Cap3 Baby Anaconda

Mi primer día de clases en Fairfax, simplemente fue una maravilla. Me recordaba mi antigua escuela, aunque esta vez sin Sadie, ni Joel. No hice ninguna amistad pero tampoco pase como una niña fantasma, pues en la clase de literatura fui el número uno. Pero todo no puede salir bien en mi vida ¿verdad?

El timbre sonó, todos agarraron sus mochilas para irse a sus casas. Yo no me quede atrás y en cuanto salgo de la escuela, siento el aire que despeina mi corta caballero y escucho que varias chicas comienzan a gritar y correr hacia una dirección. Intento ver la razón de tanto alboroto cuando veo a mi pesadilla, en su carro descapotable y su típica vestimenta negra. Movía su cabello rubio y sonreía al ver a sus fans.

Suavemente doy media vuelta e intento de caminar lo más rápido que puedo cuando una mano me lo impide.

— ¿A dónde ibas tan rápido topo?

Me giro rápido para verlo con una sonrisa bien picara, veo a los lejos a sus fans como me miran con algo de malicia. ¡Adiós reputación de niña fantasma! Le ruego a Lorenzo que me deje irme pero me arrastra hasta su auto, me sube a empujones y arranca su auto a toda velocidad.

—Gracias por buscarme a la escuela, ahora por tu culpa no me dejaran en paz— me quejo mientras Lorenzo apretaba el volante y aceleraba aún más.

—Hablas mucho topo ¡Hablas demasiado! —Me respondió con cierta burla en sus palabras—Iremos a por mi banda que quieren salir contigo.

— ¿Salir? ¿Conmigo?

Me quede impresionada y me dedique a mirar el paisaje de Fairfax, era un sitio que casi nadie conocía pero estaba lleno de bellos paisajes, sus playas eran las mejores que he visto. Lorenzo se había quedado muy callado, su perfil lo hacía verse como una persona pacífica y no un idiota. Mire su brazo y poder observar con detenimiento sus tatuajes algunos de ellas era una serpiente que estaba enroscado en todo su brazo, tenía algunas letras chinas y unos objetos bien random.

—Admite que mueres por mí

Reí sarcásticamente y lo volví a mirar.

—Ni que fueras la última coca cola del desierto.

Hizo una sonrisa de derrota y me volví acomodar en mi asiento. Decido encender el teléfono para ponerme a escuchar algo de música cuando unas de las canciones casi me dejan sorda.

— ¿Qué hago con una canción de rock? ¿Y de tu banda? —Pregunto enojada al ver el nombre de la banda y por el dolor de oído que tengo — ¡Por alguna casualidad me revisaste mi teléfono!

—Primero te lo pase por W******p todas las canciones y segunda, nunca tocaría el teléfono lleno de gérmenes de topo

— ¿Whatsapp? Pero no tengo tu número.

Y me asombre, abrí los ojos como la típica descripción de W*****d “Como platos” cuando veo su número en mi W******p, además lo que más me asombra en cómo me había puesto en el contacto “Lorenzo sexy hermanastro”

—Te has vuelto loco, eso es un delito ¡Violaste mi privacidad! —Le pego en su brazo, acto seguida comienza a reírse a carcajadas.

—Debes de admitir que soy muy original, solo deja que veas como te agregue yo.

Pero no le dio tiempo a enseñármelo porque aparco bruscamente el auto al frente de un bar.

—Te das cuenta que estoy vestida con uniforme — Grite fuertemente pero Lorenzo no me hizo caso y entro de inmediato al bar. No me quedo de otra que bajarme del auto sola, con la mochila llena de libros.

Trato de seguirle los largos pasos de Lorenzo pero me es imposible con un gran peso en la espalda, cuando siento que alguien me quita un peso de la columna.

—Mejor panquesito —me habla Josh que se ve jodidamente guapo con esa camiseta blanca la cual se le nota todos sus músculos, sumándole que ese jeans negro apretado que se le marca TODO literalmente, y ese piercing de la nariz hace que realmente pierda la poca paciencia. Es que todo en él grita peligro y a la vez me seduce.

Asentí nerviosa para seguir el ritmo de los dos hombres que tenía delante. Veo a lo lejos a cuatro chicos, Lau hace una seña para que fuéramos a su mesa.

