―¿Acabas de… decir que me amas?
―Nunca deje de hacerlo, Alexander. Te soñé cada noche de durante estos años, añore tus abrazos, despertar a tu lado y me odie, por quizás no haber luchado.
―No… ―me abrazo ―Tú no tienes la culpa de nada, ¿de acuerdo? El tonto fui yo, me dejé engañar por… por esa muj