Entrando en otro de sus locales, Sasha no soltaba la mano del castaño.
No solía ir a éstos.
Él prefería solo ver a la “mercancía” y si le daba el visto bueno los iba ubicando donde convenieran.
La demanda era la demanda.
Con Dylan bien sujeto echó a andar hacia la barra.
Por suerte también poseia sitios aptos para todos los públicos y ese era uno de ellos.
Llegando ante la barra fue cuando por fin se decidió a soltar de la mano al joven.
-¿Quieres algo de beber?- le preguntó.
-No, yo… prefiero moverme un poco- señaló hacia la atestada pista.
Sasha echó un fugaz vistazo a ésta para después hacerlo a él.
-¿No hay mucha gente?-
El tono de voz le resultó algo molesto a Dylan.
-No, estoy acostumbrado- repuso éste.
-Como quieras, yo te espero aquí. Camarero póngame un vodka- pidió Sasha.
Y fue entonces cuando notó una mano del castaño agarrando una suya y tirando