2- La salvación

VERA ELIZABETH CARTER

Otro día más que mi vida se basa en trabajar y volver a la habitación que alquilo. ¿Por qué no alquilé un departamento? Debe ser porque soy estúpida y pienso que Morris va a venir a buscarme diciendo que estaba confundido y que me ama. ¡Patética!

Igual, tampoco es que lo necesito para ser feliz ¿No? A quién engaño, lo amo demasiado y sigue doliéndome que me haya dejado sin más y continuado con su vida.

Observo mis oficinas desde el frente de la calle y todo se ve hermoso. Funciona bien, mi pequeña empresa funciona muy bien y eso debería hacerme feliz, porque todo salió perfecto, tenemos agenda llena, hace solo una semana que abrimos en esta zona y estamos llenos.

Increíble, pero tenía que ser de esas mujeres las cuales su felicidad depende de un hombre y si, está mal muy mal, pero... Yo nunca imaginé que termináramos así.

Sigo mi camino solo un poco para estacionar en el callejón de al lado, hoy a la mañana me llegó un mensaje de que estacionemos acá provisoriamente, luego le preguntaré al dueño el motivo, pero me da igual realmente. Lo único que importa es...

¡Auch!

Hago fuerza para abrir los ojos pero no puedo.

¡Ay! ¡Mi cabeza!

Levanto las cejas con fuerza para abrir los ojos, pero la luz me molesta demasiado y mi lado derecho de la cabeza me duele bastante.

Después de varios intentos logro abrir un poco los ojos y...

¡No puede ser!

Veo dos hombres, lo supongo por su contextura física, observo mi entorno y definitivamente esto es malo, muy malo, estoy atada a una silla en un horrible lugar, frio y viejo.

Pero... No tiene sentido, ¿Quien querría secuestrarme? Yo...

¿Qué hice y a quién?

......

Las horas transcurren pero no tengo idea qué momento del día es, tengo hambre, tengo frío, me duelen los dedos de los pies de tanto frío que siento.

Ya no quiero estar acá, empieza asustarme el pensar que alguien quiere lastimarme y es que... yo nunca hice nada malo, no tiene sentido.

- ¡Dale! Apúrate - Me sobresalto al escuchar movimiento.

- ¡Agarra todo! - Veo que empiezan a agarrar sus cosas.

No van a irse sin mi ¿Verdad?

- ¡Apúrate y ve a buscar el arma! - ¿Arma? Ay no, no no no.

- ¡Ey! Sigo acá, ¿Qué van a hacer? - Se ven apurados y preocupados.

- ¡Cállate nena! - Esto no tiene buen augurio.

- ¡Por favor, suéltenme y juro no voy a decir nada! - sigue moviéndose rápido sin dejar rastro de nada en el lugar.

- Dijo que la desaparezcas - dice el más joven haciendo seña de disparo mientras mira su teléfono.

¡Ay no!

- NO POR FAVOR, ¡NO! JURO QUE JAMÁS HICE NADA MALO - grito desesperada.

- Perdón nena, son las órdenes - cierro los ojos y siento como las lágrimas caen por mis mejillas y lo único qué escucho es su voz.

*******

MORRIS

- MORRIS ¿ME ESCUCHAS? - La voz de Lucas es como un cachetazo a través del teléfono.

- ¿Qué dijiste? ¿Estás seguro? - no puede estar pasando una cosa así.

- Si imbécil, ¿Por qué jugaría con algo así? - Me levanto agarrando mi saco para salir.

- ¿Dónde estás? - si Vera está desaparecida, tengo que encontrarla.

- Es las oficinas nuevas - agarro las llaves del auto y bajo al estacionamiento sin cortar la llamada, pero él ya lo hizo antes.

Mientras conduzco suena mi teléfono nuevamente y atiendo.

- Hola Lucas ¿Supiste algo? - respondo automáticamente creyendo que es él.

- ¿No? Soy Rena, quería saber si ¿Quieres que vaya a cocinar a tu casa y...

- Renata, estoy ocupado, Vera desapareció y tengo que encontrarla.

- ¿Qué? No es posible, ¿Tienes alguna pista? ¿Quieres que ayude?

