Levantando sus ojos, Katherine sollozo al ver a su amado esposo de pie en el marco de la puerta, sosteniendo un hermoso ramo de peonias y rosas blancas.

—¿Cómo sabes eso?, ¿Realmente no lo he sido y no lo seré?, ¿Y si me convierto en una mujer resentida con nuestro hijo e hija? Jamás podría perdonármelo. — respondió la hermosa rubia con voz entrecortada.

Henry negó. Acercándose a su esposa que había roto en llanto mientras se cubría el rostro entre sus manos, besó su frente y luego descubrió su hermoso rostro.

—Lo sé porque te conozco, Katherine. Te he visto reír, te he visto llorar, te he visto sufrir, y también, he visto lo mucho que amas, lo mucho que sufres incluso por quien te hizo daño, te he visto mostrar amor y piedad a quienes te han dañado tanto, te he visto amar a un gato y valorar su vida como la de una persona, te he visto amar incondicionalmente…incluso a mí, que te herí y te arrojé fuera de mi vida por creer en la mentira de una mujer cruel y manipuladora…así que, no se