DORMIR EN LA MISMA CAMA
April bajó las escaleras y salió casi corriendo al jardín, se detuvo frente a los rosales y cerró los ojos buscando calmarse.
«Respira, April, respira»
Su corazón aún latía con fuerza y en su lengua todavía estaba el sabor de Marcelo, se llevó los dedos a los labios y se los acarició. Gimió y su mente, revivió el beso que acababa de darle. Y cualquiera que la viera la tildaría de loca, menos mal que cuando escucho su nombre, vio a una pequeñita de ojos marrones y cabello oscuro.
―¿Tía, April? ¿Qué estás haciendo?
Abrió los ojos y busco la pequeña voz, de repente miro hacia abajo y la sonrisa tierna de Serafina la recibió.
―Eh… ¡Nada, nada!
―Pero estabas haciendo sonidos raros ―dijo la niña con inocencia ―¿Te duele algo?
Los ojos de April se abrieron como platos y se agachó y miró a la pequeña.
―¡No! No, cariño, estoy bien ―miro a su alrededor ―¿Dónde está tu mamá?
―Está con papá en el estudio, cuando está con él ―Serafina se inclinó a su oído ― no le g