4.- Una solución

Pido un Uber y voy a la estación.

—Buenas tardes —saludo al llegar y todos me miran con cara de querer recriminarme—. Antes de que me den algún sermón, les aclaro que vengo a recoger algunas cosas de mi casillero.

—¿Qué tal el comienzo de tus vacaciones? —indaga Boyco en tono burlón.

—Bien, me iré de viaje.

—Eso está perfecto —asegura Asher—. Es una decisión excelente. 

—¿A dónde vas? —interroga Ivonne.

Antes de que pueda contestar, suena la alerta de una llamada y todos se van de prisa, la adrenalina pasa momentáneamente por mi cuerpo y al quedarme solo, resoplo molesto.

Tomo las cosas que necesitaba y me voy caminando al apartamento.

Apenas llego y me ducho para quitarme la sensación del agua sucia que tengo desde que me mojé. Inevitablemente recuerdo a Destiny entre mis brazos, su cara disgustada me provocó algo extraño, aunque después fue amable, o al menos eso pensé, ya que parecía preocupada por mí, pero al verla de nuevo, terminó decepcionándome por completo, al amenazarme con que siempre se sale con la suya me demostró lo engreída y caprichosa que es; menos mal que no la volveré a ver.

Me pongo ropa cómoda y me recuesto en el sofá, paso la mayor parte del día mirando televisión y comiendo toda la comida chatarra que encuentro.

Los siguientes días, soy un zombie, como, veo televisión, salgo a la terraza, duermo y sobrevivo, no he tenido ánimos de salir, a pesar de que he recibido llamadas de mis amigos y por supuesto de mi hermana para hacerme invitaciones y animarme. 

Al menos ya solo queda una semana para salir de viaje y eso me entusiasma.

Estoy por irme a dormir cuando suena el timbre, reviso la hora y pasan de las doce, preocupado me acerco a la puerta, y al abrir, me encuentro con Giovanna, quien tiene la nariz roja, los ojos hinchados como si hubiese llorado por horas y sostiene a Georgia dormida en los brazos.

—¿Qué pasa? —preguntó preocupado.

—¿Puedo acostar a Georgia? 

—Por supuesto —afirmo y abro la puerta por completo para que pueda pasar.

La sigo hasta la habitación de huéspedes, acomoda a la niña, la cubre y me toma del brazo para salir.

—Se cancela el viaje a Florida —farfulla y empieza a llorar.

—¿Discutiste con August? —indago lo obvio. 

—Sí —se limpia las lágrimas.

La atraigo para abrazarla y le doy unos minutos para que se calme.

—Hoy me mostró las finanzas de la agencia y me dijo que tenemos que cerrarla antes de que las cosas empeoren —explica.

La llevo a la sala y la acomodo en el sillón.

—Tú misma me comentaste la situación de la agencia, ¿por qué te sorprendes con esto?

—Pensé que me daría unos meses más —lloriquea— August no me quiere.  

—Gio, una cosa no tiene que ver con la otra —aclaro—. August es economista, es lógico que quiera cerrar una compañía que le está generando demasiados gastos y pocas ganancias.

—Le pedí unos meses y dijo que no.

—Es que ya llevas casi un año extendiendo lo que sabes que debió pasar apenas empezaste a tener pérdidas. 

—¿Qué pasará con mis colaboradores? —inquiere—. Todos confiaron en mí y fracasé.

Vuelvo a abrazarla y dejo un beso en su frente. 

—Tranquilízate, por favor —le pido, ya que me duele verla así—. ¿August sabe que estás aquí?

—No, después de la discusión se fue al gimnasio y me vine antes de que saliera.

—Lo llamaré —tomo mi teléfono y antes de marcar, suena el timbre.

—¡No puedo creer que te fueras de la casa sin avisarme! —exclama, apenas abro la puerta.

—Tranquilo, August —le digo antes de que se acerque a Gio.

—Belamy, le he dado mucho tiempo a la agencia para que se reponga y ya no veo solución —explica, frustrado—. Invertimos demasiado y eso no es rentable.

—Hay una solución —dice de pronto Giovanna, poniéndose de pie. 

—¿Cuál? —preguntamos al mismo tiempo August y yo.

—Destiny Golden.

