Capítulo 15: Competidor repentino.
—¿El anterior? ¿Por qué lo dices de ese modo? ¿Qué pasó con el tratamiento anterior? —preguntó Rosalind, su voz temblorosa mientras limpiaba sus lágrimas con torpeza.
—Sobre eso —continuó él—. Recogimos pruebas de lo que le administraban antes. Había estado tomando dosis erróneas, que no correspondían a un niño con su enfermedad congénita, y además, las complicaciones por el accidente automovilístico que sufrió a los ocho años.
Rosalind se quedó sin aliento, sintiendo una mezcla de alivio y miedo. Se apoyó más en el cristal, casi sin querer, aferrándose a él. Su corazón latía con fuerza, mientras lágrimas caían sin control.
Donovan la miró con paciencia, sin apartarse ni un centímetro de su esposa.
—Está en las mejores manos ahora —dijo él, con un tono reconfortante para su esposa—. Todo se está haciendo con cuidado, siguiendo estrictamente su condición y sus necesidades. No tienes que preocuparte más, él a partir de ahora, sí comenzará a mejorar.
—¿Lo hizo Alphonse? —p