Capítulo XXXIII. El regalo de un desconocido. Parte 2.
Finlay.
Tuvieron que sujetarme fuerte, cuando el muy cerdo comenzó a insultar a Ailan, y fue a por ella, pero justo en ese momento, con una velocidad alucinante vi como mi futuro cuñado se movía rápido, como si lo tuviera previsto, y de un solo movimiento, se puso delante de Ailan para protegerla, y de un puñetazo, que me hubiera encantado darle yo, lo derribó al suelo.
- “¡Joder con tu cuñado!, yo que tú tengo cuidado, y trato bien a tu diosa, o ese te cambia la cara de niño bonito.”- dijo Sean se partía de risa, a mi lado, tras soltarme, porque yo ya no me resistía.
Yo, en cambio, estaba frustrado, Miller se me había adelantado. Y con el revuelo que se había formado, los alguaciles controlando al público, y tratando de reanimar a Patel, la loca que se acostaba y jugaba a los juegos depravados con Patel, gritado, Ailan agarraba a su hermano, que se había ido otra vez contra un medio inconsciente Patel, con todo eso no podía ir a romperle la cara ese idiota. Pero esta me la guar