CAPITULO 40 EL MORETÓN.
Valerie Ghill.
─ Ni en vacaciones, puedes negarte a planificar un evento, ─ sonríe Samuel.
Me desvisto e ingreso con él, en el Jacuzzi, así me hubiese duchado anteriormente. Compartir el baño con mi esposo, siempre ha sido excitante.
Tomo una esponja y comienzo a frotar su cuerpo, siempre era muy dedicada a él, recorro cada parte de su piel, no solo con la esponja, sino con mis manos. Deseaba eliminar todos los estragos, de esa espantosa pesadilla y dejar la paranoia de una vez por todas.
Samuel, me quita la esponja cuando culmino con su cuerpo y comienza a frotarla por el mío.
Estos momentos de placeres son los que me despejan las dudas, aunque después vuelvan.
Tomo su miembro y lo acaricio, noto que está semi erecto, algo que me extraña, sobretodo, porque no es la primera vez que sucede, ya esta es la quinta vez y eso me descontrola; me hace pensar que ya no me desea tanto como antes.
Lo estímulo, buscando más dureza. Samuel, busca mis pechos llevándose uno a su boca, mientr