Capitulo 42
La redención

Mi respiración se detuvo al ver como tomaba asiento, me miro desde la lejanía, como si buscara problemas. Paolo se acercó, y en un susurro preocupado, inquirió.

—¿Qué hace ese sujeto aquí?

—No lo sé, pero le conozco... sé que busca algo y no me dejara en paz hasta que no lo obtenga. Asegúrate de que todo esté bien, iré a mirar que quiere, no dejaré qué arruine mi día.

—Bien, pero si pasa algo le doy con la botella —soltamos una sonrisa y luego me dirigí hasta la mesa.

—Vaya... que bien montado lo tienes en este lugar, contrataron al mejor servicio de catering.

—¿Qué quieres Jeremy? No tengo tiempo para ti.

—Oye, cálmate, acabó de llagar... mínimo sírveme algo. —Lo miré con fastidio mientras su intensa sonrisa solo me molestaba más. Me senté frente a él con el ceño fruncido y propiné.

—Sé que no viste nada más a comer, di a lo que viniste y luego vete.

—Vale... parece que no soy bienvenido, pero estoy seguro de que si fuera tu querido Ismael le harías una fiesta.
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