¡Jefe! Seremos padres
¡Jefe! Seremos padres
Por: Danna Torres
1

Levanté mi rostro lentamente, me sentía cansada y adolorida, tiré del cabello que yacía en mi rostro cubriendo mis ojos, impidiéndome ver, estaba somnolienta.

«No debí haber bebido, no debí haberle hecho caso a Erika»

—¡Caray! —exclamé somnolienta—. Me he quedado dormida, si mi jefe se entera de que volví a llegar tarde. Me pondrá problemas otra vez.

Con el incidente del día anterior lo último que quería era tener problemas con él. Ese arrogante, sí, era sexi como un maldito Dios, pero arrogante como solo él sabía serlo, un odioso.

Me levanté con la seguridad que solía hacerlo en mi casa, el cuerpo me dolía, me enredé en las sábanas y me caí, allí fue donde me di cuenta de que estaba desnuda, levanté mi rostro, abrí mis ojos y vi el lugar, no era mi casa.

—¿Dónde diablos estoy? ¿Qué es este lugar —me pregunté en voz alta.

—Vuelve a la cama nena, no te vayas, aún no hemos terminado aquí —escuché decir.

Reconocí esa voz de inmediato, era imposible confundir la voz tan varonil y autoritaria que tenía Roberth Ivanov, mi arrogante y atractivo jefe.

Me giré lentamente y me fui de puntada al piso, estaba enredada en las sábanas, quería comprobar que no había pasado nada, guardaba la esperanza de tener puesta mi ropa íntima.

En su lugar tenía el cuerpo lleno de moretones y mordiscos, parecía que me había picado cualquier cantidad de insectos. No recordaba nada. No sabía como había terminado en ese lugar, especialmente con Ivanov, no era su tipo de mujer.

—¿Nena qué haces ahí? No te escondas, ¿puedes creer que no recuerdo lo que pasó?, pero eso tiene solución, ven vamos a hacer un maratón de lo que probablemente pasó anoche.

Él estiró su mano para ofrecerme ayuda, pero su cara había cambiado al darse cuenta de que era yo. Me levanté y me cubrí con las sábanas que antes me habían tirado al piso.

—¿Qué demonios hace usted aquí? ¿Por qué está desnuda y en este lugar conmigo? ¿Qué fue lo que me dio? De qué artimañas se valió para meterse a mi cama, dígame cómo es que estoy aquí desnudo y usted también lo está.

Me quedé perpleja observándolo.

—Salga inmediatamente de este lugar y no se le ocurra volver a su puesto, está despedida.

—No, señor Ivanov, no me puede hacer esto, no me despida, necesito el empleo para poder ayudar a mi familia, estoy ayudándole a mi hermano con su colegiatura, tengo que pagar la renta, necesito el empleo, no me haga esto por favor.

—Eso debió pensarlo antes, ¿sabe que también podría enviar la prisión? Seguramente usó algún tipo de droga conmigo, para que no recuerde lo que pasó anoche, recoja sus cosas y lárguese de aquí y por favor no comente con nadie lo que acaba de pasar, está despedida. Si me llego a enterar de que está divulgando lo que pasó. Le juro que la meteré a prisión, debe estar loca, ¿qué clase de mujer es?

—Señor Ivanov debe haber un error, no sé cómo es que llegué aquí a su cama. No usé ningún tipo de drogas, nunca había bebido antes, es imposible que haya usado drogas, por favor investigue antes de despedirme. No soy culpable de lo que pasó, al igual que usted no recuerdo nada, por favor sea considerado, he llegado tarde un par de veces, pero nunca he sido mala empleada, no le he dado problemas. Investigue lo que pasó, hay cámaras en este lugar podríamos ver los videos para poder entender lo que está pasando, Pero por favor no me deje sin el empleo, lo necesito.

—Sus explicaciones no me importan, he dicho que está despedida, tiene 5 minutos para que salga de este lugar, no quiero volver a verla, pase el miércoles por su liquidación y olvídese de una recomendación.

—¡Roberth Ivanov! Estoy harta con su m*****a arrogancia, siempre mandando, ordenando, creyendo que sus billones le dan el poder de pisar a los demás, nunca se preocupa por sus empleados, ni siquiera es capaz de decir buenos días. No es más que un arrogante insensato. ¿Qué le hace creer que lo drogué para acostarme con usted? Ni siquiera es mi tipo, Sí, cómo lo escuchó, hay mujeres que podemos resistirnos a usted, que bien no es más que un físico atractivo, porque como persona es horrible.

«Por supuesto que era mi tipo, ¡a quien no le gustaba el maldito arrogante ese!» Pensé para mí.

En ese momento lo estaba odiando, estaba tan desconcertada que no me importaba siquiera descubrir si había dejado de ser virgen. Quizás había perdido mi virginidad con el arrogante de Ivanov, de haber sido así, sería una pena no recordarlo, por lo menos los rumores que se escuchaban en las oficinas acerca de sus centímetros eran reales.

—¿Cómo sé que no fue usted quien me drogó para aprovecharse sexualmente de mí? —inquirí indignada.

—Qué estupidez ha dicho, mírese. ¿Cree que me rebajaría a una mujer como usted? No sea incrédula, tengo a mis pies a miles de mujeres, no tengo que recurrir a este tipo de artimañas para tener a la mujer que desee en mi cama.

Sus palabras fueron tan hirientes, que me quedé muda.

—Usted sería la última mujer con la que quisiera tener intimidad, solo mírese por Dios, qué clase de hombre cree que soy, no ando recogiendo momias andantes. ¿Se ha visto en un espejo?

—Es un inf… Como sea, estamos en su casa, no en la mía, ¿cómo demonios habría de saber que esta era su habitación? Pregúntese que obtendría yo acostándome con un hombre como usted, no estoy loca. Vamos adelante, despídame, pero le juro que voy a ir ante las autoridades, porque tampoco recuerdo nada y es más viable que me crean a mí que soy mujer. Puede tener todos los billones que desee, pero con la fama de mujeriego que tiene dudo que le crean, si me despide haré todo lo que esté en mis manos para que todos se enteren, se lo juro. Lo haré quedar muy mal.

—¿Dice que no está loca? Como se atreve a amenazarme, ¿acaso no se da cuenta de quién soy? Basta con que haga una llamada para ponerla tras las rejas. ¿Usted cree que amenazando me va a conseguir quedarse en mis empresas? Está más loca de lo que pensé, recoja sus cosas, pase el miércoles por su liquidación y espero que sea la última vez que tenga que verla.

—El que parece que no me está entendiendo es usted señor Roberth, no voy a irme de su empresa porque no he hecho nada para que me despida, estoy diciendo que al igual que usted no recuerdo lo que sucedió. Cómo sé yo que no fue usted el que me drogó, ambos estamos en la misma situación, así que buscamos una solución juntos, o nos olvidamos del tema y me permite continuar con mi trabajo, el cual me he ganado con mucho esfuerzo.

Empezó a reírse sarcásticamente.

—En algo tiene razón y es que estoy más loca de lo que parezco, si usted me llega a despedir, voy a ir ante los medios y armar un escándalo, puede meterme presa. Si eso quiere, pero no voy a permitir que me deje sin empleo por un error que no cometí, ¿por qué simplemente no miramos los videos en las cámaras y nos daremos cuenta de que fue lo que realmente pasó, como terminé aquí?

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