ALFA RASTUS:
—Solo quiero quedarme en la cama con mi esposa. ¿Es demasiado? —gemí contra el cabello de mi amada.
—Hemos estado en cama durante los últimos diez días, Rastus. Creo que eso es suficiente…—respondió mientras se retorció en mis brazos.
—Nunca me canso de ti, Agnes. Siempre quiero más. —La interrumpí, inhalando el aroma de su cabello mientras la atraía hacia mi pecho, frotando mi erección contra sus suave trasero.
Ella se rió entre dientes, disfrutando este momento tanto como yo.
—Tenemos planes para hoy, Rastus. Realmente deberíamos hacerlo —dijo.
Sólo tenía que recordarme a Larisa y Jake.
El plan era reunir a la manada en la plaza de la manada y castigar públicamente a Larisa y Jake, pero tras muchos días deliberando, no se me ocurrió el castigo adecuado para ellos dos. No los quería muertos porque matarlos sería demasiado fácil, pero tampoco quería mantenerlos encerrados para evitar cualquier sorpresa que perturbara la paz que Agnes que se había esforzado tanto p