¡Siempre soy tu papá!
¡Siempre soy tu papá!
Por: Kea Cami
1- Voluntad

MORRIS CLAYTON O'BRAIAN

- ¿Qué pasa Vera? – Uso el tono más frío que puedo fingir, solo así será más fácil hacer lo que tengo en mente.

- ¿Dónde estás Morris? ¡Quiero que hablemos ahora! – Al parecer llega el momento.

- Estoy llegando a la oficina y... – No me deja terminar y conozco a Vera está muy enojada, que desgraciado habré sido para enojar a una mujer como ella.

- ¡Llego en unos minutos! – corta la llamada y mi corazón se aprieta, la vida está definida por las decisiones difíciles que debemos tomar y creo que sin dudas esto definirá mi vida o más bien la de ella.

- ¿Todo bien Morri?- Miro a Renata sentada en el lado del acompañante y asiento al no saber que decir, el hecho de que mi novia viene muy enojada a verme me abruma.

Subimos a mi oficina y ella va hablando de cosas que realmente no presto atención en absoluto, Renata es como una hermana para mí y por eso no me quejo de que a veces no se de cuenta que no estoy bien, pero ahora estoy tratando de pensar lo que acontecerá en tan solo unos minutos.

Me siento en el sillón de mi oficina y Renata frente a mí, sonrío ante sus palabras por simple cortesía, ella me será de gran ayuda en estos momentos, nadie más que ella lo sabe y es bueno tenerla de mi lado.

Vera entra abruptamente a la oficina y respiro profundo entrando en mi papel.

- ¡Vera! ¿Por qué no golpeaste la puerta? – Arrugo el ceño mostrando mi molestia ante su acción, ella solo muerde su labio inferior enojada y no despega su vista de mi.

¡No muestres debilidad ante ella!

- ¿Podemos hablar Morris? – Arqueo una ceja desentendiéndome del asunto - No tengo problema de que hablemos frente a ella, pero necesito que lo hagamos ¡Ahora! - señala con la cabeza a Renata la cual se levanta.

- Yo los dejo solos, nos vemos Morri, ¡Nos vemos Vera! – Renata sale y solo bastó que cerrara la puerta para que Vera hablara.

- ¿Qué pasa Morris? ¿Por qué estás tan raro? Pensé que era el trabajo, pero solo estás raro conmigo - se me acerca y ruego que deje de hacerlo- ¿Sabes que podemos hablar de todo no? – Miro hacia abajo buscando las palabras correctas, concisas y que no den pie a confusión pero que a la vez no la lastimen tanto- ¿Qué pasa? Te dije que era la inauguración y dijiste que estabas ocupado, pero te vi comiendo con Renata en la misma cuadra que yo estaba - la miro tratando de encapsular todo lo que siento, tratando de dejarme vacío.

- Es simple Vera, no tenía ganas de ir – Mira al suelo y mi estómago se estruja porque sé que acabo de herirla.

- ¡Está bien! Pero... ¿Es algo conmigo Morris? -La miro visualizando que es alguien más, algún desconocido.

- Es simple Vera, ya no aguanto más esta relación, no veo que funcione y tampoco tengo ganas de intentarlo. – Pestañea y me mira confusa.

- Perdón amor... yo... – la interrumpo porque no quiero escucharla llamarme con cariño, no voy a ceder.

- No digas nada Vera, es simple se terminó, ya somos adultos, no me hagas repetirlo ¿sí? – no dice nada y en este momento solo quiero que se vaya y no vuelva más.

- Ya... ¿Ya no me amas? – miro a la ventana tomando el valor de responder eso - No entiendo Morris, ¿Qué pasa? ¿Ya no me amas? porque no se tiran 4 años de relación a la basura así- la miro con un solo pensamiento. ¡Es por ella!

- Vera, ¡Ya no te amo! – y como lo esperaba de ella, solo asiente con sus ojos verdes llenos de lágrimas.

- ¡Lo entiendo! Es bueno que hayas sido sincero. – Así se va y me dejo caer en el sillón reprimiendo el impulso de correr hacia ella y abrazarla.

Froto mi rostro y lo siento mojado, seco las lágrimas que se me escaparon mientras suspiro a sabiendas que hice lo que debía hacer.

********

¡La extraño demasiado! ¡Una semana y siento que fue un siglo!

Otra vez vuelvo a estar solo, cuando mis padres murieron si, tenía a Renata y su familia que me acogió como si fuera parte de ella, pero Vera, ella fue quien llenó ese vacío en mi vida y ahora vuelvo a tenerlo.

- ¡Morri! - miro a Renata.

- Perdón, ¿Qué decías? - me mira algo fastidiada.

- ¿Acaso estás pensando en volver con ella? - niego frunciendo el ceño.

- No voy a arrastrarla a una vida con un enfermo, ella merece más, si llegara a mejorar, es otra historia - ella levanta una ceja sin entender - Si logro operarme yo... bueno yo la buscaría sin dudas - sonrío porque no tengo dudas que Vera es la mujer de mi vida y que así pasara una década y la buscara, sería difícil pero no tengo dudas que lo que siento ahora seguiría intacto.

- ¡Morri! - me encojo de hombros.

- Ya lo sé, no va a pasar, se que no voy a mejorar, por eso la dejé, solo que a veces me da ganas de contarle todo, pero es egoísta. - Resoplo.

- ¡Ya no pienses en eso, piensa en ponerte mejor! - asiento suspirando con pesadez.

- ¿No le dijiste a nadie verdad? - Renata aunque a veces parece una chiquilla malcriada, resulta una buena amiga en esta situación.

- ¡A nadie! - se levanta - Tengo que irme pero hablamos ¿sí? - asiento y la despido con un movimiento de mi mano.

¿Por qué todo es tan difícil?

............

¡Ring! ¡Ring!

Me sobresalto con el sonido de mi teléfono.

Me quede dormido, otra vez, estas pastillas para el dolor de cabeza no están ayudando en nada.

Tomo mi teléfono y veo quien llama... ¿Lucas? ¡Que raro! ¿Por qué me llama el amigo de Vera?

- Hola Lucas ¿Qu...

- ¡Morris! ¡Vera desapareció!

¿QUÉ?

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