Capítulo 168: No fue solo un accidente.
La puerta se abrió despacio, con un movimiento suave.
Click~
La figura de Rosalind apareció en el umbral, con su cabellera rubia hasta el largo de su cintura y sus ojos azules llenos de una inquietud que no intentaba ocultar.
Donovan levantó la vista, aún sentado detrás del escritorio, el brillo gris de la tarde entrando por los ventanales y dibujando sombras largas sobre la alfombra.
Roland, que seguía de pie a un lado, enderezó un poco la espalda cuando vio a la esposa de su jefe entrar.
—Buenas tardes, señora Ainsworth —saludó el abogado con un leve gesto respetuoso.
Rosalind respondió con una pequeña inclinación de cabeza, pero sus ojos estaban clavados en su esposo, como si todo lo demás se borrara alrededor.
—Puede retirarse, señor Black —dijo Donovan con voz baja, firme—, hablamos luego.
—Por supuesto, señor —respondió el abogado.
Cerró la carpeta que tenía entre las manos, se inclinó ligeramente y se dirigió hacia la salida.
Rosalind se hizo un lado para dejarlo pa