—¡Me mudo, me mudo!
Olaia dejó de desayunar y se levantó entusiasmada: —Eres tan generoso, no sé cómo agradecerte…
—No hace falta que agradezcas.
Mateo, con un tono significativo, añadió: —Considera esto un regalo anticipado para ti y José como pareja recién formada.
Olaia se quedaba sin palabras.
—¿¿¿Qué???
Quedé sorprendida, sabiendo que Mateo no hablaba sin fundamento. Rápidamente miré a Olaia: —¿Tú y José? ¿Qué pasa?
¿No debería estar al tanto de esto antes que Mateo?
Olaia aclaró la garganta: —No es… no es lo que piensas.
¡Ella ni siquiera logró a José!
Mateo asintió, comprendiéndolo: —¿Te cuesta acercarte a José?
Olaia: —¿Te lo dijo él?
Mateo sonrió: —Santiago vino a mi casa anoche y estuvimos bebiendo toda la noche.
Eso implicaba que Santiago había comentado algo.
...
Olaia cerró los ojos: —…No tengo nada con él. Ya lo hemos dejado claro.
Capté el punto: —Entonces, ¿realmente hay algo entre tú y José?
...
Olaia se pasó la mano por el cabello, se sentó de nuevo y confesó: —Es muy