Necesito acabar con esto, no soporto más a Carlo, ni estar en esta situación; al paso que voy, terminará dándome un infarto.

Rohan me ha enviado un mensaje con una dirección, lugar donde quiere que nos veamos, pero no puedo ir, no puedo ser capaz de seguir con esto, no es digno de mí. No puedo ser igual que Carlo; mi conciencia y mi dignidad no me lo permiten.

Le mando un mensaje de regreso diciéndole que no podré, que tengo que arreglar algunos asuntos de Liam, y en parte es verdad; mañana iré a la agencia para elegir a la cuidadora. No me responde nada, creo que se ha molestado y, aunque eso me duele, creo que por el momento es lo mejor.

Al día siguiente, Carlo está de buen humor con todo el mundo; Sofía no sale de su asombro y lo mira con extrañeza; el único que parece feliz con ese cambio tan repentino es Liam; su rostro de felicidad es lo mejor. Su padre le ayudó a partir su desayuno, le preguntó sobre su escuela y lo llevó hasta el transporte del colegio cuando llegó por él.

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