Capítulo 10; Rabia
—Melania—
Escucho que abren la puerta y no despego la vista de la ventana. Debe ser Abdiel, la mayoría del tiempo arrastra los pies.
Debe estar enojado por ocultarle lo de la empresa, y realmente él tiene razón en decir que le debí contar, pero no me parecía oportuno decirle.
Podría negarse y contarle a su familia lo que yo quería a hacer.
—¿Estás bien? Cada vez que estás triste buscas una taza de café, te sientas en este sofá y te gusta ver el atardecer de la ciudad —una parte del sofá se hunde. Se ha sentado a mi lado—. ¿Quieres hablar? Aquí me tienes para ti.
No aceptar que me aprendió a conocer un poco en dos años, sería mentir.
Abdiel no tiene que ver con mi venganza, solo tuvo la mala suerte de ser débil y que yo viera mi camino más fácil para entrar a su familia por medio de él.
—Extraño a mis papás, hace mucho no los veo —dejo el café a un lado para mirarlo. Deja su mano sobre la mía—. Sabes que ellos casi nunca vienen por su trabajo, y yo hice mi vida le