Contra viento y marea
El silencio que se hizo en la habitación luego de aquella felicidad experimentada durante la noche fue sepulcral. La tensión que manaba del cuerpo de Alana era tanta que las mujeres no pudieron evitar acercarse.
—¿Estás bien? —preguntó Hope, quién era la más cercana a ella.
Alana negó.
—No creo que vuelva a estar bien alguna vez en la vida, señora Cameron —susurró buscando con la mirada a su madre.
¿Cómo iba a decirle sobre aquellos titulares cuando su madre se veía tan feliz? ¿Cómo era posible que el karma fuera tan perra y eligiera ese momento para irrumpir y arruinar su vida por completo?
—¿Qué pasa? Estás pálida —murmuró Hope dejando su copa y tocando el brazo de Alana, la mujer no solo estaba pálida, estaba fría como el hielo— ¡Alana! —llamó cuando la sintió liberarse de su mano y caminar en busca de Dakota.
—Tenemos que hablar —dijo con decisión. No podía ocultarle la verdad, tarde o temprano iba a verlo, sabía muy bien que, a la mañana siguiente, en el dí