Sin embargo, ella no estaba segura. No estaba segura de si Daniel realmente pretendía estar con ella.
Aunque comprendía sus sentimientos y había escuchado directamente ese "me gustas", eso no significaba que realmente pudieran estar juntos. Después de todo, su anterior matrimonio había sido demasiado complicado.
Con estos pensamientos, su expresión fue decayendo gradualmente, y el ardor que había sentido momentos antes parecía haberse apagado como con agua helada.
Daniel, quien seguía abajo, no podía imaginar todo lo que Silvia estaba pensando. Él solo sentía que aquel beso había sido demasiado fugaz. Mientras conducía de regreso, había bajado el aire acondicionado al mínimo, pero aun así sentía un calor sofocante.
Silvia no pudo dormir bien toda la noche. Durante el trabajo estuvo inquieta y distraída. Antes de recibir respuesta de la Revista de Psicología, le llegó una mala noticia.
El profesor Cisneros le llamó por teléfono con un tono particularmente serio —Silvia, ¿le has mostrado