Cenamos en una completa calma en que cualquiera pensaría que todo está bien, que somos una familia feliz. Él se ha portado tranquilo, no ha repelado por nada y con Liam, fue hasta un poco amable y dejó que no terminara su cena.

—Iré a lavar los platos, ¿se te ofrece alguna otra cosa? —Son amables y serviciales como siempre, no puedo despertar dudas en él de que algo pasa, no hasta que tenga pruebas, hasta que esté segura de sus planes.

—No, cariño, no necesito nada, voy a mi despacho a realizar un par de llamadas y subo a dormir. —Me guiña un ojo y no sé si eso fue su intento de parecer seductor y en verdad que espero que no, porque lo que menos quiero es tenerlo en mi cama.

Me apresuré a lavar los platos y en dejar todo listo antes de que él salga de su despacho, pero antes de subirme, la curiosidad me ganó. Dijo que haría un par de llamadas y, aunque siempre he sido una tanta que jamás ha dudado de él, esta vez es diferente y me acerco para escuchar.

—Ya te dije que es necesario, te