Abigail

Zoe vino a hablar conmigo, pues yo seguía decaída, me encontró en mi pequeña oficina, intentando concentrarme.

-supe lo que paso, ¿estás bien? –

-estoy preocupada, más que nada –

-¿preocupada? – me pregunto ella sentándose en la orilla de la mesa, no cabía otra silla aquí – quieres contarme que es lo que te preocupa –

-es solo que ahora mi cara esta por todas partes, ¿y si alguien de mi antigua vida, me reconoce, y habla sobre mi? ¿Qué voy a hacer? –

-querida tu eres la víctima, si tu ex marido está preso, es porque casi te mata a golpes, que no te asuste que se sepa, tienes mucha gente de tu lado –

-hablando de eso, me han dicho que su madre sigue intentando apelar la sentencia, me asusta que en una de estos lo logre –

-que no te asuste tanto, ahora tienes un tipo del tamaño de un oso que muere por ti, y que es campeón de artes marciales mixtas –

-no voy a poner su carrera en peligro, si golpea a un civil se acabo para el –

-creo que con solo verlo es suficiente, pero si es