Por Roque
-Bueno, cielo.
Dice Fernando e intenta acercarse a ella.
Dentro de mí volvió a dominar el odio y los celos.
-¡Alejate de ella! ¡Vos también dejaste embarazada a tu novia!
Le grité furioso.
Fernando le sonríe y yo siento que voy a terminar preso, porque realmente tengo ganas de matarlo.
Nunca en mi vida sentí que odiaba a alguien... aparte de Rosie.
-¿Reconocés que Rosie es tu novia?
Me pregunta Irina y sus lágrimas parecen cataratas.
Soy un idiota, quiero acusar a Gentile y no pienso lo que digo.
-¡No! Nadie puede pensar que Rosie es mi novia.
-Ella no deja de decirlo.
-Nunca me importó Rosie.
Se lo juro.
-Desde siempre se estaban besando, eso lo vi yo.
No tengo argumentos contra eso, porque Rosie siempre me besó y yo muchas veces no la aparté.
Esos son los besos que no son importantes para mí.
Solamente era un juego estúpido.
Era nada.
-No te quiero ver más, andate, quedate con ella, ustedes son tal para cual.
Irina está terminando la relación y yo quiero morirme.
De verdad