— ¡Al fin llegan! Estos chicos por poco empiezan a tomar sin ustedes —protesto Lauren como si fuera la madre de Lorenzo y Josh— Pero están bien guapos mis niños, Cam ¿No trajiste otra ropa?

Niego rápido y me doy cuenta que hay otra chica, esta es rubia, de esas chicas que a lo lejos sabes que está más que operada.

—Ella es Bárbara la novia de Jack —hablo Sam quien ya estaba sirviendo los primeros tragos, la chica me saluda con una gran sonrisa y todos alzan sus bebidas— Por la llegada de Camila y el gran éxito de Vizcaya.

Todos los chicos se dieron su primer trago de tequila, claro yo quedo afuera y me doy mi buche de refresco de limón. Josh me mira tratando de analizarme hasta que habla.

—No jodas Cam—Grito Josh brindándome un vaso de tequila mientras que yo lo negaba como buena niña que soy—¡Hoy se bebé!

—No la fuerces Josh—Me defendió Lorenzo mientras le quitaba el vaso, me dio una mala espina lo que acaba de hacer—Es una bebé topo pequeña, ella solo toma agüita y refresco. Dejemos la bebida para los adultos.

El idiota alzo su ceja y me dio una sonrisa pícara. Sabía que no iba a dejarme pisotear y menos por él, así que busque con la mirada al camarero.

—Camarero por favor, deme la bebida más fuerte que tenga

Siento que todos en la mesa celebran mi decisión y en cuanto traen mi bebida, me la tomo de un solo sorbo.

Luego de cinco vasos de cualquiera bebida que pusiera en la mesa, ya siento como el alcohol ya empieza hacer efectos en mi cuerpo y comienzo a sentir los primeros síntomas “Mareos” y ganas de “Reírme por todo”

En la silla mientras todo el local me daba vueltas, empecé a sentir la gran necesidad de ir al baño. No estaba en mis cinco sentidos así que comencé a caminar en dirección al baño mientras me aguantaba de las paredes. Al frente del baño, no defino cual es el baño de las mujeres, así que por corazonada entre a cualquiera.

— ¿Cómo orino en esto?—me pregunto buscándole una lógica al ver los orinales bastantes incomodos, ósea pegados a la pared hasta que veo unos cubículos con puerta.

¿Qué haría una persona con sus cinco sentidos? Tocar la puerta ¿verdad? Pues Camila, ósea yo, abrí la puerta como si fuera mi casa. Siento que abro muchísimo los ojos, la borrachera se me baja de momento y veo algo que me traumatizara de por vida.

—Lo siento mucho —Suelto en un susurro pues la vergüenza no me cabe en mi cuerpo, trago saliva mientras mi mirada sigue fija en su gran parte interior.

—Camila podrías dejar de mirar a mi pene.

Cierro la puerta apenada. Salgo de ese baño y voy corriendo para el otro para poder hacer mis necesidades. Mientras me lavaba mis manos, aun con mi borrachera a flor de piel, mi mente vuelve a proyectarme la anaconda de Josh ¡Joder, Josh está bien dotado! ¡Guapo, sexy y un amigo ejemplar!

Me miro en el espejo y me echo agua en la cara.

—Camila Alejandra controla esas hormonas por una vez —me regaño y siento como el mareo del alcohol se me está pasando por el maldito susto.

Voy para la mesa algo mejor de la borrachera, acomodo mi pelo y mi uniforme. Tenía suerte que aún no lo había vomitado. Me siento al lado de Sam mientras observo a los chicos bailando en la pista con Lau. Bárbara estaba bailando muy sensual con Jack, casi violándose.

Sam se mueve en la silla mientras sigue tomando su tequila. El pelo casi rubio lo tiene alborotado y sus tatuajes en la mano sin dudas lo hacen el líder de la banda de rock más guapo en toda esta zona ¡Tiene casi 9 millones de seguidores! Jack es el más misterioso sin contar al idiota, tiene el pelo negro con unos risos hermosos y envidiables. El más pequeño de estatura pero aun así es el baterista con más seguidores en todo el país luego de Josh ¡Joder estoy rodeada y no es de agua!