—¿Aceptó por fin a algún actor de la agencia? —indaga August.

—No —suspira Gio.

—¿Entonces? —presiona. 

—Me propuso recomendar a varios de mis actores con personas que conoce en algunas productoras, además de hacerme publicidad en sus revistas por varios meses.

—Eso ayudaría mucho, pero, si no quiere a un actor, ¿a cambio de qué sería su ayuda? —cuestiona August.

—Quiere a Belamy —vocifera.

—¿¡Qué!? —grita sin entender.

—Me dijo que si él acepta acompañarla a la boda de su hermana, me ayudará.

—¿Solo es a la boda? —pregunto. 

—Sí, pero es en Las Bahamas y pasarán un poco más de tres semanas ahí.

—Esa mujer es una caprichosa —bufo.

—Es un buen trato, podría salvar la agencia con sus contactos y tendrás unas vacaciones muy interesantes —se encoge de hombros August.

—No puedo —me niego rotundamente—. ¿Cómo voy a  fingir un noviazgo con una mujer tan engreída? 

—Es mi última oportunidad —gimotea Gio—. Te prometo que si no funciona, me resignaré y aceptaré cerrar la agencia —ruega.

—¿Y nuestro viaje? —indago.

—No puedo irme si voy a cerrar la agencia —responde.

—Me parece que lo mejor es que le demos tiempo a Belamy para pensarlo —se acerca August tomándola de la mano—. ¿Vamos a casa? 

—Georgia está dormida —se limpia las lágrimas. 

—Pueden quedarse aquí —sugiero para que no la despierten.

—Creo que es buena idea, si la despierto, se pondrá necia y será imposible calmarla —suspira Gio.

—Entonces vamos a descansar —propongo.

—Sí, Belamy tiene razón, es lo mejor —apoya August.

Nos despedimos y nos vamos a las habitaciones. 

Amo a mi hermana y no me gusta verla sufrir, pero hacerme pasar por el novio de Destiny Golden por tres semanas para salvar su agencia, me parece que haría que esa mujer se saliera con la suya, tal y como lo advirtió, y no estoy dispuesto a hacerlo, doy varias vueltas en la cama buscando una solución, pero el sueño termina por vencerme.

—¡Tiyo! —escucho la preciosa voz de mi muñequita al lado de mi cama, abro los ojos y me muestra su hermosa sonrisa. 

La tomo con mi brazo sano y la subo a la cama para hacerle cosquillas, por lo que se carcajea. 

—Buenos días —saluda Gio, entrando a la habitación—. Ya está el desayuno. 

—¿Cómo te sientes? —pregunto. 

—Más tranquila, hoy hablaré con Andreina para que tenga tiempo para planificar lo que hará —toma a Georgia en los brazos—. Te esperamos en la cocina. 

—Ahora las alcanzo —menciono levantándome para ir al baño. 

Hago mis necesidades, me cepillo los dientes y salgo. 

—Buenos días —saluda August al verme. 

—Qué tal, hermano —le palmeo la espalda. 

—Tiyo, aquí —señala Georgia una silla a su lado. 

—¿Quién es mi niña consentida? —digo llenándola de besos al acomodarme donde ella me indicó. 

—Gigi —responde risueña. 

—¿Qué tienes planeado hacer ahora? —indaga Gio, dejando un plato frente a mí y una taza con café. 

—Ver televisión y comer comida chatarra —respondo y se ríe. 

—Excelente plan —se burla August—. ¿Podrías pasarte por la oficina? —sugiere—. Siempre es bueno que vean a los dueños por ahí. 

—Tú eres tan dueño como yo —rebato. 

Los hoteles Monarch son el legado de la familia Rusher, mi padre fue hijo único y él nos los heredó a mi hermana y a mí, aunque en principio me hice cargo de los negocios después de graduarme, siempre había soñado con ser bombero, por lo que mi padre al ver que estaba un poco frustrado con el trabajo, me recomendó entrar a la academía de bomberos, para que lograra mi sueño y así lo hice. 

