Capítulo 110: El dolor de tu adiós.
A lo lejos, Raphael Ainsworth nadaba con brazadas firmes en las aguas turquesa del mar. A su lado, Beatrice, su esposa, flotaba con elegancia, con un sombrero de ala ancha que la protegía del sol.
El brillo del mediodía hacía que el mar pareciera líquido dorado, y el viento traía el aroma de las flores del jardín.
En la terraza superior, Alphonse observaba la escena con aire distraído. Apoyado contra una de las columnas de piedra coralina, sostenía una copa de cóctel de frutas, y el hielo tintineaba cada vez que movía la muñeca.
El sol encendía reflejos en su cabello castaño, y su mirada dorada, herencia directa de su madre, brillaba con picardía.
Su camisa blanca abierta, su cadena dorada y la manera en que sonreía con medio labio lo hacían parecer tan encantador como insolente.
Tenía el porte relajado de quien ha crecido entre lujo y autoridad, pero sin dejarse someter por ninguno, un típico consentido de la familia.
—Mira —murmuró Jacqueline, de pie junto a Sebastián, mient