CAPITULO 3 CELOS

El tiempo pasó volando, era de mañana y hora de salir, Fernanda guardó sus cosas en su pequeña maleta y se dirigió hacia la salida, hablando animada con las enfermeras que tambien se iban, vió a su esposo, recargado en su auto, esperándola, se veia tan atractivo y sexy como el dia que lo conoció, con un traje oscuro, pero por su mirada penetrante, sabía que no estaba feliz.

- Sube al auto ahora - dijo, cuando llegó hasta él, le abrió la puerta, irradiando furia por los poros.

Ella sintió un estremecimiento tan fuerte, pero no dijo nada, y solo subió, se dirigieron a su casa en silencio, él la miró de reojo durante todo el trayecto, y cuando llegaron no se contuvo.

-¡¡No quiero que vuelvas a subir al auto con ese imbécil, Fernanda, - dijo exaltado.

- ¿Como? - dijo sorprendida.

- ¡Te fuiste con Leo en su auto anoche! ¿¡acaso crees que no me di cuenta!?, solo está buscando una excusa para volver a tener algo contigo y joderlo todo.

- ¡Estas exagerando! Entre él y yo ya no hay nada...

-¡¡No estoy exagerando!! - gritó, se quitó el saco, - y solo te estoy advirtiendo, ¡la próxima vez que se cruce en mi camino, le dejaré muy claro que tú eres mi esposa! -, fue a la cocina a beber un vaso con agua, tratando de calmarse, lo bebió rápidamente, - me dijiste que no estaban juntos, pero esta mañana salió antes que tú.

- Eso apenas lo supe anoche, y no tienes porqué molestarte, ¿ acaso no confias en mí?

- Él nunca ha jugado limpio... por esto no quería que regresaras, pero insistes en ello.

- ¡No voy a cambiar de opinión!- dijo firme-. Creo que debimos hablar de esto antes de casarnos, tal vez no habría aceptado tan rápido- dijo casi para sí misma.

El la miró, sorprendido, no esperaba esa respuesta.

- ¿Te estas arrepintiéndo? ¿de haberte casado conmigo? - su expresión era de confusión.

-¡¡No he dicho eso!! -dijo exasperada- tus celos estan fuera de lugar, estás poniendo en duda mi lealtad hacia ti.

El estaba aún más molesto por la absurda discusión con su esposa, - ¡Solo cuido lo que es mío, no creo que haya nada fuera de lugar en eso!

Ella solo levantó las manos resignada, no podía hacerlo razonar, se dió la vuelta para ir a la habitación y tomar una ducha, solo ahí se permitió llorar, nunca había visto esa faceta de él, cuando salió, él ya no estaba.

****

Max estaba realmente frustrado, discutir con su esposa lo dejaba agotado, así que llegó a su oficina cansado y malhumorado.

- Amigo, ¿estás bien?, vaya pinta que tienes -su mejor amigo Diego, habia sido padrino en su boda, se conocian bien desde la facultad de derecho.- no me digas que peleaste con tu esposa.

Él lo miró, estaba implícita la respuesta en su silencio, - no quiero hablar de eso, ¿hay algo pendiente?

- Tenemos cita con un cliente nuevo, creo que es

amiga tuya.

- ¿Cuando vendrá? - respondió indiferente.

- Más tarde, creo que va a divorciarse, es de alto perfil.

-¿De quién hablamos entonces?.

- Es... Isabela Castillo -Dijo revisando su agenda.

- Si, la conozco, tuvimos algo antes, un tiempo, pero no se dió, luego ella se casó con un alto ejecutivo, no la he visto desde entonces, es muy linda.

- Muy bien, vendrá a las 10.

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