- No Renata, la voy a encontrar, no te preocupes no puede estar muy lejos. - corto y justo llego a las oficinas de Vera.

Encuentro a Lucas en el callejón que está al lado de las oficinas y apenas me ve se me acerca furioso dándome un puñetazo.

-¿Qué le hiciste imbécil? ¿Por qué la has lastimaste así? – me limpio la sangre sosteniéndome la mejilla.

-Ahora lo importante es encontrarla – me mira con mala cara y resopla.

Camino mirando el lugar y ya sé que tenemos que hacer para encontrarla, camino a mi auto.

-¿A dónde vas? – miro a Lucas que ya está al lado mío.

- Voy a buscar alguien que me pueda ayudar con esas cámaras – señalo la cámara que está apuntando a un costado del callejón. – ¿Tenemos una tregua?- rueda los ojos y sube al asiento del acompañante, parece que es un si.

………

- ¿Es está? – Santos un comisario cliente mío, nos señala la pantalla.

- Si, ¡Vera! - Veo como la desmayan y la meten en una camioneta - Puede seguirla por las cámaras - me mira dudoso - Si la encuentro puede comprar chocolates gratis de por vida - Suelto sin dudarlo.

Comienza a seguir la camioneta con la cámara y ahí está.

- ¡Vamos! - salgo sin siquiera decir gracias, pero estoy muy seguro que el tiempo no sobra y si algo llega pasarle por no llegar a tiempo.

Conduzco mientras Lucas me grita hacia donde doblar y llegamos muy rápido, yo diría que demasiado.

Vemos el depósito abandonado y bajamos sin siquiera cerrar las puertas, vemos salir a un chico muy asustado que al vernos corre en dirección contraría.

Lucas va a perseguirlo pero lo detengo.

- ¡Primero Vera! - asiente y vamos corriendo dentro del lugar.

Inconsciente de nuestra parte venir sin apoyo pero no podía esperar.

Entramos al lugar y creo que mi corazón se para.

- ¡NO! - grito por inercia al tipo que le apunta a la mujer que amo con un arma.

El sujeto sale corriendo hacia una salida trasera.

- ¡Voy yo! Ve con ella- Lucas trata de alcanzar al tipo y yo corro hacia Vera que está llorando con los ojos cerrados.

- Tranquila ya estoy aquí - Comienzo a desatarla.

- ¿Morris? - extrañaba demasiado su voz.

- Si Vera, soy yo - Sigue llorando asustada y la abrazo después de liberar sus ataduras. - Tranquila todo está bien - Acaricio su espalda, levanta la vista para mirarme y vuelve a abrazarme sin dejar de llorar.

- ¡Se escapó!- Lucas entra agitado. - ¿Cómo está? - Me levanto con Vera aún abrazándome.

- No sé, la voy a llevar a casa- él quiere hablar- ¡No importa nada la llevo a mi casa! - no dice más nada y solo me sigue mientras vamos a mi auto.

............

Termino de prepararle un té y se lo llevo a la cama en donde está recostada sin decir nada.

- No entiendo Morris - es lo primero que dice mientras apoyo la bandeja en la mesita de luz.

- Hay gente mala, quizás alguien que buscaba dinero, pero vamos a...

- ¿Por qué fuiste a buscarme?- me mira afligida - Me dejaste, dijiste que no me amabas y... ¿Por qué fuiste a mi rescate? - es muy simple Vera, te amo es muy simple, lo difícil es arrastrarte a lo que será mi vida.

- Vera... yo...

- ¿Aún me amas? ¿Te importo? - suspiro con pesadez - Explícame ¿Qué sucede? ¿Por que de un momento a otro resulta que no me amas?- sus ojos llenos de lágrimas me lastiman.

- No es justo para ti, no puedo arrastrarte a esto - Arquea una ceja.

- ¿Qué es esto? Porque no se me ocurre nada que pueda ser tan difícil como para que no podamos estar juntos- Ella es perfecta pero... ¿Está bien arrastrarla a esto? No lo sé, lo único que sé es que si no soy honesto voy a lastimarla.

- Vera... Yo... Yo tengo un tumor cerebral.

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