Zayne estaba tan sorprendido que se resbaló de la silla y cayó al suelo. “¿Qué crees que es ella? ¿Una máquina de cría?”, Zayne rugió.
Él era tan ruidoso que atrajo la atención de Angeline y Josephine.
Jay le hizo una seña a Angeline. “Ven, Angeline. Ven y hazle compañía a Jaybie”.
Zayne le puso los ojos en blanco. “¿No te disgusta cuando un hombre grande como tú se comporta como un niño mimado frente a una mujer?”.
Jay miró a Zayne con indiferencia, una mueca maliciosa tiraba de un lado de su boca.
Angeline se acercó con el conejo mascota y los ojos de Zayne se posaron con codicia en el conejo. Luego extendió la mano y dijo: “¿Puedo sostener al conejo, Hermana?”.
Angeline fue tomada por sorpresa, sintiéndose un poco asombrada. A Zayne nunca le habían gustado los animales pequeños desde que era niño.
¿Quizás a él le gustó porque a ella le gustaba?
Luego ella le entregó a Jac a Zayne sin dudarlo.
Jay atrajo a Angeline en su regazo, abrazándola con fuerza con ambos brazos. Apar