Boye suspiró. ‘’Deja de mirar, chica. Ya no vendrán. No quieren hacerte más triste de lo que ya estás’’.
Bebé Zetty asintió, aceptando su destino.
Cuando entró por la puerta de embarque, escuchó una voz ansiosa que dejaba escapar un rugido ensordecedor. Era como si un león se hubiera despertado de un sueño profundo que había durado miles de años.
‘’¡Bebé Zetty!’’.
Bebé Zetty se dio vuelta y vio al Hermano Finn sosteniendo su abrigo. Estaba vestido con una camiseta sencilla y limpia, buscándola por todas partes.
Cuando Finn finalmente localizó a Bebé Zetty entre la multitud, se quedó parado en el mismo lugar como si hubiera sido golpeado por una corriente eléctrica. Miró a Bebé Zetty, que tenía la cara llorosa.
‘’No llores, Zetty’’. El encantador rostro de Finn estaba contorsionado por el dolor.
Había una gran distancia entre ellos, y el alboroto en el aeropuerto hizo que a Bebé Zetty le resultara difícil escuchar lo que Finn estaba diciendo.
Esta era la primera vez que Finn s