Capítulo 47: Sin causar dolor.
Katherine había sido huérfana de madre desde muy joven; ninguno de sus parientes había querido cargar con ella para ayudar a su padre, y, por ende, tan solo en él había encontrado su primer apoyo en medio de la adversidad, y los sacrificios que él había hecho para ayudarla, se los había recompensado al triple. Ella no había deseado lo mismo para sus pequeños; que sufrieran las mismas carencias y batallas que ella, por ello era por lo que a pesar de no tener nada, jamás pensó en separarse de ellos, y había logrado a base de becas, ayudas del gobierno y demás, terminar la carrera que había deseado siempre para poder ayudar a su padre y darles una buena vida a sus hijos.
Finalmente, y después de un largo rato, llegaba a la vieja mansión de los ingleses, que antes que nadie le había brindado la oportunidad de ejercer siendo todavía una novata. Estacionándose, bajó de su auto para ir a ver a aquella persona, quizás, la única en la que realmente confiaba.
—¡Katherine! ¡Que gusto verte! —
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