Enrique
Ver a Nícola en ese estado de tristeza me parte el alma, hace tanto tiempo que no me preocupaba por nadie, que incluso me cuesta saber como reaccionar o que hacer.
Caí completamente rendido a ella, me enamoro sin saberlo con su forma tan desparpajada de ser, su risa escandalosa, su despreocupación por lo que dice o como se viste.
Bendito el día en el que se poncho la llanta en el camino, a partir de ah