78. Cálidas flores de primavera (VI)
78. Cálidas flores de primavera (VI)
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Como prometió, Bing Wen pasó el día entero con su hermana. Solo fue hasta que llegó la noche que volvieron a la secta. Esto le había servido para despejar su mente, pero al llegar el momento de dormir, múltiples pensamientos volvieron a atacarlo de forma sofocante.
Aún podía sentir en su cuerpo a Xin’er, cada beso y caricia todavía parecía estar impregnado en su piel. Además de forma visible, pues debajo de sus ropas las marcas eran visibles como el día.
Estaba avergonzado. Y se alegraba de no haberlo visto hoy, pues ni siquiera sabía cómo afrontar todo lo que había pasado el día anterior.
Se dejó llevar demasiado. Estaba mal. Estaba muy mal.
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Una larga semana había transcurrido desde su encuentro y Xin’er se sentía frustrado. No era idiota, sabía que Bing Wen lo estaba evitando. Apenas se habían visto, y cuando lo hacían Bing Wen se apresuraba a abandonar el sitio.
Tampoco quería presionarlo, pero la incertidumbre y la falta de respues