo a visitar, te he extrañado —lo abrazo sin dejarlo decirle nada todavía, pero dijo

—¡Loretta querida!, estas, ¡hermosa!, también te he extrañado —ella le dio un beso en la mejilla y exclamo divertida

—Te presento a Ralph Matheus, ¡mi prometido!, Ralph… Él es Marck, de quien tanto te he hablado

El hombre rubio de ojos marrón le dio la mano a Marck diciendo —Hola Marck, así que tú eres el hombre que rechazo a esta hermosa mujer… de lo que te perdiste, dejaste ir a esta preciosura.

A lo que Marck solo sonrió y contesto —Yo… la verdad que hasta ahora estoy soltero, amé a Judith demasiado y no me siento atraído hacia ninguna mujer, su recuerdo me llena mi vacío.

El hombre lo observaba incrédulo, Loretta también, pues pensaba que a lo mejor ya tenía alguna conquista por ahí y replicó mirándolo.

—Marck Black, el hombre más codiciado, no se ha dejado atrapar de ninguna, oye, ¿estarás perdiendo tú…? Ehm, ¿cómo te digo sin que te ofendas?

—Entiendo lo que quieres decir y la respuesta es… ¡No me gustan los hombres! —Ralph al escucharlo soltó una carcajada estruendosa diciendo

—Jajajaja, ¡Loretta no lo ofendas!, jajaja, este hombre derrama su virilidad por doquier, lo único que le pasa es que tiene su corazón devastado mujer, debió amarla mucho y eso no se critica amor, pero hay una cosa que sí puedes hacer hombre… ¡Tener una cita a ciegas!, pero de esas especiales que son solo para empresarios, hombres de dinero como tú, ¡así conseguí a Loretta!

Marck observo a Loretta que está sonriendo, se le acercó y comento

—Atrévete Marck, deberías probar, yo elegí a Ralph, bueno, no sabía quién era, a la tercera salida y nos dimos cuenta de que estábamos compenetrados, nos sacamos las máscaras y nos conocimos, nos hicimos novios y aquí estamos

La miró sin comprender bien todavía y Ralph le explico

—Mira tú vas a ese sitio de citas a ciegas, te hacen preguntas de lo que realmente buscas, te enseñan fotos de las mujeres con antifaz, eliges una, pero la condición aquí es que a veces muchos la eligen y te llevan a una habitación donde están los demás y se ponen en fila, ella entra y elige al hombre que le llama la atención y después se ven solo entre ellos, pero la condición es que el antifaz le cubre el rostro a los dos solo se ven sus ojos y boca además no puedes hablar nada, es solo contacto carnal, si te toca una virgen estas de suerte, te sacaste la lotería, por eso en las reglas que te entregan dicen lo que debes hacer para saber si es virgen y no maltratarla

Marck estaba con la boca abierta, estupefacto de escucharlos, jamás se le había cruzado por su cabeza esas cosas, era algo nuevo para Él, pero supuso que era una solución a su abstención de tantos años, además de la curiosidad de meterse en ese mundillo de perversión.

Sin saberlo, la pareja consigue que Marck, un hombre viudo que se ha abstenido de tener relaciones por su difunta esposa, se interese por ese mundo de las citas a ciegas, donde conseguirá tener sexo con desconocidas sin compromiso, pero que algún día le hará ver que no todo es lo que parece en esta vida.

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