Platicaron unos minutos más en tranquilidad cuando escucharon que abrieron la puerta, pronto unos pasos se hicieron presentes, unos más rápidos que otros y entonces Lucas comenzó a gritar por su madre. Sam sonrió y le indicó que estaba en la cocina.
—¡Mami! — Exclamó el pequeño brincando para abrazar a Samantha.
—¿Qué tal cariño? ¿Cómo estás? — El pequeñín sonreía de oreja a oreja mientras Vic los veía con cierta ternura. Entonces otra persona apareció en la habitación.
Vic abrió la boca de par en par al ver al hombre frente a ellas.
—Tú.
—Tú. — Los dos se señalaron al mismo tiempo mientras Samantha intentaba comprender qué era lo que estaba sucediendo.
—¡Eres la chica grosera!
—¡Eres el que no ve su camino! — Sam los vio de forma alterna para luego mirar a Lucas quien simplemente se encogió de hombros.
—¿Se conocen? — Preguntó la chica.
—Él me regó el café por no ver dónde pisar los pies.
—¿Qué? ¡Tú fuiste la que no se dio cuenta de nada? ¿Qué dices? — Los dos se veían con c