Por suerte, August, quien siempre fue mi mejor amigo, se convirtió en la mano derecha de mi padre y al casarse con mi hermana, mi padre lo convirtió en socio, ahora es él quien se hace cargo de todo y una vez al mes, nos reunimos para revisar las finanzas y sobre todo, tomar decisiones importantes, pero confió en él ciegamente, ha hecho un trabajo excelente. 

—También puedes ir conmigo, la nani estará ocupada hoy y podrías ayudarme un poco con Gigi —sugiere Gio con una sonrisa en la que me muestra los dientes, tratando de convencerme—. Tengo algunas reuniones importantes, ya sabes, para hablar del futuro de la agencia.  

—¿Tú qué opinas Gigi? —le pregunto a mi muñequita—. ¿Quieres que tiyo te acompañe a trabajar con mami?

—Sí —responde. 

—Entonces no hay nada más de que hablar, seré la nani de mi muñequita por hoy —anuncio y comenzamos a desayunar. 

Unas horas más tarde nos despedimos, así que después de pasar un rato en la terraza, me doy una ducha, me cambio y salgo para ir a la oficina de Giovanna. 

—Hola, Andreina —saludo al llegar. 

Levanta la cabeza para mirarme y me doy cuenta que está llorando, supongo que Gio ya le dio la noticia. 

—Hola, Belamy —responde con la voz quebrada. 

Entro a la oficina de Gio y abrazo a mi muñequita que está muy entretenida dibujando. 

—¿Todo en orden? —le pregunto a Gio y asiente. 

—Mañana me reuniré con la mayoría de los actores y actrices para darles la noticia, por ahora estoy intentando recomendarlos en otras agencias —explica. 

Me quedo con Gigi dibujando mientras escucho a Giovanna haciendo llamadas, paso algunas horas entretenido con mi sobrina hasta que se queda dormida en el sillón. 

Salgo de la oficina y escucho a Andreina hablando por teléfono, creo que es con sus padres, porque está hablando en español, probablemente les está dando la noticia de que se va a quedar sin trabajo y puedo notar que está sufriendo. La situación me incomoda demasiado, está en mis manos hacer algo para ayudar a mi hermana y por mi terquedad me estoy negando. 

—Gio —regreso a la oficina—. Tengo algo que hacer, te veo más tarde. 

Le doy un beso a ella y otro a mi sobrina, salgo con prisa y me acerco al escritorio de Andreina. 

—Me puedes dar la dirección de la oficina de Destiny Golden, por favor —le pido.

—Claro —revisa la computadora y me entrega la nota en la que la apuntó—. Aquí la tienes. 

—Gracias. 

Pido un Uber en lo que bajo en el elevador y aguardo unos minutos en lo que llega, no suelo dejarme llevar por el corazón, pero en está ocasión no puedo ver a mi hermana sufriendo. 

La oficina de Destiny está cerca de mi apartamento, en uno de los edificios más modernos y sofisticados de la zona, entro y me encuentro con una chica en la recepción. 

—Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarlo? —pregunta amable. 

—Estoy buscando a Destiny Golden. 

—¿Podría mostrarme su identificación?

—Por supuesto —se la entrego, anota algo en la computadora y me la devuelve con un gafete. 

—En el octavo piso a la derecha —me indica—. Puede pasar. 

—Gracias. 

Subo al elevador y cuando las puertas se abren en el octavo piso, me quedo impresionado, es una oficina muy elegante con cubículos de cristal. 

—Hola —me saluda un joven acercándose a mí—. ¿Es usted Belamy Rusher? —indaga. 

—Sí, soy yo. 

—La recepcionista me notificó su llegada, ¿cómo puedo ayudarlo? 

—Necesito hablar con Destiny Golden. 

Frunce el ceño un poco desconcertado, miro a mi alrededor y noto a varias personas observándome con curiosidad.

—¿Tiene cita con ella? —cuestiona.

—No, pero dígale que la busca… —me quedo pensando un momento, si ella pretende utilizarme, yo puedo seguir su juego—. Su novio —digo fuerte y claro para que todos me escuchen y logro mi cometido, ya que las personas que no me estaban mirando, en este momento lo hacen.

DannyaRent

Hola mis bellas, aquí les dejo otro capítulo, nos vemos la próxima semana con las actualizaciones y espero que disfruten esta nueva aventura. Mil gracias por todo el apoyo, un abrazo.

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