Josh se sienta en la mesa, se toma una bebida sin respirar, sin miedo al éxito. Estaba como si lo que sucedió hace diez minutos no le afectara, bueno no le afecta. ¿Sabes cuantas chicas han visto ese pene? Muchísimas Camila, no eres la primera

Sam me brinda un trago que evito a toda costa. Enciendo mi celular que no había tocado en 4 horas, la bandeja de W******p estalla en notificaciones, pero lo que más me sorprendió fue un estado que había puesto mi mejor amiga Sadie. Siento como una gota rueda por mi mejilla, mis manos comienzan a temblar y necesitaba irme de este lugar, necesitaba estar sola.

Agarro mi mochila sin que nadie se dé cuenta y salgo del bar. Toda la vista se me nubla y me caigo en el piso donde empiezo a llorar. ¿Por qué lo hiciste?

A los segundos siento que alguien me abraza, no quiero saber quién es, solo quiero estar sola. Levanto la vista para toparme con Lorenzo que en sus ojos se veía la preocupación que tenía al verme en esta situación.

Con su apoyo me llevo hasta su coche. Me hago una bolita en el asiento, mientras sigo llorando. Lorenzo no hace preguntas sobre lo que me sucede y se lo agradezco totalmente. El viaje fue totalmente rápido pues el tráfico estaba a nuestro favor. Llegamos al apartamento, entre corriendo a mi habitación para encerrarme con llave.

Sentí que mi padre me preguntaba si todo estaba bien, pero no tenía ánimos de nada.

Sobre las diez de la noche decido abrir la puerta para ir a la cocina y tomar un poco de agua. La puerta del cuarto de Lorenzo se abre, el sale con un short negro y sin camisa, mostrando todo su bien trabajado pecho. Ambos nos quedamos mirando por un rato y rompo la conexión cuando voy a fregar el baño.

Cuando voy a entrar al cuerpo, me toma del brazo y me interrumpe mi paso.

— ¿Quieres reírte de mí? ¡Hazlo! Ya no pierdo absolutamente nada.

Me suelto de su agarre y entro a mi cuarto. Lorenzo sigue mis pasos y se queda mirándome mientras me tiro en mi cama.

—No quiero reírme de ti, simplemente que me asusto verte de esa manera. Aunque no lo creas yo me preocupo por ti.

Evito completamente lo que acaba de decir, le pido una botella de alguna bebida alcohólica para desahogar mis penas.

— ¿Querrás saber que paso? —pregunte sentada en mi cama vistiendo mi adorable pijama de unicornio, el pelo lo tenía recogido en un moño y de seguro los ojos estaban muy hinchados.

—Quiero saberlo todo Cam.

*Cam* oír mi nombre salir de su boca hace que me se erice completamente la piel.

—Me siento traicionada por mi mejor amiga, o bueno, ex mejor amiga, ella acaba de postear una foto con mi ex novio Joel, diciendo que al fin triunfo el amor en medio de una gran tempestad. — Me seco las lágrimas pues de seguro me veo bien patética. —Ellos se llevaban súper mal, se odiaban, además, fue Sadie quien me apoyo con la idea de venir a Fairfax. Ahora puedes decirme que soy una imbécil, una idiota ¡Dímelo de una vez!

Le arrebato la botella que tenía Lolo entre sus manos, la destapo para darme un buen buche. Haciendo que mi garganta ardiera cuando el líquido comienza a bajar.

—No eres una estúpida, ni una idiota. Camila eres la chica más increíble que he conocido, eres todo lo que un chico desea.

Mi garganta se queda seca y solamente me limito a verlo.

—Ese tal Joel lo único que hizo fue perder una gran chica, que por suerte ahora la tengo conmigo.

— ¿Eh?

No sé si fue la borrachera, si tengo los oídos sucios pero creo haber escuchado a Lorenzo decir que se siente con suerte de tenerme. Lo siento pero Camila Alejandra acaba de fallecer, el alcohol comienza hacerme efectos.

—Los ex son unas mierdas Cam, la mía me sigue atormentando.

Miro entre mis manos la botella que ya está casi vacía, el alcohol ya comienza hacer su magia y lo último que me acuerdo es de empezar a vomitar.

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