Habían pasado tan solo un par de horas, pero la vida de Lara caía en picada.
Y lo peor era que no podía hacer más nada que tan solo ver como todo el esfuerzo que hizo durante todos esos años, se iba por el drenaje.
Apenas alcanzó a saludar a sus hijos antes de que una llamada urgente la sacara a las corridas de la casa, para ir al hotel de donde la acababan de despedir.
- Lara ¿A dónde diablos estabas? – le preguntó Ignacio de camino al hotel.
- Estaba de camino, hubo un corte en la autopista.
- ¿Qué diablos pasó en el VIP? ¿Por qué te despidieron?
Lara lo miró con los labios apretados en una línea recta y el corazón echo un bollito.
¿Cómo le explicaba que por solo una noche de sexo había tirado por la borda el único trabajo estable que tenía?
- Vi a Guadalupe en el evento – soltó con la conciencia culpable.
- Oh… - Ignacio frenó de golpe en una luz roja – Yo… lo siento… solo sabía que te habías retirado antes e incumplido tu contrato.
- Es que no soporté verla allí – Lara estremec