¡No intentes escapar, Madre adoptiva de mi hijo!
¡No intentes escapar, Madre adoptiva de mi hijo!
Por: Mel Polanco
Capítulo 1: Familia Destruida

Era una fría noche y justo en esos momentos se podía ver a un automóvil deportivo ir a su máxima velocidad por las calles, acelerando para ganarle al cambio de luces del semáforo y tomaba las curvas de forma muy osada.

La razón de esta irresponsabilidad era por la angustia que sentía el conductor y dueño de ese automóvil, porque acababa de recibir la peor noticia de todas y deseaba llegar rápido al hospital.

El nombre de esta persona era James Griffith, quien hace unos minutos estaba por ingresar a una junta con los socios de su empresa, pero recibió una llamada de su casa donde la sirvienta le dio la horrible noticia de que su esposa estaba de camino al hospital porque el parto se adelantó.

Al llegar al hospital corrió a toda prisa importándole poco si estacionaba bien su auto o lo cerraba, solo estaba concentrado en llegar rápidamente hasta la habitación donde ella estaba porque deseaba verla y preguntar que habia pasado, pero al llegar se encontró a sus padres discutiendo con el médico, las enfermeras y la seguridad del hospital.

- ¿Qué pasa aquí? - preguntó furioso haciendo notar su presencia.

- Hijo…  - mencionó angustiada una mujer mayor de cabello castaño.

- Señor… lo lamento no… no sabemos cómo paso – decía angustiado el médico, al cual estaban arrestando en esos momentos junto con varias enfermeras – no por favor… no…

- Madre ¿dónde están Amelia y mi hijo? – preguntó James ignorando el arresto.

- Hijo – le llamo su padre – ella no sobrevivió al parto.

- Que…

- Y estos idiotas perdieron al niño, parece que una mujer se hizo pasar por enfermera y se llevó a mi nieto – dijo angustiada la mayor.

- ¡QUE! NO, ESO ES MENTIRA – dijo corriendo e ingresando al cuarto donde veía un cuerpo cubierto con una sábana y debajo de esa camilla se miraba un charco de sangre.

Con cuidado se acercó hasta ese cuerpo y le quito la sabana sintiendo que todo su mundo se destrozaba porque ahí yacía el cuerpo sin vida de su amada Amelia, con temor toco esas suaves mejillas que alguna vez fueron cálidas y rosadas, pero ahora estaban sin color y frías.

James apretó con fuerza los puños y se acercó para darle un beso en los labios a modo de despedida al cuerpo de la mujer que amo y hacia unas horas atrás le dedico una gran sonrisa y se despidió de él; busco contener sus lágrimas porque si escucho bien… habia otro pendiente, así que con cuidado cubrió nuevamente ese cuerpo y salió de la habitación dándole un puñetazo en la cara al jefe de seguridad del lugar.

- No me importa lo que deba hacer, QUIERO VER A MI HIJO AHORA – declaró empleado un tono gélido y muy tranquilo en su voz, causando un gran escalofrió a todos los presentes – y si no lo hace usted lo lamentara el resto de su vida.

Por otro lado, a varias calles lejos del hospital se podía ver a una mujer muy asustada que corría por los callejones de la gran ciudad cargando un pequeño bulto entre sus brazos.

Ella se notaba muy asustada y con la respiración muy agitada ya que desde que lo recibió no habia parado de correr, en eso se detuvo por unos momentos para tomar algo de aire y meditar bien sus acciones.

- Ah… ah…

- Buaaa…

- Sh… cállate – ordenó moviendo el pequeño bulto – ah… que hago…

Esa chica era una joven que vivía en la calle y justo esa mañana una misteriosa mujer se le acercó y le regalo algo de dinero, a la vez que se acercaba para hablarle y proponerle un trato: si la ayudaba recogiendo un paquete y hacia una tarea especial, ella la recompensará de forma generosa asegurándole que nunca más tendría que mendigar por las calles.

Con esa gran tentación, la chica aceptó y fue a recoger ese paquete, aunque se sintió extraña al ver que estaba en la parte trasera del hospital y en eso vio a una enfermera caminar de un lado a otro mirando a todos lados, al acercase a ella esta le entrego lo que cargaba y sin decirle nada regreso al interior del edificio.

Ella estaba confundida y se asustó al ver que lo que le entregaron era un bebe, pero busco ignorar su sentido común y fue al lugar indicado ya que el dinero era lo más importante en ese momento.

Por esa razón retomo su andar para llegar rápidamente al punto de reunión, tras unos minutos más en su andar llego al lugar acordado, pero no vio a nadie y al observar atentamente le lugar encontró una mochila que se miraba nueva y abandonada de forma casual en el lugar.

Movida por la curiosidad se acercó a ese objeto y lo abrió, notando que era para ella y en su interior habia un cuchillo de carnicero y una nota con instrucciones, las cuales decían: “mátalo y llévame al cadáver a esta dirección donde te estoy esperando para entregarte tu dinero”.

Eso asusto a la chica, ya que jamás pensó que le pediría tal atrocidad… en eso miro a ver al recién nacido que estaba durmiendo en esos momentos, en eso analizo sus ropas y las sábanas que lo tapan notando que esos artículos eran de una tienda departamental lujosa y exclusiva para bebes, por lo tanto, ese niño debía ser un heredero o de gente con mucho dinero.

Al analizar bien las opciones, la codicia le gano y aprovechando que ese pequeño estaba dormido busco acomodarlo y esconderlo entre la basura, porque ese tipo de niños servían más vivos que muertos.

Solo tomo una de las sábanas que cubrían al pequeño y al analizar a su alrededor encontró una muñeca vieja de un bebe y hurgando en los contenedores encontró algo de pintura roja, por lo que creo un buen sustituto y una vez listo, ella se colocó de pie para ir al nuevo punto de reunión para reclamar su recompensa.

Ella se sentía feliz y dichosa, porque con su nuevo plan además de ese dinero buscaría ganar un extra al pedir un rescate por ese bebe ya que de seguro mañana aparecería en las noticias, pero desgraciadamente la suerte no estaba de su lado porque al pasar por otro callejón oscuro ella perdió la vida, donde su ultimo recuerdo fue escuchar una detonación y que todo se puso negro.

- Está hecho – dijo la persona que la mato, quien estaba cubriendo su identidad con la oscuridad de la noche y estaba hablando al teléfono en esos momentos.

- Revisa que haya hecho bien su trabajo – se escuchó que le decía una voz distorsionada al otro lado de la línea.

- Si – dijo moviendo las sábanas, pero al ver lo que habia entre ellas solo dejo escapar un suspiro – oye...

- ¿Qué pasa? ¿lo mutilo de forma grotesca? – preguntó dejando escuchar un tono divertido en su voz.

- No es el bebe.

- ¿Como que no es? ¿de qué hablas?

- Ella cargaba un muñeco.

- ¡QUE! PUES NO TE QUEDES PARADO Y BUSCA A ESE BASTARDITO, PORQUE NO LO QUIERO VIVO – declaró terminando de forma brusca la llamada.

- … - ante eso esa persona solo dejo escapar un suspiro antes de empezar a andar buscando seguir los pasos que habia dado esa mujer para ver donde habia quedado el menor.

Al llegar a ese pasillo donde estaba abandonada la mochila noto que alguien la basura de ese lugar se miraba movida y en eso encontró una de esas pulseras medicas que le ponen a los recién nacidos, ante eso frunció el ceño antes de tomar su celular para notificarle las malas noticias a su “jefe” porque todo indicaba que alguien lo encontró.

- Oye tenemos un problema…

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